101
Análisis y Modicación de Conducta
2023, Vol. 49, Nº 180, 101-115
ISSN: 0211-7339
http://dx.doi.org/10.33776/amc.v49i180.7683
Resumen
La Psicoterapia Analítica Funcional (FAP) es una
terapia contextual. Realiza un análisis funcional de
la conducta del cliente dentro de la sesión clínica,
aplicando contingencias de reforzamiento natural
y el moldeamiento, y establece una equivalencia
funcional entre el contexto clínico y la vida diaria del
cliente. A pesar de los númerosos estudios que de-
muestran su ecacia para el tratamiento de trastor-
nos psicológicos de muy diversa índole, su carácter
eminentemente funcional e idiográco, basándose
en el estudio de casos clínicos de sujeto único, su-
pone un claro inconveniente a la hora de adaptarse
a los sistemas diagnósticos nosológicos y a los cri-
terios de validez (el ensayo controlado aleatoriza-
do y el metaanálisis) mayoritariamente aceptados
por la comunidad cientíca. El presente trabajo
expone el Modelo de Conexión Social como una
alternativa a las limitaciones de FAP, reconociendo
su utilidad clínica. Además, hace un análisis crítico
de este modelo,señalando los riesgos de recurrir a
términos de nivel medio (consciencia, coraje, amor,
intimidad, etc.) y desviar el enfoque funcional e
idiográco característico de FAP.
Análisis crítico del modelo de la conexión social
propuesto desde la psicoterapia analitica funcional
Critical analysis of the social connection model
proposed from functional analytical psychotherapy
Rafael Ferro-García
Centro de Psicología C.E.D.I. Granada
Manuel Calvillo-Mazarro
Servicio Andaluz de Salud, UGC Norte Córdoba
Miguel Ángel López-Bermúdez
Hospital Universitario de Jaén
PalabRas clave
Psicoterapia Analítica Funcional; Conexión
social; relaciones de intimidad
abstRact
Functional Analytical Psychotherapy (FAP) is a
contextual therapy. Performs a functional analysis
of the client’s behavior within the clinical session,
applying contingencies of natural reinforcement
and shaping, and establishes a functional
equivalence between the clinical context and the
client’s daily life. Despite the number of studies
that demonstrate its ecacy for the treatment of
psychological disorders of a very diverse nature,
its eminently functional and idiographic nature,
based on the study of clinical cases of a single
subject, represents a clear drawback when it comes
to adapting to the nosological diagnostic systems
and validity criteria (randomized controlled
trial and meta-analysis) mostly accepted by the
scientic community. This paper exposes the
Social Connection Model as an alternative to the
limitations of FAP, recognizing its clinical utility. In
addition, it makes a critical analysis of this model,
pointing out the risks of resorting to mid-level
terms (awareness, courage, love, intimacy, etc.)
and diverting the characteristic functional and
idiographic approach of FAP.
KeywoRds
Functional Analytic Psychotherapy; social
connection; intimate relationship.
Recibido: 11/04/2023; aceptado: 19/04/2023
Correspondencia: Rafael Ferro-García. Centro de Psicología Clínica C.E.D.I. Avda. Constitución 25, 7º Izda. 18014 Granada.
E-mail: rferro@cop.es
ANÁLISIS CRÍTICO DEL MODELO DE LA CONEXIÓN SOCIAL PROPUESTO DESDE LA PSICOTERAPIA ...
102
http://dx.doi.org/10.33776/amc.v49i180.7683
Análisis y Modicación de Conducta, 2023, vol. 49, nº 180
La Psicoterapia Analítica Funcional (Functio-
nal Analytic Psychotherapy, FAP; Kohlenberg
&Tsai, 1991) es una psicoterapia contextual
que se caracteriza por realizar un análisis fun-
cional de las conductas del cliente que ocurren
en la sesión clínica, estableciendo una equiva-
lencia funcional entre el ambiente clínico y el
de la vida diaria del cliente. Propone 3 tipos de
Conductas Clínicamente Relevantes (CCR), y 5
reglas terapéuticas (observar, evocar, y reforzar
las CCR objetivo, ver el efecto de ese reforza-
miento y generar un repertorio de descripción
de las relaciones funcionales entre las variables
de control y las conductas) (Ferro et al., 2015).
Debido a su carácter funcional e idiográco, le
corresponde principalmente una investigación
de caso único de los problemas psicológicos
que en su descripción funcional escaparían a
los límites de sistemas diagnósticos nomotéti-
cos como el DSM-5 o el CIE-11. Esto supone un
claro inconveniente por no adoptar el criterio
de validez aceptado por la comunidad cien-
tíca (el ensayo aleatorizado controlado y el
meta-análisis) para el reconocimiento de tera-
pias empíricamente validadas. De hecho, a día
de hoy, FAP no está reconocida como un trata-
miento ocialmente apoyado empíricamente
para ningún trastorno diagnóstico concreto.
Para resolver estas supuestas desventajas,
algunos autores proponen la denición de
constructos funcionales. Una de estas pro-
puestas es la de Maitland et al. (2017), que por
un lado pretende identicar un conjunto de
objetivos terapéuticos estandarizados para
FAP, usando para ello el modelo de Conexión
Social; y por otro, establecer relaciones entre
las mejoras en estos objetivos denidos en
términos de Conductas Clínicamente Rele-
vantes, con una reducción en la sintomatolo-
gía de los problemas psicológicos denidos
según el DSM (Maitland & Lewis, 2022).
El modelo de Conexión Social, también de-
nominado como Consciencia, Coraje y Amor
(Awareness, Courage & Love, ACL) ha ido
surgiendo en los últimos años a través de di-
versos escritos desde la FAP y fue presentado
por primera vez por Tsai et al. (2009) como
descripciones de las cualidades del terapeu-
ta (consciencia, coraje, amor) relacionadas
con la implementación competente de la FAP.
De esta manera dichos constructos se han
denido en relación a las reglas terapéuticas
en varios textos (Holman, et al., 2017; Tsai
et al., 2009; 2012; 2013). Donde Consciencia
se reere a dos reglas terapéuticas: la Regla
1 (observar las conductas clínicamente rele-
vantes (CCR) y ser conscientes de ellas) y la
Regla 4 (observar los efectos potencialmente
reforzantes de la conducta del terapeuta en
relación con las CCR del cliente y observar su
impacto). El coraje o valor, está relacionado
con la Regla 2, es decir evocar las CCR siendo
valiente. El amor (terapéutico) con la Regla 3,
que se reere a reforzar las CCR a incrementar
de forma amorosa terapéuticamente.
El equipo de Maitland desarrolló a partir de
aquí un modelo clínico para guiar la evalua-
ción y conceptualización del caso del cliente,
para denir una categorización de los proble-
mas que se pueden presentar en sesión y para
establecer objetivos estandarizados en FAP.
