e-Motion. Revista de Educación, Motricidad e Investigación
2020, nº 14, pp. 1-14. ISSNe: 2341-1473
https://doi.org/10.33776/remo.v0i14.4552
Contacto Jorge Rico Palao jorgericopalao@gmail.com
La práctica de actividad física y su relación con el empleado
saludable y el potencial creativo
The practice of physical activity and its relationship to healthy employee
and creative potential
Jorge Rico Palao1, Ramon Gómez Chacón 2
1Universidad Internacional de Valencia, Valencia, España , 2CEU Cardenal Spínola CEU, Sevilla, España.
Resumen
Las organizaciones más vanguardistas están tomando medidas con
el objetivo final de mejorar la calidad de vida de los empleados y en
consecuencia la productividad de la empresa. Engagement,
optimismo, resiliencia, autoeficacia, emociones positivas o potencial
creativo, son algunas de las características con las que se identifica al
empleado saludable. El objetivo de este estudio fue el de conocer la
relación entre la práctica de actividad física y las variables
anteriormente citadas en los empleados de una organización
dedicada a la fabricación de sofás. La muestra fueron 102
trabajadores que contestaron de forma anónima y voluntaria al
cuestionario IPAQ para determinar la práctica de actividad física de
cada uno de ellos. Para observar la relación entre el tipo de actividad
física y las variables, se empleó el cuestionario Healthy and Resilient
Organization (HERO). Además, se integró la adaptación española de
la escala de Potencial Creativo y de la Creatividad Practicada (CPPC-
17) en el trabajo y en la organización. Los resultados mostraron que
prácticamente todas las variables estudiadas (salvo dos) presentan
índices más elevados en aquellos empleados que practicaba
actividad física alta o moderada. Las conclusiones de este estudio
determinan que la práctica de actividad física, influye positivamente
en la mayoría de las variables estudiadas.
Abstract
The most avant-garde organizations are taking measures with the ultimate goal of improving
the quality of life of employees and consequently the productivity of the company.
Engagement, optimism, resilience, self-efficacy, positive emotions or creative potential are
some of the characteristics with which the healthy employee is identified. The objective of this
study was to know the relationship between the practice of physical activity and the variables
previously mentioned in the employees of an organization dedicated to the manufacture of
sofas. The sample was 102 workers who answered anonymously and voluntarily to the IPAQ
questionnaire to determine the physical activity practice of each one of them. The Healthy and
Resilient Organization (HERO) questionnaire was used to observe the relationship between the
type of physical activity and the variables. In addition, the Spanish adaptation of the scale of
Creative Potential and Practical Creativity (CPPC-17) was integrated into the work and
organization. The results showed that practically all the variables studied (except two) had
higher rates in those employees who engaged in high or moderate physical activity. The
conclusions of this study determine that the practice of physical activity positively influences
most of the variables studied.
Fecha de recepción:
04-12-2019
Fecha de aceptación:
03-06-2020
Palabras clave
Actividad física;
organización; empleado
saludable; potencial
creativo; productividad.
Keywords
Physical activity;
organization; healthy
employee; creative
potential; productivity.
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Introducción
Actualmente, las sociedades se encuentran en un proceso de cambio continuo motivado por
múltiples factores (económicos, políticos, financieros…) que hacen que todos los actores
sociales tengan que adaptarse de forma continua a este proceso. Estos cambios afectan
inevitablemente a las organizaciones de todos los sectores impactando de forma directa en
la salud, seguridad y bienestar de los empleados (Salanova, Martínez y Llorens, 2005).
Además, estos autores destacan que la mala gestión de estos cambios puede conllevar a que
las organizaciones enfermen, entendiendo como organizaciones enfermas aquellas que se
caracterizan por su falta de efectividad y adaptación.
Para seguir siendo competitivas, las empresas han de actualizarse y aprender nuevas
habilidades que les permitan organizar, gestionar y usar la información y el conocimiento
(Abell y Oxbrow, 1999). Las organizaciones actuales están apostando por un proceso de
cambio organizacional enfocado, en algunos casos, al diseño e implantación de acciones de
gestión y promoción de la salud por medio de la actividad física (Arent, Landers y Etnier, 2000;
Netz, Wu, Becker y Tenenbaum, 2005; Pérez y Devís, 2003).
