ANTONIO DANIEL GARCÍA ROJAS

El actual proceso de incorporación a los planes de Convergencia Europea de los nuevos Grados universitarios tienen como precedentes relevantes e ingentes acciones formativas y de intervención socioeducativa desde que arrancase el plan de experimentación (2003) con la convocatoria de Experiencias Piloto para implantación del Crédito Europeo, seguidas (2004 y 2005) por la elaboración de informes de las Guías Académicas Comunes / Específicas, que encuentran el nuevo marco metodológico con las convocatorias de incentivos para las titulaciones participantes 2006 - 2010, fecha de cierre de la experiencia piloto e implantación del Título de Grado en Educación Social. Fruto de estas iniciativas activas, dinámicas y participativas surge el documento que presentamos como testimonio del ejercicio de reflexión y acción que ha supuesto para los Educadores Sociales de la Onubense la reestructuración de las enseñanzas superiores.

La violencia es una constante en nuestro contexto sociocultural. Todas las personas a través de los medios de comunicación (mass media) somos conscientes de que la realidad que nos envuelve está marcada constantemente con muertes de jóvenes en las calles por una simple pelea, maltratos físicos y psíquicos, fundamentalmente a menores y a mujeres dentro del propio hogar, destrozos en la infraestructura y el material de los centros educativos, agresiones verbales y físicas a iguales, a los padres/madres y al profesorado, etc.

En las últimas décadas hemos experimentado notables avances en el ámbito de la Sexología. Se han multiplicado los estudios e investigaciones así como las publicaciones de carácter científico. Han visto la luz nuevas estrategias educativas y de asesoramiento, se ha incrementado el número de estrategias diagnósticas (por ejemplo, en los 5 últimos años han sido publicados más de 30 cuestionarios relacionados con las disfunciones sexuales) e innovadoras herramientas terapéuticas. Todo ello implica un mejor manejo de la Sexología y la Salud Sexual pero siguen haciendo falta más instrumentos y sobre todo consensos, acuerdos, algoritmos y demás sinergias entre profesionales del campo que permitan unificar criterios para dar una mejor respuesta a la prevención y promoción de la salud sexual, y por ende a la calidad de vida.