Para estos autores el uso del lenguaje común
para describir importantes cualidades tera-
péuticas y objetivos clínicos en FAP es con-
RAFAEL FERRO-GARCÍA • MANUEL CALVILLO-MAZARRO • MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ-BERMÚDEZ 103
Análisis y Modicación de Conducta, 2023, vol. 49, nº 180
http://dx.doi.org/10.33776/amc.v49i180.7683
gruente con el supuesto fundamental de FAP
de que la relación terapéutica, y la respuesta
del hablante-oyente dentro de esa relación,
es funcionalmente equivalente con las rela-
ciones que el paciente tiene en su vida coti-
diana y que constituyen una parte central de
los problemas que éste trae a consulta.
El modelo ACL propuesto por Maitland et
al. (2017) en el marco de la ciencia conductual
contextual (contextual behavioral science, CBS),
trata de explicar la conexión social y las rela-
ciones de intimidad con los demás, y preten-
de analizar las conductas necesarias para que
se establezcan dichas relaciones de intimidad
en los procesos interpersonales en general, y
especícamente, en las que se dan o deberían
darse en las relaciones terapéuticas curativas.
La intimidad podría denirse como aquel
conjunto de comportamientos que nos ayu-
dan a mantener relaciones cercanas, cons-
cientes, seguras y de conanza, en las que hay
una sana expresión de vulnerabilidad y un
adecuado control privado del yo. Estos com-
portamientos se habrían desarrollado a partir
de una serie de experiencias en la biografía de
cada persona. Para la FAP, cuando la petición
de necesidades, las auto-revelaciones, la ex-
presión emocional o la conducta vulnerable
ha supuesto una experiencia de invalidación
y/o castigo, no solamente no se desarrollan
las habilidades relacionales adecuadas para
la vida diaria y las de mayor cercanía-intimi-
dad, sino que esto, además, puede afectar a
la habilidad para experimentar, identicar y
denir estados internos, lo que a su vez está
vinculado al desarrollo de problemas del yo y
otros trastornos de personalidad.
Por tanto, denir el proceso en el que se
desarrollan estas habilidades de intimidad
puede ayudar a denir el problema del clien-
te, marcar objetivos terapéuticos y facilitar
una serie de relaciones dentro de la terapia
que supongan el aprendizaje de esta clase de
conductas en sesión, que habrá que ayudar al
cliente a generalizar a su vida diaria.
El proceso, tal y como se presenta en el
modelo de Mailtland et al. (2017), parte de
una diada entre hablante y oyente, en el que
se expone un constructo de las relaciones en-
tre la expresión de vulnerabilidad del hablan-
te y la sensibilidad de responder del oyente.
Este es un proceso reciproco, en el que el
hablante muestra vulnerabilidad (evocada
contextualmente) y el oyente responde de
forma segura, cuidadosa y comprensiva. Esta
manera de responder del oyente en la diada,
refuerza la conducta del hablante de forma
natural y por lo tanto incrementa la probabi-
lidad de que el hablante se exprese de forma
vulnerable en el futuro e incremente la expe-
riencia de intimidad (seguridad, conanza,
cercanía) en esta relación. Este modelo es
aplicable a todos los niveles de las interac-
ciones sociales y con diferentes topografías
dentro de las relaciones de amistad, familia,
pareja, y las relaciones terapeuta-cliente.
Las 4 subrelaciones del modelo ACL
En el modelo se denen 4 sub-relaciones
dentro de las interacciones terapéuticas. Cada
relación especica una conducta del hablante
y una conducta (consecuencia) del oyente que
han de ocurrir en la relaciones terapéuticas
de forma probable y natural. Se identican en
ANÁLISIS CRÍTICO DEL MODELO DE LA CONEXIÓN SOCIAL PROPUESTO DESDE LA PSICOTERAPIA ...
104
http://dx.doi.org/10.33776/amc.v49i180.7683
Análisis y Modicación de Conducta, 2023, vol. 49, nº 180
total 8 conductas o habilidades para evaluar
desde este modelo, lo que permite realizar
una conceptualización de las dicultades del
cliente respecto a sus relaciones sociales de
intimidad. En este esquema cada una de estas
habilidades queda enmarcada dentro de uno
de los constructos que denen el modelo. Así,
la autoconsciencia a nivel del hablante y la
consciencia del otro a nivel del oyente, que le
permite ser sensible a la respuesta del hablan-
te, se correspondería con el primer elemento
del modelo: la consciencia. Marín-Vila et al.
(2020) añaden de forma explícita al modelo la
consciencia del propio contexto como otra ha-
bilidad. El coraje se sitúa al nivel del hablante,
y se identica con sus habilidades para una ex-
presión emocional abierta, para realizar auto-
rrevelaciones y peticiones ajustadas y claras de
sus deseos y necesidades. Por su parte, el amor
queda enmarcado a nivel del oyente y se co-
rresponde con las habilidades para reaccionar
validando la respuesta del hablante, ofrecien-
do seguridad y aceptación y dando respues-
tas-soluciones adecuadas a las peticiones que
ha realizado el oyente. El modelo presenta en
términos funcionales las CCR que pueden ser
consideradas objetivos clínicos potenciales en
FAP. A continuación, se exponen y describen
las 4 sub-relaciones y las 8 habilidades.
La relación 1, requiere de un hablante que
tenga la habilidad de expresar sus emociones,
y de un oyente que sea habilidoso para res-
ponder con seguridad y aceptación. Respecto
al hablante, los autores mantienen que la ex-
presión de emociones auténtica es benecio-
sa para la interacción social en general y en el
desarrollo de la intimidad en particular. Las
emociones pueden ser adaptaciones al con-
texto que tienen una función de comunica-
ción social. Esa expresión emocional auténtica
puede considerarse desde FAP una CCR del
tipo 2, es decir un objetivo en terapia y que
por tanto hay que incrementar. Y, al contrario,
una falta de expresión o una expresión extre-
ma puede considerarse una CCR del tipo 1
(conductas a eliminar), es decir una conducta
que hay que reducir o eliminar en terapia. Una
represión emocional tendría efectos negati-
vos sobre el desarrollo de la intimidad, ya que
hace que el oyente tenga menos motivación
y peor relación con quién reprime las emocio-
nes, y a su vez el que reprime las emociones,
tiene un soporte social pobre, y pocas rela-
ciones cercanas. Las CCR1 de esta sección se
pueden considerar que forman parte de la evi-
tación experiencial. Respecto al oyente, su ha-
bilidad para responder a la expresión emocio-
nal del hablante con seguridad y aceptación
es una CCR tipo 2 (conductas a reforzar). Se
incluyen en estas CCR2 indicadores no verba-
les de atención y compromiso emocional sin-
cronizados, indicadores verbales explícitos de
atención, seguridad y aceptación, y sensibili-
dad a la respuesta del hablante. Como CCR1
del oyente en esta relación se considerarían
reprimir, ignorar o castigar la expresión emo-
cional del hablante, debido a las tendencias a
la evitación propias o a otros factores.