Es ya aceptado a nivel mundial que el lugar de trabajo es un factor clave para la salud y
bienestar de las personas en edad laboral (European Agency for Safety and health at work,
2010). La OMS (2013) señala que son estos trabajadores los que contribuyen en mayor medida
al desarrollo económico y social de todos los países, por lo que es de vital importancia cuidar
su salud.
En numerosos países orientales y occidentales la promoción de la actividad física en el puesto
de trabajo es una tradición que viene de antaño (Chenoweth, 2002; 2007; Glaros, 1997). En
España, esa tradición no es tan antigua limitándose a los últimos diez años en los que se están
desarrollando los entornos laborales con una mayor estructura y organización. En los últimos
años se le ha venido dando más importancia a la compatibilidad laboral-familiar a través de
la modificación de los horarios de trabajo y la producción de los recursos humanos (Gómez-
Chacón, 2017).
Es cada vez más extendida la tendencia hacia la implementación de programas de bienestar
laboral con el objetivo de mejorar la salud de los empleados a través de la actividad física y
el deporte. Si bien, la usencia de datos económicos que avalen la eficacia de estos programas
hace que los empleadores se muestren reacios a un desembolso económico inicial (Gómez-
Chacón, 2017).
Por otro lado, Salanova, Llorens, Cifre y Martínez (2012) definen organizaciones saludables
como aquellas que hacen esfuerzos sistemáticos, planificados y proactivos para mejorar los
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procesos y resultados de sus empleados y de la organización. Estas organizaciones están
compuestas por empleados saludables, a los cuales según Salanova (2009), se le atribuyen las
siguientes fortalezas: autoeficacia, esperanza, optimismo, resiliencia (Stanjovik, 2006) y
engagement
(Salanova, 2009).
Además de estas fortalezas, es necesario destacar otra característica que cobra especial
relevancia en el ámbito organizacional, la creatividad. Tal y como define Amabile (1983) la
creatividad es una pieza fundamental dentro de las organizaciones. Crear significa innovar y
por ello el trabajo implica constantemente aportar nuevas ideas (creatividad) y ponerlas en
práctica (innovación). Para Hinton (1968) y Shalley (2008) el potencial creativo de un empleado
se define con una serie de factores que incluyen personalidad, competencias de creatividad y
habilidades y experiencias en conocimientos específicos. Además, Boada-Grau, Sánchez-
García, Prizmic-Kuzmica y Vigil-Colet (2014), añaden tres factores dentro de esta variable:
potencial creativo, creatividad practicada y apoyo percibido por los empleados en la
organización.
Actualmente existen estudios en los que se evidencian la relación entre actividad física en el
ámbito de trabajo y las variables objeto de estudio. Tal y como apuntan López-Bueno,
Casajús, y Garatachea (2018), la promoción de la salud en el trabajo a través de la actividad
física es una medida efectiva para reducir el absentismo laboral y aumentar la productividad.
Para Pipe et al. (2012), un entrenamiento de resiliencia se ve reflejado en un aumento del
rendimiento y productividad. Ademas, Meneghel, Salanova y Martínez (2013) relacionaron
positivamente el desempeño laboral grupal e individual con la resiliencia.
Por otro lado, Guerrero, Requena y Torrealba (2016) relacionan positivamente el bienestar
psicológico y el humor con elevados niveles de autoeficacia, incluyendo además la
autoeficacia dentro de los llamados factores protectores de la salud. Houghton y DiLiello
(2010) afirman que las personas con mayor percepción de autoeficacia tienen más
probabilidades de desarrollar su potencial creativo.
Con respecto a la productividad y satisfacción laboral, De Miguel, Scheiger, De las Mozas y
Hernández (2011) sugieren que programas de ejercicio físico personalizados a la entidad,
estructurados y controlados influyen positivamente en la productividad y la satisfacción laboral
y el bienestar. En la misma línea, un estudio llevado a cabo por Gómez-Chacón, Grimaldi-
Puyana, Bernal-García y Fernández Gavira (2016) mostraron que la práctica de actividad sica
influye positivamente en la satisfacción laboral de los empleados, presentando índices
significativamente más altos que los empleados que realizan actividad física baja o nula. Una
evidencia demostrada en la misma línea que la anterior es la de Van Amesvoort, Spigt Swaen
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y Kant (2006) que afirmaban que las personas que practicaban actividad física se relacionan
con un aumento de la productividad de 488 euros por trabajador y año.
