La fase de análisis no se agota con el análisis externo. Es necesario también realizar un estudio de las capacidades de la empresa, a fin de adecuarlas a sus finalidades y objetivos, y obtener, así,
las pretendidas ventajas competitivas. Pero tanto las capacidades como las ventajas competitivas perseguidas por la empresa no pueden analizarse considerando a la empresa como un todo, dado que se obtienen de la suma de las actividades que realiza, y de su interrelación. Por tanto, se hace necesario llevar a cabo un estudio desagregado de la actividad de la empresa. En este tema proponemos como metodología más adecuada para el mismo el de la cadena de valor, que desagrega a la empresa en sus actividades más relevantes a fin de analizar las fuentes de sus ventajas, tanto actuales como potenciales, en costes o diferenciación.