La relación 2, requiere de un hablante reali-
zando una autorrevelación congruente emocio-
nalmente y apropiada y de un oyente con habi-
lidad para responder validando dicha respuesta.
Las personas deben hablar sobre sí mismas (de
sus pensamientos, sentimientos, recuerdos, va-
RAFAEL FERRO-GARCÍA • MANUEL CALVILLO-MAZARRO • MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ-BERMÚDEZ 105
Análisis y Modicación de Conducta, 2023, vol. 49, nº 180
http://dx.doi.org/10.33776/amc.v49i180.7683
lores y de su identidad) para que la relación se
desarrolle, y esta forma de hablar debe ser reci-
bida con validación y comprensión. El modelo
enfatiza la importancia de la realización de re-
velaciones que impliquen la expresión de emo-
ciones y vulnerabilidad para el desarrollo de la
intimidad, algo respaldado por amplia investi-
gación (Maitland et al., 2017). Las CCR2 para el
hablante que se incluyen aquí son expresiones
emocionales congruentes de hechos y emocio-
nes tanto agradables como desagradables. Por
otro lado, las CCR2 del oyente son respuestas a
las revelaciones del hablante que sean sutiles,
adaptadas, empáticamente sintonizadas y con
el apoyo emocional que se necesita, especial-
mente cuando la angustia emocional del ha-
blante es alta. Estas habilidades del oyente que
se han denominado como validación, incluyen
previamente una discriminación de que esta
interacción requiere de una respuesta de vali-
dación más que una forma más especíca de
apoyo como la solución de problemas o aseso-
ramiento. Para los autores esta discriminación
es esencial para el bienestar social. Una res-
puesta del oyente simple e instrumental a esta
revelación puede ser percibida por el hablante
como invalidante y castigadora (y por tanto una
CCR1) más que como reforzadora. Por ejemplo,
cuando un hablante revela un problema que le
angustia y el oyente responde, quitándole im-
portancia o dando instrucciones directas sobre
lo que tiene que hacer.
La relación 3, implica a un hablante que
tiene la habilidad para pedir lo que necesita,
y un oyente que proporcione un refuerzo na-
tural a estas solicitudes del hablante, dándole
lo que pidió. Los autores mantienen que este
tipo de relación se apoya en la investigación
que establece los benecios interpersonales
de pedir y dar apoyo instrumental especíco
en las relaciones sociales (p.ej.: información
especíca, consejo, solución de problemas,
ayuda práctica, asistencia). Los problemas a la
hora de hacer peticiones pueden ser conside-
rados como CCR1 para el hablante, y pueden
ser comportamientos problemáticos tanto
por exceso, por ejemplo, pedir algo fuera de
contexto, sin consciencia de la capacidad o
los deseos del oyente, como por defecto, por
ejemplo: no pedir, por falta de asertividad,
por sentirse en deuda, etc. En cuanto a las
CCR1 del oyente, señalan conductas como no
ofrecer ayuda, apoyo, etc. por no ser sensible
a la situación del oyente, por falta de genero-
sidad, o por no ser consciente, etc.
La distinción entre las dos últimas subrela-
ciones es consistente con la distinción de Man-
do y Tacto (Skinner, 1957). De esta manera las
autorrevelaciones propias de la sub-relación 2
pueden ser consideradas tactos que vienen
seguidas de un refuerzo genérico como la va-
lidación. En el caso de la sub-relación 3 pedir
sería considerado como un mando y requiere
de unas consecuencias más especícas, que
depende de lo que se solicitó. En este sentido
la habilidad del oyente (terapeuta) para discri-
minar las autorrevelaciones auténticas (tactos)
de los mandos disfrazados que realiza el ha-
blante (cliente) es clave dentro de FAP.
La relación 4, comienza desde el oyente
que, partiendo de la consciencia del otro (de su
expresión emocional, revelaciones y deman-
das), debe responder con un comportamiento
auténtico y valiente a la conducta del hablan-
ANÁLISIS CRÍTICO DEL MODELO DE LA CONEXIÓN SOCIAL PROPUESTO DESDE LA PSICOTERAPIA ...
106
http://dx.doi.org/10.33776/amc.v49i180.7683
Análisis y Modicación de Conducta, 2023, vol. 49, nº 180
te (cliente). Son estas respuestas naturales de
validación, seguridad y aceptación del oyen-
te ante la conducta del hablante, mostrando
afecto, apoyo y dando una respuesta ajustada
y natural a sus peticiones, lo que los autores
identican con el término amor. Además, el
antiguo hablante por reciprocidad ahora es
oyente y debe tener como habilidad aceptar
ese amor (CCR2). A diferencia de los otros dos
elementos del modelo (consciencia y coraje),
el amor está poco representado en las publi-
caciones de la FAP, y debe ser mejorado según
Maitland et al. (2017). En la presentación del
modelo (Tsai et al., 2009), el amor es cómo los
terapeutas deben responder funcionalmente
a las CCR2 del cliente. La habilidad propuesta
por el modelo, de aceptar el amor del terapeu-
ta, en el sentido de aceptar el apoyo del mis-
mo, es novedosa como clase de CCR.
Las CCR basadas en cada subrelación del
modelo ACL
El estudio de Maitland et al. (2017), revisa
los estudios empíricos que encontraron de FAP
hasta esa fecha. Identicaron 98 posibles CCR
y las clasicaron como CCR1 o CCR2 dentro de
24 clases funcionales de CCR que establecie-
ron en función de estas subrelaciones descri-
tas anteriormente. En el texto se ha eliminado
la subrelación dar seguridad y aceptación por-
que se han considerado redundantes.
Auto-consciencia.
Dentro de esta subrelación se identifican
cuatro clases funcionales de CCR. En la clase
funcional de la consciencia de la experiencia
emocional propia, las CCR1, descritas son: fal-
ta de habilidad para describir una emoción
en sesión, y en las CCR2, identificar y etique-
tar sus experiencias emocionales de forma
detallada, y detectar la relación entre la si-
tuación y el dolor o sufrimiento.
En cuanto a la consciencia sobre la inuencia
externa sobre la conducta, las CCR1 descritas
son: no explicar claramente qué ha ocurrido
sobre su conducta o la de los demás, culpar a
los demás de sus problemas, no admitir su pa-
pel en los hechos, no saber por qué las cosas
han sucedido de esa manera, tener un control
público del yo excesivo. Las CCR2, mantener
relaciones sociales, y no evitar las reuniones
familiares con pretextos.
