Análisis de las demandas fisiológicas en juegos reducidos en fútbol
Número 8, 2017 e-Motion. Revista de Educación, Motricidad e Investigación 28
metodología de entrenamiento tradicional, donde el sistema de trabajo era mucho más
analítico. En este sentido, como afirman Abad, Benito, Giménez y Robles (2013)
emerge una opción metodológica en la enseñanza deportiva que está generando
mucho interés y es el modelo de enseñanza compresiva o Teaching Games for
Understanding (TGfU). Según Serra et al. (2011) el modelo de enseñanza
comprensivo está caracterizado por el aprendizaje contextual. Así, se plantearía al
jugador de fútbol o del deporte que corresponda una serie de juegos modificados o
situaciones reducidas del juego real de competición, en las se requiere que el jugador
perciba, analice la situación y decida cuál es el comportamiento técnico-táctico más
adecuado a la misma, y por último, ejecute. Como aseguran Nevado-Garrosa, Tejero-
González, Paredes-Hernández y Campo-Vecino (2015), en este tipo de tareas, el
entrenador puede modificar elementos estructurales a conveniencia, donde siempre se
trabaje con balón y cuyos objetivos estén enfocados en la mejora de aspectos tácticos,
técnicos y físicos. De esta forma, cualquiera de las modificaciones realizadas en las
diversas actividades, influirán de diferente forma sobre las exigencias tanto físicas
como de rendimiento sobre los jugadores.
Numerosos estudios han ido mostrando la eficacia del uso de los juegos
reducidos para diferentes aspectos: el desarrollo de la condición física de jugadores de
fútbol (Casamichana, Castellano y Hernández-Mendo, 2014; Hill-Haas, Coutts,
Rowsell, y Dawson, 2009); mejora al mismo tiempo aspectos técnicos y de la
condición física (Sánchez-Sánchez, Yagüe, Fernández, y Petisco, 2014), mejora de
aspectos técnicos y tácticos (Holt, Ward, y Wllhead, 2007); mejora del rendimiento del
futbolistas (Katis y Kellis, 2009); etc. Con toda la evidencia científica encontrada sobre
la temática, se puede tratar de optimizar el tiempo y los resultados del entrenamiento
deportivo. De hecho, Little (2009) recoge las ventajas del uso de ejercicios específicos
de fútbol (juegos reducidos) en el entrenamiento del jugador, incluyendo las siguientes
beneficios: aumento de la motivación, mejora de la eficiencia de los movimientos
entrenados, mejora de la conciencia táctica y de las habilidades técnicas, optimiza el
tiempo de entrenamiento y la carga física, posible disminución en las lesiones.
En el estudio de Nevado-Garrosa et al. (2015) encontraron que las situaciones
reducidas son más exigentes en cuanto a aceleraciones y cambios de ritmos. En este
sentido, la modificación de las distintas variables de estos juegos reducidos (JRs),
como pueden ser el número de jugadores, el espacio por jugador, la consecución de
diferentes objetivos, la relación trabajo-descanso, o la reglas, repercutirán en las
exigencias técnicas, tácticas o físicas de las tareas (Clemente, Coucerio, Martins, y
Mendes, 2012) Así, la modificación de estos factores, añadiéndole el aliento o
motivación del entrenador durante cada una de las actividades, entre otras, son
algunas de las variables que han mostrado afectar la respuesta de los jugadores en
estas tareas (Sánchez-Sánchez et al., 2014). Además, según Barbero-Álvarez,
Barbero-Álvarez, Granda y Gómez (2009), en categorías inferiores se suelen reducir
las dimensiones y limitaciones del terreno de juego, porterías y el número de
jugadores, con la idea de que estos sean capaces de realizar un mayor número de
acciones técnicas e incrementar la eficacia de estas.
Esta intensidad en las situaciones reducidas de juego se puede modificar en
función de la orientación en el espacio, que según Parlebas (2001), consiste en la
presencia o ausencia de objetivos espaciales en los que se pretende conseguir
interacciones de marca. En esta línea, Mallo y Navarro (2008) realizaron un estudio en
el que midieron 3 situaciones de juego reducido con diferente orientación del espacio
(situaciones 3:3 y dimensiones de 33 x 20m), cuyo propósito fue conocer qué actividad
generaba mayor intensidad en función de la orientación determinada. Como resultado
obtuvieron que aquellas situaciones en las que se introducían porteros y, por lo tanto,
existía una orientación en el espacio, la frecuencia cardiaca media, la distancia