La práctica de actividad física está asociada a mayores indicadores de rendimiento laboral
(Cancelliere, Cassidy, Ammendolia y Côté 2011). En un estudio llevado a cabo en una
compañía de transporte, López (2017) concluye que el sedentarismo tiene un fuerte impacto
en el rendimiento laboral, proponiendo como solución un programa de actividad física
controlado e individualizado a las empresas. Además, la práctica de actividad física en
cualquiera de sus intensidades (moderada o vigorosa) se asocia positivamente con el
rendimiento laboral (Pronk, Martinson, Kessker, Beck, Simon y Wang 2004)., al igual que
Thogersen-Ntoumani, Loughren, Taylor, Duda y Fox (2014) llevaron a cabo una intervención
planificada y controlada de actividad física que consistía en que personas inactivas físicamente
caminasen durante 16 semanas en la hora del almuerzo en lugar de permanecer en su puesto
de trabajo. También se relacionó que la práctica de actividad física impactaba en el
entusiasmo y bienestar psicológico (Boix, León, Serrano, 2018).
Por otro lado, Gómez-Chacón (2017) demostró que la práctica de actividad sica mejoraba
significativamente las 5 fortalezas del empleado saludable, engagement, resiliencia,
autoeficacia, competencia y emociones positivas.
Así, el objetivo principal del estudio fue analizar la relación entre la práctica de actividad física
y las fortalezas del empleado saludable y el potencial creativo en una organización destinada
a la fabricación de sofás.
Método
Participantes
La empresa consta con un total de 190 trabajadores, de los cuales 102 trabajadores rellenaron
la encuesta (53.68%) de los cuales 59 fueron hombres y 40 mujeres (tabla 1) perdiéndose tres
en el análisis y donde el 17.6% (
n
= 18) tenía entre 18 y 29 años, el 36.3% (
n
= 37) entre 30 y
39 años, el 33.3% (
n = 34
) entre 40 y 49 años, el 9.8% (
n = 10
) entre 50 y 59 años y el 1.0%(
n = 1
) más de 60 años (tabla 2) . Las respuestas del estudio eran anónimas y se obtuvo una
tasa de respuesta del 53.68%.
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Tabla 1: Participantes. Sexo y edad.
Edad
Total
18-30
30-45
45-60
Sexo
hombre
9
18
2
29
mujer
9
12
6
27
18
30
8
56
Instrumentos
Como instrumento se utilizaron tres cuestionarios integrados en uno que constaba de 69
preguntas.
Para medir la actividad física se utilizó el cuestionario internacional de actividad física (IPAQ),
evaluando el comportamiento de práctica de actividad física en los trabajadores. Este
cuestionario tiene una medición aceptable demostrando propiedades para evaluar la
percepción subjetiva de los niveles de actividad sica (Craig et al.,2003; Brown, Trost, Bauman,
Mummery y Owen, 2004). Se clasificaron a los empleados en tres categorías, alta (1), media
(2), y baja o no práctica de actividad física (3) según la actividad física desarrollada.
El segundo instrumento utilizado fue la adaptación española de la escala de Potencial Creativo
y de la Creatividad Practicada (CPPC-17) en el trabajo y en la organización, adaptado por
Boada-Grau, Sánchez-García, Prizmic-Kuzmica y Vigil-Colet (2014). Esta escala está
constituida por tres factores: potencial creativo (6 preguntas), creatividad practicada (5
preguntas) y percepción de apoyo organizacional (6 preguntas).