En relación con la clase funcional la conscien-
cia de las necesidades, se marca solo la siguiente
CCR2: cuando el cliente identica claramente
qué quiere de los demás (terapeuta, otros).
En referencia a la consciencia de sus valo-
res, se exponen solo las CCR2 siguientes: de-
finir prioridades; hacer explícitos sus valores,
organizar, planear, y actuar en relación con
sus propios deseos u objetivos.
Consciencia de los demás
En esta subrelación se identican tres clases
funcionales. En relación con la clase funcional
de la consciencia de los sentimientos del otro, se
expone como CCR1, una deciencia a la hora
de estar abierto a momentos de intimidad y de
conexión dentro de la relación terapéutica. En
cuanto a las CCR2: un comportamiento social
en alerta y comprometido (autocorregirse o
disculparse cuando se va por la tangente o por
las ramas); reconocer cuando su impacto hace
distanciarse de los demás, y si lo desea, puede
RAFAEL FERRO-GARCÍA • MANUEL CALVILLO-MAZARRO • MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ-BERMÚDEZ 107
Análisis y Modicación de Conducta, 2023, vol. 49, nº 180
http://dx.doi.org/10.33776/amc.v49i180.7683
dar una respuesta diferente; reconocer ante el
terapeuta su efecto sobre los demás (describir
circunstancias vitales de forma no juiciosa y
aceptando su parte de responsabilidad); descri-
bir correctamente la relación funcional entre la
conducta y sus consecuencias (explicar abierta-
mente qué le ocurre, qué hace y por qué, sin ex-
cusas ni explicaciones correctas); y oír de forma
cuidadosa y empática la opinión del terapeuta.
En cuanto a la consciencia de las necesidades
de los demás, se describen las siguientes CCR1:
demandar comunicación de forma excesiva (a
través de texto y/o mensajes de teléfono); ha-
blar con verborrea con abundantes palabras y
pocas ideas concretas; y hablar sin correspon-
dencia con el discurso del terapeuta, con sus
comentarios, solicitudes u otros intentos del
terapeuta de entrar en la conversación.
En referencia con la consciencia de los va-
lores de los otros, se expone como una CCR1:
quejarse de lo que ha pasado, de su vida, de
las cosas que hacen los demás y de cómo lo/a
tratan, criticar a los otros y no comprender las
preferencias de otras personas. También expo-
nen las siguientes CCR2: reconocer el impac-
to de su propia conducta sobre el terapeuta
(a menudo se reprime y pide disculpas antes
de recibir feedback), y preguntar sobre lo que
siente y piensa el terapeuta.
Expresar emociones
En esta subescala se identican tres clases
funcionales diferentes.
En la clase funcional de la evitación de estímu-
los evocadores, se consideran las siguientes CCR1:
la evitación experiencial/emocional; el aislamien-
to social y la evitación de relacionarse con otros,
estar solo, perder relaciones sociales, no estar
dispuesto a hablar de alternativas, ser socialmen-
te agresivo/a; y evitar los malos sentimientos, en-
fadarse cuando se siente triste o ansioso, evitar
hablar de cosas que hacen sentir infeliz, evitar los
sentimientos de ansiedad. En esta clase conside-
ran las siguientes CCR2: salir con amigos y compa-
ñeros, discutir desacuerdos y expresar malestares,
compartir información privada y dolorosa; decir
la verdad independientemente de lo que piense
qué debería decir, dar razones de lo que su con-
ducta depende en ese momento (CCR3); apro-
ximarse y participar en situaciones que podrían
elicitar emociones aversivas; y tener interacciones
más personales e intimas con el terapeuta.
Otra clase funcional es el escape no verbal,
y consideran los autores tres CCR2: responder
al pensamiento paranoico de manera pragmá-
tica social o construyendo intimidad (discutir
abiertamente y evaluar la exactitud de los pen-
samientos y temores paranoicos con respecto
al terapeuta); tomar riesgos para estar emo-
cionalmente más cerca del terapeuta; y crear
un espacio de aceptación y sin juicios para los
sentimientos de incomodidad.
En la clase la conversación tangencial para
escapar, se categorizan dos tipos de CCR1:
evadir temas cambiando de conversación, y
bromear e intelectualizar durante las sesiones.
Describen estas CCR2: para mantener relacio-
nes sociales no evitar reuniones familiares po-
niendo pretextos; no asumir la responsabilidad
de la experiencia y las respuestas emocionales
del terapeuta; hablar más y permitirse pensar
en su propio potencial; y responder de forma
emocional genuina y pro-social (compartien-
do información o sentimientos).
ANÁLISIS CRÍTICO DEL MODELO DE LA CONEXIÓN SOCIAL PROPUESTO DESDE LA PSICOTERAPIA ...
108
http://dx.doi.org/10.33776/amc.v49i180.7683
Análisis y Modicación de Conducta, 2023, vol. 49, nº 180
Autorrevelaciones
En esta subcategoría los autores describen
dos clases funcionales de respuesta. La prime-
ra es la expresión clara y honesta, para las que
identican estas CCR1: pobre comunicación
con su pareja y no ser honesto sobre temas difí-
ciles; problemas con falta de autorrevelaciones
y su control contextual. Encuentran en los estu-
dios las siguientes CCR2: expresión emocional
directa con el terapeuta (reportando estados
emocionales); hablar de sentimientos aversivos;
desarrollar y mantener un repertorio prosocial
con el terapeuta y los demás; discutir sus sen-
timientos y sus efectos en sesión (p.ej.: miedo,
tristeza) a pesar de verlos negativamente; au-
torrevelaciones de sus pensamientos ante el
terapeuta; eliminar las respuestas superciales
a preguntas sobre sus opiniones; expresar ver-
balmente deseos y sentimientos; y hacer juicios
críticos sobre la gente abusiva en su vida.
La otra clase funcional que proponen es la
pasividad. En ella plantean las siguientes CCR1:
dicultad para revelar pensamientos, sentimien-
tos, e impulsos para exponerlos durante la se-
sión; fallar en revelar (como una clase). Y por el
contrario proponen estas CCR2: iniciar temas y
hacer solicitudes; expresión genuina (p. ej.: indi-
car claramente los temas deseados en terapia);
hablar sobre qué siente, quiere o pretende hacer;
conar y compartir, así como tener una actitud
abierta en las relaciones interpersonales; y decir
abiertamente no sin culpar a su malestar físico.
