Caminos del Agua
Historia del agua de Huelva
La antigua ciudad de Huelva, que ha sido una tierra en la que tartesos, fenicios, romanos y árabes ha vivido a lo largo de los años y que, a pesar de lo que se creía, ha sido una ciudad con bastante importancia. Es, actualmente, de las ciudades más antiguas de Europa, aproximadamente del siglo X a. C e igual de antiguo es su sistema de transporte de aguas, desde épocas que aún desconocemos hasta fechas muy recientes, todo el abastecimiento del agua en Huelva giró en torno a un acueducto subterráneo de cuya existencia muy pocos onubenses han oído hablar.
Se da la peculiaridad de que Huelva se encuentra ubicada en la confluencia de los ríos Tinto y Odiel, formando una península cerrada por el estuario que crean ambos ríos en su desembocadura. Sin embargo, la ciudad esta retirada a bastante distancia de los cursos superficiales de agua dulce, carece de manantiales naturales y de otros afloramientos permanentes de aguas abundantes.
Por ello, se piensa que tuvo que alimentarse, desde sus inicios, de dos posibles formas de localizar el agua: Una primera, demostrada por excavaciones arqueológicas, han demostrado que el agua de Huelva se guardaba en pozos realizados en el nivel freático, con las pizarras de las antiguas casas tartésicas.
Pero son los ingenieros romanos, por otra parte, quienes ya idearon a mediados del siglo I un acueducto en la vieja Onuba Aestuaria, la segunda forma de abastecimiento, aprovechando el agua de la lluvia en lo alto de la ciudad transportándose lentamente por sistemas de alta ingeniería a través de los cabezos, principalmente El Conquero. Era muy importante este recurso para la ciudad porque requería grandes cantidades de agua para la próspera industria del salazón del pescado.
El pueblo lo llamó la “Fuente Vieja” y hasta bien entrado el siglo XIX sirvió de manantial junto a otros muchos pozos que jalonaban la ciudad de Huelva como única red del cotidiano vivir donde los vecinos saciaban la sed. Uno de los más conocidos fue el Pozo Dulce, en la barriada del Matadero, pero también existieron el de Vizcaíno, en la explanada de las llamadas Tres Calles, el de Regaza, en los aledaños de la calle san Andrés, y el Pozo del Rey, en la plaza de la Soledad, o la llamada Noria de Faría, en las proximidades del Lazareto.
Del acuífero que suministraba agua a través de las laderas del Conquero, se puede extraer la gran ingeniería trazada sabiamente para transportar el agua. Esto hace pensar que la magnitud de la vieja Onuba a nivel comercial y cultural era bastante importante ya que una infraestructura de tal nivel no estaba al alcance de una población que no tuviese cierta entidad.
El sistema era sencillo pero inteligentemente construido de forma que se aproveche el agua de lluvia que recibe la zona alta de la ciudad y la transporte en sentido este-oeste a través de poros del terreno, a lo largo de unos cientos de metros por un trazado de galerías brillantemente diseñado y construido que captaba y canalizaba el líquido elemento a distintas fuentes en la ladera del Monte Conquero, principalmente la Fuente Vieja. Con este sistema, Huelva tuvo resuelto el suministro de agua hasta la primera parte del siglo XX.
Se estima que el volumen de agua que transportaría este acueducto subterráneo podría ser en torno a 100-200 mil litros diarios en los meses con cierta lluvia. Actualmente, la Fuente Vieja, situada en la barriada de las Colonias drena unos 30 mil litros al día debido a la obstrucción que sufre la galería y a la poca permeabilidad de la zona urbana actual.
Este acueducto subterráneo tenía algún ramal de derivación y existía alguna parte exterior que servía para salvar alguna vaguada, como la actual Cuesta del Carnicero.
Huelva tuvo resuelto el suministro de agua hasta el siglo XX cuando, debido a las obstrucciones, el caudal era insuficiente en las fuentes urbanas de San Pedro y otras, como la que se colocó en 1772 en la Plaza de San Juan (actual Plaza de las Monjas), teniendo que acudir la población a la Fuente Vieja, que se encontraba a cierta distancia del núcleo habitado. Por aquel entonces, surgieron los aguadores, que repartían agua a domicilio ya no demasiado transparente, debiéndose clarificar en grandes tinajas para que “el cieno se posara en el fondo, antes de usarla” como dice A. J. Martínez Navarro en un artículo del Huelva Información del año 94 “Los aguadores en la noche onubense de los tiempos”.
La sociedad onubense va avanzando y en el siglo XIX, entrando en la modernidad, la ciudad demanda más agua y busca más allá de su perímetro: Norias de Farias y del Palmarete, Pozo Dulce… incluso se realiza alguna prospección en la zona de La Ribera.
En estos años, la actividad comercial es fuerte y existe un despertar social, cultural y económico de la ciudad gracias al despegue de las minas de Rio Tinto. Se realizan obras en la ciudad como el muelle de Ferrocarril de Riotinto o la Casa Colón con vistas a la celebración del Cuarto Centenario del descubrimiento de América.