Todas estas variables son medidas a partir de una escala de tipo Likert de 5 puntos donde 1
es completamente en desacuerdo y 5 completamente de acuerdo (Boada-Grau, Sánchez-
García, Prizmic-uzmica y Vigil-Colet, 2014). Los mismos autores llevaron a cabo un estudio a
975 empleados españoles demuestra que estos tres factores cuentan con una fiabilidad
adecuada y se constatan evidencias de validez si se toman como referencia correlatos
externos y algunas escalas de adicción al trabajo, irritación, burnout y personalidad. Estos
autores concluyen que estamos ante una escala idónea para identificar de manera apropiada
el potencial creativo, la creatividad. Para evaluar la salud psicosocial de los empleados se
utilizó el cuestionario del empleado saludable (Salanova et al,. 2012) en su versión reducida
(Gómez-Chacón, García-Fernández, Morales-Sánchez y Hernández-Mendo, 2020). Este
cuestionario consta de 40 ítems que miden cinco variables diferentes:
engagement
(18 ítems),
autoeficacia (3 ítems), resiliencia (7 ítems), emociones positivas (6 ítems) y la competencia (6
ítems). Todas las variables son medidas a partir de una escala tipo Likert de 7 puntos donde
0 es el valor más bajo y 6 el más elevado
Para identificar el nivel de satisfacción laboral general se utilizó una última pregunta de
elaboración propia y subjetiva, “Indique cuál es su satisfacción laboral” dando la opción a
respuesta escala tipo Likert de siete puntos (0, muy insatisfecho; 6; muy satisfecho).
Procedimiento
Se estableció contacto con varias organizaciones para conocer su disponibilidad e interés en
el estudio. Cuando se obtuvo una aceptación por parte de la empresa en cuestión y tras una
reunión con la dirección de RRHH de la organización, el cuestionario fue enviado vía enlace
al director de RRHH, el cual lo compartió con sus empleados a fecha 3 de junio de 2019. El
cuestionario solo fue enviado a los empleados esta vez, aunque se enviaron dos recordatorios
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más vía mensaje telefónico para evitar que pasará desapercibido. El primero de ellos se
mandó el 6 de junio y el último el 12 del mismo mes, recogiéndose la información del 14 a 17
de junio de 2019.
Análisis de datos
Se llevó a cabo un análisis descriptivo de las diferentes variables del empleado saludable
(
engagement
, autoeficacia, competencia, optimismo y resiliencia) y el potencial creativo
(creatividad practicada, apoyo percibido y potencial creativo), realizando un estudio de
diferencias significativas mediante un análisis de la varianza (Anova) entre las medidas de
práctica de actividad física con las ocho variables de empleado saludable (5) y potencial
creativo (3). Con el objetivo de analizar si las diferencias eran o no estadísticamente
significativas se calculó el tamaño de efecto. Para ello, se analizó mediante el tamaño de
efecto de f de Cohen. Todos los datos fueron analizados utilizando el programa estadístico
SPSS versión 22.00.
Resultados
Tras el análisis del supuesto de normalidad se observa como todas las variables relacionadas
con la práctica de AF moderada presenta una distribución no normal (sig. <0,05). Del mismo
modo, todas las variables en su intensidad de AF alta presentan una distribución normal, salvo
competencia y emociones positivas (sig. >0,05). En el conjunto de dimensiones relacionadas
con la AF baja se aprecia también una distribución normal.
Tal y como apuntan Glass, Peckham y Sanders (1972), aquellos estudios en los que la muestra
sea superior a 30 participantes podemos asegurar que existe una distribución normal.
Teniendo presente a estos autores podemos afirmar que los estudios que se analizan más
adelante relacionados con la comparación de medias (ANOVA) tienen validez estadística para
su análisis.
De los 102 empleados que participaron en el estudio de forma anónima y voluntaria 95
personas cumplimentaron el cuestionario IPAQ al completo.
Analizando los resultados se observó que el 38.2% de los empleados pertenecían al grupo de
actividad física alta, el 40.2% de los encuestados a moderada, siendo un 14.7% los
trabajadores que practicaban actividad física baja.
Práctica de actividad física y las fortalezas del empleado saludable
En la tabla 2 se exponen los resultados obtenidos tras el análisis de la varianza entre la práctica
de actividad física y las variables relacionadas con el empleado saludable. En ella se aprecia
como los índices de las variables de autoeficacia, resiliencia y emociones positivas, junto con
la satisfacción laboral son más elevados en aquellos empleados que practican una actividad
física moderada o alta con respecto a los que practica actividad física baja. Por otro lado,
aquellos empleados que practican una actividad sica baja presentan levemente un mayor
nivel de engagement y competencia. En ninguno de los casos anteriores se apreciaron
diferencias significativas.