Pedir/dar
En esta subrelación identican tres clases fun-
cionales. La primera es preguntar/pedir/exponer,
en la que solo se exponen CCR2. Cuando una
persona identica claramente qué es lo que ella
quiere de los demás y entonces hace una deman-
da directa de esto; expresar sus puntos de vista,
necesidades y deseos; expresar sus necesidades
y solicitudes con el terapeuta; decir a los demás
lo que él quería en relación con el terapeuta; re-
velación emocional de cualquier necesidad rela-
cionada con el terapeuta, incluida discutir con
él de temas difíciles y cargados de emociones;
evaluar y armar sus necesidades en sesión; no
pedir la divulgación de otros; dar consejos o to-
mar decisiones e iniciativas relacionadas con la
actividad en grupo; y pedir lo que necesita.
Otra clase funcional sería la expresión de
necesidades inexacta o disfrazada. En la que
se expone la CCR1 de tener una conduc-
ta histriónica (buscar atención, validación y
aprobación). En cuanto a las CCR2, plantean:
identicar las necesidades en la terapia y del
terapeuta y requerir claramente ayuda al tera-
peuta; hacerse cargo de sus trabajos y acep-
tar los riesgos que estos implican; aceptar sus
responsabilidades con sus tareas y compro-
misos según sus valores; y hacer mandos cla-
ros de apoyo emocional al terapeuta.
Hay una tercera clase funcional que han de-
nominado dependencia de los demás y que indi-
can como una CCR2 la expresión y descripción
de sus opiniones sobre el proceso terapéutico. Y
nalmente otra clase en cuanto a la resolución
de conictos, exponiendo como CCR1 la evita-
ción de los conictos con los demás.
Dar seguridad y aceptación
En la que distinguen dos clases funcionales.
La primera es responder de forma intensa ante
una emoción, con las siguientes CCR2: descri-
RAFAEL FERRO-GARCÍA • MANUEL CALVILLO-MAZARRO • MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ-BERMÚDEZ 109
Análisis y Modicación de Conducta, 2023, vol. 49, nº 180
http://dx.doi.org/10.33776/amc.v49i180.7683
bir sus sentimientos en el momento tactando
o describiendo claramente; y conar en las re-
laciones compartiendo sus sentimientos con
el terapeuta y expresando su necesidad de
cercanía por parte del terapeuta de una ma-
nera considerada. La segunda clase funcional
la denominan dar feedback/comentarios pro-
ductivos en la que seleccionan como CCR2,ser
directo al expresar dudas y confusión, expresar
los sentimientos negativos en la sesión y con el
terapeuta, con autenticidad.
Expresar comprensión, empatía y validación
En esta subcategoría distinguen una única
clase funcional: rechazar las ideas y las opinio-
nes de los demás. En la que se exponen tres
CCR1: respuestas verbales agresivas caracteri-
zadas por expresiones del cliente de desacuer-
do, juicio u otras opiniones negativas sobre las
declaraciones, sugerencias, opiniones u otro
comportamiento del terapeuta; agresividad
contra el terapeuta, como quejarse fuertemen-
te de algo que se dijo en una sesión anterior
sin considerar el contexto; y ser inexible so-
bre las sugerencias o solicitudes del terapeuta.
Darle a los demás lo que necesitan
En esta subcategoría han considerado tres
clases funcionales. Una de ellas es aceptar los
comentarios de los demás, en la que consideran
una CCR1, cuestionar los consejos o sugeren-
cias del terapeuta. Otra clase funcional es re-
accionar aversivamente al feedback, en la que
marcan dos CCR2: reaccionar de forma activa
y constructiva a la crítica y aceptar de forma
apropiada el feedback del terapeuta. Y la clase
funcional de dar feedback a los demás, propo-
nen como CCR2, interactuar espontáneamen-
te, preguntando a los demás sobre sus opinio-
nes y estar interesado en lo que dicen.
Otras CCR
Hay un grupo de CCR que no encajaban
en las subrelaciones antes expuestas y que
los autores las extraen clasificándolas en
tres clases funcionales.
La clase funcional de la autoaceptación,
clasican tres CCR1: No aceptar su situación
personal (que la deje el novio, no poder tener
hijos, etc.); mala apariencia y auto-concepto
(quejarse de su apariencia y edad, no arreglar-
se, etc.); y una excesiva autocrítica y rumiación.
En cuanto a las CCR2, describen: aceptar su pa-
sado y las experiencias aversivas vividas; y ser
más autocompasivo.
En relación con aceptar el amor de los de-
más, clasican como CCR2 solo aceptar el
apoyo del terapeuta.
Finalmente, clasican una serie de conduc-
tas relevantes en un apartado como demasia-
do amplias para denir. En CCR1: agresividad;
comportamiento desaante; escape; apatía;
repertorio inadecuado de descripciones de re-
laciones entre su conducta y las variables de la
que es función; y episodios de celos ocurridos
durante la sesión equivalentes a los que ocu-
rrían en la vida diaria. Clasican en este apar-
tado cuatro CCR2: conductas que sirven para
mejorar la cercanía con el terapeuta; indicar
que va a llegar tarde a la sesión o pedir repro-
gramar las sesiones; discutir temas emociona-
les y expresar sentimientos hacia el terapeuta
y los demás; y asumir la responsabilidad com-
partida de las situaciones.
ANÁLISIS CRÍTICO DEL MODELO DE LA CONEXIÓN SOCIAL PROPUESTO DESDE LA PSICOTERAPIA ...
110
http://dx.doi.org/10.33776/amc.v49i180.7683
Análisis y Modicación de Conducta, 2023, vol. 49, nº 180
La inuencia del Sistema FIAT en el Mo-
delo ACL
El sistema FIAT (Functional Idiographic
Assessment Template) creado por Glenn Ca-
llaghan (2006) es un sistema de codicación y
conceptualización de casos clínicos centrado
en las relaciones interpersonales. Evalúa y cla-
sica los repertorios conductuales del cliente
y detecta los posibles problemas que pueda
tener en las relaciones sociales. Propone cinco
clases de funcionamiento interpersonal: iden-
ticación y expresión de necesidades, comu-
nicación bidireccional, problemas en la reso-
lución de conictos, habilidades de revelación
relacionadas con la intimidad y dicultades
con la experiencia y expresión de emociones.
Para cada una de estas clases funcionales de
respuesta, se evalúan: unas claves contextua-
les o funciones de estímulo discriminativas
donde la clase se da, los problemas relaciona-
dos con el control contextual apropiado, y los
repertorios de respuesta en esa clase.
El sistema FIAT ha inuido de forma clara
en el Modelo ACL. Aunque hay sus diferen-
cias, el ACL tiene en cuenta la mayoría de las
clases funcionales, pero adaptándolo a las re-
laciones de intimidad.
