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AportAciones de lA biomiméticA A lA economíA solidAriA: integrAr soluciones provenientes de lA nAturAlezA
revistA de economíA mundiAl 67, 2024, 71-97
o donde el Estado no llega, impulsando lógicas de cooperación, equidad y
justicia social (Laville & Gaiger, 2013). Desde un enfoque de economía crítica,
se trata de lograr la transformación en todos los ámbitos del ciclo económico
integrando la dimensión ecológica, feminista y solidaria.
En definitiva, la ES “es una visión y una práctica que coloca los procesos de
sostenimiento de la vida en el centro de la actividad socioeconómica, por lo
que sitúa a las personas, comunidades, pueblos, culturas, entorno ambiental
y bienes comunes por encima del capital y de su acumulación” (REAS, s.f.).
Se trata de un sistema económico, sociopolítico y cultural cuyo modelo se
expresa en la Carta de la Economía Solidaria. En 2022, la Carta de la ES
incorporó una mirada feminista y ecologista al tenor de la expansión de este
movimiento y los retos eco-sociales como medios para contribuir con relaciones
socioeconómicas plurales y diversas, a través de seis principios orientadores
(REAS, s. f.): equidad, trabajo digno, sostenibilidad ecológica, cooperación,
reparto justo de la riqueza y compromiso con el entorno. A continuación, se
presentan brevemente estos seis principios.
La equidad como un elemento central en todas las estructuras y relaciones
colectivas, entre los diferentes niveles y espacios de la sociedad con el planeta,
especialmente, con quienes soportan desigualdades y discriminación.
El trabajo digno en toda actividad humana que haga posible superar
dinámicas de empobrecimiento y precarización. La ES “entiende el trabajo
como una herramienta de acción colectiva al servicio de las necesidades de
la comunidad y de la sostenibilidad de la vida, orientada al desarrollo de
las capacidades y al empoderamiento individual y colectivo” (REAS, s. f.).
La ES promueve un empleo digno, saludable y emancipador, basado en la
cooperación y equilibrio salarial que ofrecen a las personas los recursos y el
tiempo necesario para disfrutar de vidas que merezcan la pena vivirse.
La sostenibilidad ecológica es el segundo principio integrado en la reciente
actualización y emerge como elemento central ya que la ES reconoce a la
naturaleza como sujeto de derechos por lo que coloca a los seres vivos y a la
reproducción de la vida en el centro de todo proceso social y económico. La ES
“se compromete con no causar más daños y reparar los entornos ambientales,
aprendiendo de las cosmovisiones de pueblos y culturas que manifiestan y
practican la convivencia con la naturaleza y el respeto a sus ciclos y procesos”.
La cooperación entendida como un reconocimiento de la auto-organización
basada en el apoyo mutuo y la solidaridad como medios para satisfacer
necesidades de las personas y comunidades, así como elemento central para
construir relaciones económicas colaborativas, democráticas y transparentes.
La ES considera que el principio de reparto justo de la riqueza es una
comprensión más allá de los elementos materiales y socioculturales, que
satisfacen necesidades humanas a través de organizaciones empresariales de
diverso tipo y el valor de la responsabilidad en todos los ciclos del proceso
económico (Odum, 2007).
Finalmente, el compromiso con el entorno interpela a organizaciones y
personas a articularse con el espacio social y cultural que circunda a dichas