Tras el análisis del tamaño de efecto se aprecia como el tamaño de la autoeficacia es pequeño,
al ser
f
= 0,11. En el caso de engagement y competencia, ambas presentan un tamaño de
efecto inexistente, siendo
f
= 0,06 y
f
= 0,01 respectivamente. La variable de emociones
positivas presenta un tamaño de efecto pequeño, con
f
= 0,17, al igual que la resiliencia
f
=
0,16.
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Tras el análisis de la varianza entre la dimensión de satisfacción laboral y la variable de
actividad física se comprobó que no existieron diferencias significativas, siendo los empleados
que practican actividad física moderada los que obtuvieron un mayor índice de dicha variable.
Tabla 2: Relación de las variables del empleado saludable con la práctica de actividad física.
TIPO AF
N
M
DT
MAUT
AF Alta
39
4,90
,62
AF Moderada
40
5,08
,89
AF Baja
15
4,86
,85
Total
94
4,97
,78
MENG
AF Alta
38
4,46
,74
AF Moderada
39
4,51
,70
AF Baja
15
4,60
,68
Total
92
4,50
,71
MEP
AF Alta
39
4,24
,97
AF Moderada
41
4,16
1,04
AF Baja
15
3,72
1,01
Total
95
4,12
1,01
MRESI
AF Alta
39
4,61
,81
AF Moderada
41
4,65
,86
AF Baja
15
4,26
,77
Total
95
4,57
,83
MCM
AF Alta
39
4,35
,79
AF Moderada
40
4,35
,95
AF Baja
15
4,38
,75
Total
94
4,36
,85
MAUT= Media autoeficacia, MENG= Media engagement, MEP=Media emociones positivas,
MRESI= Media resiliencia, MCM= Media competencia, MSL= Media satisfacción laboral, M=
Media
, DT=
Desviación estándar
, AF=
Actividad física
,
MENG
= Media engagement, * p < .05,
** p < .01, *** p < .001
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Práctica de actividad física y potencial creativo
En la tabla 3 se exponen los resultados obtenidos tras el análisis de la varianza entre la práctica
de actividad física y los tres factores del potencial creativo (creatividad practicada, apoyo
percibido y potencial creativo).
Analizando los resultados, se aprecia como los tres factores que componen el potencial
creativo presentan un promedio superior en aquellos empleados que practican actividad física
alta y moderada, sin observarse en ningún caso diferencias significativas.
Respecto al análisis del tamaño de efecto se aprecia como en los tres factores analizados el
tamaño es pequeño, al ser
f
= 0, 18 en potencial creativo,
f
= 0,12 en creatividad practicada y
f
= 0,10 en apoyo percibido.
Tabla 3: Potencial creativo (3 factores). Y actividad física.
TIPO AF
N
M
DT
MPCRE
AF Alta
39
3,99
,59
AF Moderada
41
3,81
,70
AF Baja
15
3,66
,52
Total
95
3,86
,63
MCREAPRA
AF Alta
38
3,50
,91
AF Moderada
41
3,46
1,06
AF Baja
15
3,14
,94
Total
94
3,42
,98
MAPERC
AF Alta
38
3,51
,88
AF Moderada
40
3,48
,99
AF Baja
14
3,23
1,00
Total
92
3,46
,94
M=
Media
, DT=
Desviación estándar
, AF= Actividad física
,
MAPERC
= Media apoyo
percibido,
MCREAPRA
= Media creatividad practicada,
MCRE
= Media potencial creativo, *
p < .05, ** p < .01, *** p < .001
Discusión
Si analizamos las investigaciones llevadas a cabo por Salanova observamos como le atribuyó
a modo de definición cinco variables a los empleados saludables analizadas en este trabajo:
engagement
, resiliencia, emociones positivas, competencia y autoeficacia (Salanova, 2009).
Sin embargo, desde esta investigación se ha considerado ampliar esas variables que definen
al empleado saludable añadiendo tres más relacionadas con el potencial creativo: creatividad
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practicada, apoyo percibido y potencial creativo. De esta manera el cuestionario HERO
(Salanova et al., 2012) se complementa con el instrumento CPPC-17 de potencial creativo y
creatividad practicada (Boada-Grau, Sánchez-García, Prizmic-uzmica y Vigil-Colet, 2014).