Conclusiones
Compartimos la idea de Fuentes y Quiroga
(2005) cuando mantienen que hay un trasfon-
do cultural de la psicopatología actual, y que
esa visión más fenomenológica posibilita una
mayor comprensión de dichos trastornos. Y
creemos que este Modelo de Conexión Social
hace un análisis fenomenológico de la relación
terapéutica y, en general, de las relaciones
de intimidad. Nos gustaría aclarar que, desde
nuestro punto de vista, las relaciones terapéu-
ticas no son procesos de cambio sino un con-
texto donde se produce el cambio.
Coincidimos también con Marín-Vila et al.
(2020), en que las dicultades interpersonales
juegan un papel esencial en el contexto de la
psicoterapia. Además, desde FAP se ha con-
siderado que estos problemas tienen un ca-
rácter transdiagnóstico. En este sentido, bajo
nuestro punto de vista, el Modelo de Conexión
o ACL, aporta un análisis con matices útiles
para la práctica clínica. Por otro lado, y relacio-
nado con lo anterior hay una hipótesis de un
modelo transdiagnóstico sobre la formación
del yo (Ferro & Valero, 2017), que estaría en la
base de los problemas de intimidad como algo
transversal en muchos problemas psicológi-
cos. Desde la FAP se explica la formación del yo
y de sus patologías (Kohlenberg & Tsai, 1991), y
además de su forma de intervención, generan-
do relaciones terapéuticas intimas cambiando
esa experiencia del Yo a lo largo del proceso.
El modelo de relaciones íntimas propuesto
por Maitland et al (2017), es un modelo que
mejora el sistema de FIAT siendo más preci-
so en las deniciones de sus categorías y que
nos permite hacer un análisis de las conduc-
tas necesarias para establecer una relación de
intimidad. Se exponen en él varios de los pro-
cesos que son cruciales en el cambio psicoló-
gico y, de forma más general, en las relaciones
de intimidad y en la conexión social. Estamos
seguros que la validación es un proceso clave
que promueve el cambio y el progreso tera-
péutico. Otro de los procesos descritos es el
de aceptación, entendiendo la aceptación
RAFAEL FERRO-GARCÍA • MANUEL CALVILLO-MAZARRO • MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ-BERMÚDEZ 111
Análisis y Modicación de Conducta, 2023, vol. 49, nº 180
http://dx.doi.org/10.33776/amc.v49i180.7683
como permitir la ocurrencia de eventos priva-
dos (pensamientos, emociones, etc.) que evo-
can la situación en cuestión sin intentar evi-
tar, controlar o cambiar estos eventos (Ferro,
1998). Una relación de intimidad tal y como
lo describe el Modelo ACL, implicaría aceptar
las emociones y pensamientos que evoca la
expresión emocional del hablante.
Una limitación que se ha encontrado en
el modelo, es la eliminación de forma explí-
cita de las CCR3, es decir de las explicaciones
que los clientes realizan en relación con su
comportamiento y de las variables de las que
depende. Esta CCR pensamos que es necesa-
ria y útil para el proceso de cambio. Además,
las clases funcionales establecidas dentro de
cada subrelación no ofrecen límites claros,
por lo que una misma CCR1 ó 2 podría encajar
dentro de más de una clase funcional.
El modelo ACL expone una serie de limita-
ciones de FAP, en primer lugar en relación a su
ecacia porque la mayor parte de las inves-
tigaciones son casos clínicos, y, en segundo
lugar, porque su carácter idiográco no faci-
lita un modelo con unas dianas terapéuticas
que puedan ser transversales (Maitland et al.,
2017) y adaptarse así a la corriente principal
del estudio de los trastornos mentales y lograr
el reconocimiento como terapia empírica-
mente validada. En cuanto a la primera limita-
ción, no estamos totalmente de acuerdo. Las
raíces conductistas de FAP, según Callagan y
Follete (2020) la más idiográca de las terapias
contextuales, suponen un abordaje funcional
e idiográco de los problemas que estudia.
Por este motivo, de manera congruente con
su naturaleza, la ecacia de FAP tradicional-
mente se sustenta en investigaciones basadas
en la metodología de caso único. Los diseños
de caso único son una metodología con una
larga tradición, aceptada por la comunidad
cientíca y que ha probado su ecacia para
estudiar las variables de control y los efectos
del tratamiento. En concreto con FAP, desde
su origen se han hecho estudios de ecacia y
efectividad (Kohlenberg et al., 2002; Macías et
al., 2019; Maitland et al, 2016, entre otros); e
incluso recientemente (López-Bermúdez et al.,
2021). Aunque en la actualidad no existe una
aceptación generalizada de los diseños de
caso único frente al estándar de los estudios
de grupo y ensayo aleatorizado controlado,
bajo nuestro punto de vista, cada una de estas
metodologías no son más que una tecnología
diferente, y ninguna debiera ser juez y parte
que dictamine la ecacia de una terapia.
Creemos que existe una alternativa a este es-
fuerzo por adaptar FAP a los criterios de validez
aceptados mayoritariamente por la comunidad
cientíca (el ensayo aleatorizado controlado y
el metaanálisis como estándar de oro), que se
corresponde con una visión mecanicista-tecno-
lógica de los trastornos psicológicos como enti-
dades naturales (Pérez-Álvarez, 2019), y apoya-
da en un sistema diagnóstico que cada vez se
desvela más claramente como una impostura,
como una mentira conveniente.
Dicha alternativa pasa por profundizar hacia
metodologías de sujeto único, métodos narra-
tivos, de casos clínicos, realmente congruentes
con la perspectiva idiográca, funcional, y no-
diagnóstica que tiene FAP sobre las expresio-
nes de sufrimiento social y emocional y de los
trastornos psicológicos como entidades relacio-
ANÁLISIS CRÍTICO DEL MODELO DE LA CONEXIÓN SOCIAL PROPUESTO DESDE LA PSICOTERAPIA ...
112
http://dx.doi.org/10.33776/amc.v49i180.7683
Análisis y Modicación de Conducta, 2023, vol. 49, nº 180
nales, multicausales, enraizadas en el contexto
verbal y social y en la biografía personal. Una
alternativa que creemos más coherente con
sus bases epistemológicas y ontológicas, que
implicaría renunciar a articios para encajar en
las normas que le permitan jugar en la corrien-
te cientíca y académica mainstream, y que le
ofrece la posibilidad de alinearse con la crecien-
tes corrientes críticas al modelo de salud mental
dominante, desde donde se están ofreciendo
alternativas de conceptualización y abordaje
de los trastornos psicológicos mucho más cer-
canas y coherentes con los principios de FAP
(Angus & McLeod, 2004; Elliott, et al, 2021; Fried,
2022; Hopfenbeck, 2015; Johnstone, 2018,
2022; Johnstone & Boye, 2018; Moncrie, 2018,
2020; Norcross & Lambert, 2019; Norcross, &
Wampold, 2011a, 2011b; Read, & Harper, 2022;
Seikkula, 2011; Seikkula, & Arnkil, 2013; Timimi,
2014, 2017; Wampold & Imel, 2015).
