Objetivo
El proceso de digitalización de un buen número de actividades y servicios ha sido una tendencia creciente en un buen número de sectores en los que un buen número de servicios que antes eran presenciales han sido sustituidos por asistencia telefónica o a través de la web. En ese contexto es en el que se pueden inscribir un buen número de actividades y servicios que son ordenadosy suministrados digitalmente (on-web), y otros que son suministrados on-location (al no poder prescindir en su prestación del carácter presencial), pero que son ordenados digitalmente, porcesos que han corrido en paralelo al del desarrollo de las llamadasplataformas digitales.
Sin embargo, bien por razones de operativa o bien por inercias, un buen número de puestos de trabajo en los que un alto porcentaje de sus tareas eran altamente digitalizables y por tanto, susceptibles de ser desempeñadas on web, desde cualquier sitio, seguían exigiendo de la presencialidad de forma que el teletrabajo era más la excepción que la regla.
En cambio, el confinamiento tras la crisis del COVID-19 recomendó y podríamos decir casi exigió que todas las actividades de servicios no esenciales susceptibles de ser ejecutadas bajo fórmulas de teletrabajo, fueran utilizadas y potenciadas, como forma de mantener la estabilidad en el empleo y mantener lo más posible el ritmo de la actividad económica. Este proceso, ha generadouna implantación no gradual de las fórmulas de teletrabajo con una desigual implantación entre ocupaciones y sectores deactividad, dado que no todos los trabajos y actividades tienen la misma facilidad para su desempeño de forma digital o haciendouso de otras formas de teletrabajo.
Para ello, y en línea con una serie de trabajos recientes en los que se ha tratado de estimar la proporción de horas teletrabajadas para diferentes tipos de ocupaciones y sectores de actividad1, (el trabajo hará uso de estas clasificaciones estandarizadas para facilitar las comparaciones), y a la reciente literatura sobre teletrabajo que establece correspondencias entre la presencia de determinadas tareas en un puesto y la propensión que muestra ese empleo a poderse desarrollar bajo fórmulas de teletrabajo(Dingel and Neiman, 2020 y Boeri et al., 2020). Para llevar a cabo este análisis y haciendo uso de los microdatos de la Encuesta de Población Activa y explotando la información relativa a aquellos que realizaron trabajos en su domicilio, se tratará de realizar una caracterización de los perfiles más proclives a realizar actividades de teletrabajo –atendiendo a diferentes características sociodemográficas–, así como para encontrar, tanto por sector de actividad como por tipo de educación cuáles son las que muestran una mayor propensión a sustituir el trabajo presencial en el centro de trabajo por teletrabajo. Se mostrarán resultados nacionales y específicos de la comunidad autónoma andaluza.
Informe técnico:
García-Clemente, J., Quesada, O., Rubino, R. y Congregado, E. (2021). Quién trabaja desde casa? (última actualización 22.12.21)
Informe ejecutivo:
Resumen ejecutivo (última actualización 22.12.21)
Este trabajo forma parte del Proyecto de Investigación financiado por el programa de Ayudas a proyectos de Investigación sobre el SARS-COV-2 y la enfermedad COVID-19 con cargo a Fondos Feder (Decreto Ley 6/2020 de 30 de Marzo, BOJA extra. núm 12, de 30 de marzo de 2020. Junta de Andalucía (Consejería de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad) con cargo a Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Unión Europea).