Atendiendo a las variables analizadas relacionadas con empleado saludable observamos
como Gómez-Chacón (2017), concluye que aquellos empleados que realizan una actividad
física moderada y alta presentan un promedio significativamente mayor en emociones
positivas respecto al grupo que practica actividad sica baja. En el análisis de esta variable
hemos podido observar cómo, tal y como defiende el autor, existe una diferencia en esta
variable entre intensidades de actividad física, no siendo en nuestro caso una diferencia
estadísticamente significativa, pero si yendo los resultados en la misma línea.
Por otro lado, respecto a engagement y competencia, vemos como la tendencia cambia. En
este caso, aquellos empleados que practican actividad física baja o moderada presentan
valores más elevados que los que practican una actividad física alta. A pesar de no apreciarse
diferencias significativas y al contrario de lo afirmado por Gómez-Chacón (2017), no podemos
afirmar que la práctica de actividad física ayude a obtener índices mas elevados de estas dos
variables.
Desde los resultados obtenidos, tampoco podemos compartir con mez-Chacón (2017) que
aquellos empleados que practican actividad física alta o moderada tienen mayores valores de
competencia, ya que el presente estudio concluye lo contrario, presentando mayores valores
aquellos empleados que practican una actividad física baja.
Gomez-Chacón (2017) también afirma que la actividad sica intensa y moderada ayuda a
aumentar los índices de resiliencia en los empleados, yendo en la misma línea que los
resultados obtenidos en nuestro trabajo, pero si observándose diferencias importantes.
Siguiendo en la línea que Gómez-Chacón (2017) presenta en los resultados obtenidos en su
trabajo, los empleados que practican una actividad física alta o moderada presentan índices
más elevados de autoeficacia que aquellos que practican actividad física baja.
Con respecto a la satisfacción laboral observamos como aquellos empleados que practican
actividad sica moderada cuentan con mayores índices de satisfacción laboral que los que
practican actividad física baja o alta. Al contrario que defienden Chacón, Grimaldi, Bernal y
Fernández (2016), aquellos empleados que practican una actividad física alta no presentan
mayores índices de satisfacción laboral.
Con respecto a las tres variables de potencial creativo incluidas dentro del cuestionario CPPC-
17, observamos como en todas ellas se observan índices más elevados en aquellos empleados
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que practican actividad física alta o moderada que en los que practican actividad física baja a
pesar de no ser estadísticamente significativo en ninguno de los casos. En la misma línea un
estudio llevado a cabo por Cantarero y Carranque (2015), también ponía de manifiesto que
aquellas personas que realizaban una actividad sica vigorosa (medida con el cuestionario
IPAQ) presentaban mayores índices de creatividad que los que no realizaban o realizaban
actividad física baja o moderada. Los resultados obtenidos también caminan hacia la misma
conclusión que los obtenidos por Justo y Franco (2008), los que aseguraban que una
intervención desde la actividad física y motricidad en niños contribuía a mejorar la creatividad
de los mismos.
Conclusiones
Las conclusiones de este estudio son:
1. No existen diferencias significativas entre las cinco fortalezas del empleado saludable
y el tipo de actividad física practicada por los empleados de la organización.
2. En los tres factores de potencial creativo relativas al apoyo percibido, creatividad
practicada y potencial creativo, no se observan diferencias significativas entre los
empleados que practican un tipo de actividad física u otra.
Respecto a las limitaciones encontradas en el proceso de elaboración de este estudio cabe
destacar la búsqueda de organizaciones que estuvieran dispuestas a participar en el trabajo.
La excesiva carga de trabajo de los directores de recursos humanos y la consecuente dificultad
para concertar una entrevista en la que poder exponer los objetivos resultó ser una tarea
tediosa. Además, algunas organizaciones, tras comentarle la metodología del estudio,
argumentaron que no creían que fuese viable pasar el cuestionario a los trabajadores, ya que
iniciativas de este tipo llevadas a cabo en el pasado no habían tenido los resultados esperados.
Además, la falta de investigaciones relacionadas con empleados saludables, potencial creativo
y su relación con la práctica de actividad física también limitó el presente estudio. Al ser un
tema relativamente novedoso, en algunas ocasiones resultaba complejo comparar resultados
de estudios con base científica.
Conflicto de interés
Los autores declaran no tener conflicto de interés.
Financiación
Este trabajo no presentó ningún tipo de financiación institucional.
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Referencias
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