En cuanto a la segunda limitación, hay for-
mas de codicación de las interacciones tera-
peuta-cliente, escalas de evaluación y nuevas
formas de medidas (Valero & Ferro, 2015; 2017)
que contribuyen a establecer variables inde-
pendientes y dependientes transversales que
pueden ayudar a la replicación de casos clíni-
cos. Creemos que este interés por encontrar
dianas terapéuticas transversales está alejan-
do a FAP de su descripción inicial, sustentada
en los principios básicos propios del análisis
de conducta con términos como control an-
tecedente de estímulos, reforzamiento natu-
ral, castigo, extinción, bloqueo de evitación o
reforzamiento diferencial. A la vez se está pro-
duciendo una evolución de FAP hacia mode-
los que utilizan los llamados términos de nivel
medio (Barnes-Holmes et al., 2016), como es el
Modelo de Consciencia, Coraje y Amor. Otras
terapias contextuales también hacen uso de
términos de nivel medio, como es el caso de la
exibilidad cognitiva o de la defusión en la Te-
rapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Sin
embargo, éstos, a diferencia de términos como
intimidad, consciencia, coraje o amor, no son
términos del lenguaje común, con los que los
consultantes tienen una historia previa más
allá de la que el terapeuta les ofrece en terapia.
Autores como Muñoz-Martínez y Follete
(2019) o Callagan y Follette (2020) indican que,
si bien estos términos pueden ayudar a la di-
fusión de estas terapias acercándolas a clien-
tes y profesionales menos familiarizados con
FAP, esto no carece de ciertos riesgos. Para di-
chos autores la utilidad de estos términos no
está clara y puede ser un inconveniente en la
práctica clínica de terapeutas que carecen de
una sólida formación en los principios básicos
del aprendizaje y del análisis funcional de la
conducta verbal que sustentan FAP, a la hora
de determinar con mayor precisión las varia-
bles de control de los problemas que tiene un
cliente. En denitiva, critican que estos térmi-
nos de nivel medio no capturan con suciente
precisión la complejidad de los principios que
producen el cambio terapéutico desde la pers-
pectiva del análisis funcional.
Otras dificultades del uso de términos de
nivel medio provienen de las funciones de
estímulo y equivalencias que esos términos
ya tienen para los clientes como resultado
de su historia con dicha palabra y la expe-
riencia vivida asociada ella, que en ocasio-
nes podría estar muy alejada de la que se
RAFAEL FERRO-GARCÍA • MANUEL CALVILLO-MAZARRO • MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ-BERMÚDEZ 113
Análisis y Modicación de Conducta, 2023, vol. 49, nº 180
http://dx.doi.org/10.33776/amc.v49i180.7683
propone desde la terapia. Un ejemplo claro
de esto lo tenemos en el uso del término Re-
lación de Intimidad, con el que creemos que
habría que tener especial cuidado con la tra-
ducción literal de su uso original en estudios
en inglés, precisamente por los diferentes
campos semánticos que dicho concepto tie-
ne en la cultura anglosajona y la hispana.
Todo lo expuesto, no quita mérito ni utili-
dad clínica a este modelo de análisis de las re-
laciones terapéuticas que propone categorías
y clases funcionales de las CCR1 y 2, de gran
utilidad para el proceso de cambio, mejorando
incluso al FIAT. Compartimos las críticas anali-
zadas aquí a la vez que consideramos que el
Modelo ACL o de Conexión Social, supone un
esfuerzo importante en el intento de estudiar y
operativizar desde una perspectiva idiográca
y funcional estos términos de nivel medio.
En la revisión realizada no se ha encontrado
ningún estudio empírico en el que se aplique
el Modelo ACL como una forma de evaluar
la efectividad en el estudio de la intimidad o
Conexión Social. Sería interesante aplicarlo en
este tipo de problemática para ver su utilidad e
incluso, compararlo con el sistema FIAT.
Referencias
Angus, L. E., & McLeod, J. (Eds.). (2004). The
handbook of narrative and psychotherapy:
Practice, theory and research. Sage.
Barnes-Holmes, Y., Hussey, I., McEnteggart,
C., Barnes-Holmes, D., & Foody, M. (2016).
The relationship between Relational
Frame Theory and Middle-level Terms in
Acceptance and Commitment Theory. En
R. D. Zettle, S. C. Hayes, D. Barnes-Holmes,
& A. Biglan (Eds.), The Wiley Handbook of
Contextual Behavioral Science (pp. 365–
382). John Wiley & Sons.
Callaghan, G. M. (2006). The Functional
Idiographic Assessment Template (FIAT)
System. The Behavior Analyst Today, 7, 357-
398. https://doi.org/10.1037/h0100160
Callaghan, G. M., & Follette, W. C. (2020).
Interpersonal Behavior Therapy (IBT),
functional assessment, and the value
of principle-driven behavioral case
conceptualizations. The Psychological
Record, 70(4), 625-635. https://doi.
org/10.1007/s40732-020-00395-1
Elliott, R., Watson, J., Timulak, L., & Sharbanee,
J. (2021). Research on humanistic-
experiential psychotherapies: Updated
review. In M. Barkham, W. Lutz, & L. G.
Castonguay (Eds.), Bergin and Gareld’s
handbook of psychotherapy and behavior
change: 50th anniversary edition (pp. 421–
467). John Wiley & Sons.
Ferro-García, R. (1998). La aceptación y la
terapia de conducta. Análisis y Modicación
de Conducta, 24(94), 217-237.
Ferro-García, R. Valero-Aguayo, L. (2017).
Hipótesis transdianóstica desde la
Psicoterapia Analítica Funcional: La
formación del Yo y sus Problemas. Revista
Brasileira de Terapia Comportamental e
Cognitiva, 19(3), 145-165. https://doi.
org/10.31505/rbtcc.v19i3.1060.
Ferro-Garcia, R., Valero-Aguayo, L. & López-
Bemúdez, M.A. (2015). Fundamentos,
características y ecacia de la Psicoterapia
Analítica Funcional. Análisis y Modicación
de Conducta, 41(163-164), 51-73.
Fried, E.I.(2022). Studying mental disorders as
systems, not syndromes. Current Directions
in Psychlogical Science. https://doi.
org/10.1177/09637214221114089
Fuentes, J.B. & Quiroga, E. (2005). La relevancia
de un planteamiento cultural de los
trastornos de la personalidad. Psicothema,
17(3), 422-429.