Algunos emprendedores aprovechan la oportunidad de negocio del abastecimiento de agua como los Mora, Vázquez, Sundheim…, que llevan a cabo traídas de agua desde La Ribera o Peguerillas, abriendo pozos profundos, trazando conducciones por las calles y construyendo depósitos reguladores y surtidores para la venta de agua.
Aun así, la demanda social seguía creciendo y pronto estas actuaciones quedaron limitadas tanto por el origen del agua como su capacidad de transporte, distribución o calidad dudosa.
Por ello, el Ayuntamiento en 1911 encarga la construcción de una presa para embalsar el agua en Arroyo Castaño, en el término de Beas. El pantano o dique de Beas, como popularmente se hizo común, está muy ligado a Juan Quintero Báez, Alcalde de Huelva por esa época. Pronto el pantano se vio insuficiente para satisfacer las demandas urbanas acrecentadas con la llegada del Polo en el año 64, el desarrollo industrial requirió entonces una nueva solución a los problemas hídricos y la garantía del abastecimiento del capital onubense. Llegó entonces el final de la vida útil del acueducto que quedó abandonado a su muerte.
Emahsa centra su actividad en los servicios del ciclo integral del agua en Huelva capital y es empresa de referencia en Huelva donde opera desde 1970.
Con la Huelva industrial, llega la privatización del suministro y el agua pasa a ser un negocio. Pero en 1904 se dan los primeros pasos para la municipalización de las aguas y en 1.970 se constituye la actual Empresa Municipal de Aguas, que en sus primeros años de vida impulsó fuertemente la red de distribución. Del embalse de Beas, los onubenses pasamos a suministrarnos por la construcción del pantano Chanza-Piedras que fue inaugurado en 1987 y cuyo ámbito geográfico corresponde a la Confederación Hidrográfica del Guadiana.
Actualmente, la Empresa Municipal Aguas de Huelva está gestionando todo el Ciclo Integral del Agua, por lo que el Ayuntamiento se preocupa por cuidar y garantizar el suministro y la calidad de nuestra agua. La puesta en marcha de la estación Depuradora de Aguas Residuales culmina todo un largo y apasionante proceso en aras de un moderno y seguro servicio.
Teniendo en cuenta los tiempos de sequía y sus catastróficas consecuencias, el compromiso de este Ayuntamiento es garantizar el suministro y la calidad del agua a las generaciones presente y futura.
Entrada a la Fuente Vieja
Libro Caminos del Agua en Huelva y su Entorno
La Cátedra de Innovación Social de Aguas de Huelva presenta el libro Caminos del Agua en Huelva y su Entorno. Con este libro se pretende difundir y poner en valor el valioso patrimonio natural e histórico ligado al agua con el que contamos en la ciudad de Huelva y su entorno, al mismo tiempo que potenciar el turismo sostenible. Para ello, se invita al lector a recorrer varias rutas para conocer y disfrutar de los humedales que tenemos tan cercanos, de forma que seamos conscientes de su importancia para nuestro bienestar y el de nuestros descendientes. En una segunda parte, se plantean recorridos para viajar a nuestro pasado a través de la historia del abastecimiento del agua, que ha tenido importantes repercusiones en la configuración actual de nuestra ciudad y nuestra forma de vida. Como no puede ser de otra forma, se incluye un apartado sobre las galerías subterráneas de origen romano localizadas bajo el Conquero, que constituyen los vestigios más importantes que se conservan en la ciudad de Huelva de ese importante periodo. Por último, esta guía permite conocer algunos de los usos y costumbres tradicionales ligados al agua, como las salinas, molinos mareales, riego de huertas fundamentales para la alimentación de la población en el pasado, etc.
Patrocinio de visitas de Platalea
La Cátedra de Innovación Social de Aguas de Huelva patrocina un programa de visitas realizados por Platalea. Naturaleza y Patrimonio, mediante en que se pretende dar a conocer la Historia del suministro de agua a la ciudad de Huelva. Las visitas Señores del Agua se centran en las traídas de agua que se llevaron a cabo a partir de finales del siglo XIX, cuando el acueducto no surtía el suficiente caudal para mantener a una ciudad en desarrollo portuario e industrial.
Video: Dentro del Monte Conquero (El Acueducto de Onoba)
La Cátedra Aguas de Huelva en colaboración con los profesores de la Universidad de Huelva, Javier Bermejo y Juan Manuel Campos (Grupo Vrbanitas: Arqueología y Patrimonio), ha realizado un video para conocer el interior de las galerías subterráneas que parten desde Fuente Vieja y se introducen por debajo de El Conquero. En este video se resumen los últimos avances en el conocimiento del acueducto de Onoba Aestuaria, la obra romana de ingeniería civil más importante del panorama arqueológico de Huelva, a partir de las recientes investigaciones interdisciplinares que se han llevado a cabo.