Holman, G., Kanter, J., Tsai, M. & Kohlenberg,
R.J. (2017). Functional Analytic
Psychotherapy made simple. New
Harbinger Publications.
Hopfenbeck, M. (2015). Peer-supported open
dialogue. Context, 138, 29–31.
ANÁLISIS CRÍTICO DEL MODELO DE LA CONEXIÓN SOCIAL PROPUESTO DESDE LA PSICOTERAPIA ...
114
http://dx.doi.org/10.33776/amc.v49i180.7683
Análisis y Modicación de Conducta, 2023, vol. 49, nº 180
Johnstone, L. (2018). Psychological formulation
as an alternative to psychiatric diagnosis.
Journal of Humanistic Psychology, 58(1), 30-
46. doi.org/10.1177/002216781772223
Johnstone, L. (2022). General patterns in
the Power Threat Meaning Framework–
principles and practice. Journal of
Constructivist Psychology, 35(1), 16-26. doi.
org/10.1080/10720537.2020.1773358
Johnstone, L., & Boyle, M. (2018). The
power threat meaning framework: An
alternative nondiagnostic conceptual
system. Journal of Humanistic
Psychology, 0022167818793289. doi.
org/10.1177/0022167818793289
Kohlenberg, R. J., Kanter, J. W., Bolling, M.Y.,
Parker, C. R. y Tsai, M. (2002). Enhancing
Cognitive Therapy for Depression with
Functional Analytic Psychotherapy:
Treatment Guidelines and Empirical
Findings. Cognitive and Behavioral Practice,
9, 213-229. doi.org/10.1016/s1077-
7229(02)80051-7
Kohlenberg, R.J. y Tsai, M. (1991). Functional
Analytic Psychotherapy. Creating intense and
curative therapeutic relationship. Plenum
Press. (Traducción española en Editorial
Psara, 2021).
López-Bermúdez, M.A., Ferro-García, R.,
Calvillo-Mazarro, M. & Valero-Aguayo, L.
(2021). Importance of the Therapeutic
Relationship: Ecacy of Functional
Analytic Psychotherapy with Dierent
Problems, Clinica y Salud, 32(3). 103-109.
doi.org/10.5093/clysa2020a32
Norcross, J. C., & Lambert, M. J. (Eds.). (2019).
Psychotherapy relationships that work:
Volume 1: Evidence-based therapist
contributions. Oxford University Press.
Norcross, J. C., & Wampold, B. E. (2011a).
Evidence-based therapy relationships:
research conclusions and clinical practices.
Psychotherapy, 48(1),98. doi.org/10.1037/
a0022161
Norcross, J. C., & Wampold, B. E. (2011b). What
works for whom: Tailoring psychotherapy
to the person. Journal of clinical psychology,
67(2), 127-132. doi.org/10.1002/jclp.20764
Macias, J.J., Valero, L., Bond, F, & Blanca M.J.
(2019). The ecacy of Functional-analytic
psychotherapy and acceptance and
commitment therapy (FACT) for public
employees. Psicothema, 31(1), 24-29. http://
www.psicothema.com/pdf/4510.pdf
Maitland, D. W., & Lewis, J. A. (2022). Creating
Connection and Reducing Distress:
the Eects of Functional Analytic
Psychotherapy on Measures of Social
Connection across Levels of Analysis.
The Psychological Record, 1-18. doi.
org/10.1007/s40732-022-00526-w
Maitland, D.W., Kanter, J.W., Manbeck, K.E. &
Kuczynski, A.M. (2017). Relationship science
informed clinically relevant behavior
in Functional Analytic Psychotherapy:
The Awareness, Courage, and Love
Model. Journal of Contextual Behavioral
Science, 6, 347-359. doi.org/10.1016/j.
jcbs.2017.07.002
Maitland, D.W., Petts, R.A., Knott, L.E., Briggs,
C.A., Moore, J.A. & Gaynor, S.T. (2016). A
randonized controlled trial of Functional
Analytic Psychotherapy versus watchful
waiting: Enhancing social connectedness
and reducing anxiety and avoidance.
Behavior Analysis: Research and Practice,
16(3), 103-122. doi.org/10.1037/bar0000051
Marin-Vila, M., Ortiz-Fune, C. & Kanter, J.K.
(2020). Modelo conductual-contextual
de las relaciones intimas: aplicabilidad
en psicoterapia. International Journal of
Psychology and Psychological Therapy;
20(3). 373-394.
Moncrieff, J. (2018). Un enfoque alternativo
del tratamiento farmacológico en
psiquiatría. Revista de la Asociación
Española de Neuropsiquiatría, 38(133),
181-193. doi.org/10.4321/s0211-
57352018000100010
Moncrieff, J. (2020). “It Was the Brain Tumor
That Done It!”: Szasz and Wittgenstein
on the Importance of Distinguishing
Disease from Behavior and Implications
for the Nature of Mental Disorder.
Philosophy, Psychiatry, & Psychology,
27(2), 169-181.
RAFAEL FERRO-GARCÍA • MANUEL CALVILLO-MAZARRO • MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ-BERMÚDEZ 115
Análisis y Modicación de Conducta, 2023, vol. 49, nº 180
http://dx.doi.org/10.33776/amc.v49i180.7683
Muñoz-Martínez, A. M., & Follette, W. C. (2019).
When love is not enough: The case of
therapeutic love as a middle-level term in
functional analytic psychotherapy. Behavior
Analysis: Research and Practice, 19(1), 103.
https://doi.org/10.1037/bar0000141
Pérez-Álvarez, M. (2019). La psicoterapia como
ciencia humana, más que tecnológica.
Papeles del Psicólogo, 40(1), 1-14. doi.
org/10.23923/pap.psicol2019.2877
Read, J., & Harper, D. J. (2022). The power
threat meaning framework: Addressing
adversity, challenging prejudice and
stigma, and transforming services.
Journal of Constructivist Psychology,
35(1), 54-67. doi.org/10.1080/10720537
.2020.1773356
Seikkula, J. (2011). Becoming dialogical:
Psychotherapy or a way of life?.Australian
and New Zealand Journal of Family
Therapy, 32(3), 179-193.doi.org/10.1375/
anft.32.3.179
Seikkula, J., & Arnkil, T. E. (2013). Open dialogues
and anticipations-Respecting otherness
in the present moment. Thl. https://urn./
URN:ISBN:978-952-302-022-1
Skinner, B. F. (1957/1981). Verbal behavior.
Copley Publishing. (Traducción española
en Ed. Trillas).
Timimi, S. (2014). No more psychiatric
labels: Why formal psychiatric
diagnostic systems should be abolished.
International Journal of Clinical and
Health Psychology, 14(3), 208-215. doi.
org/10.1016/j.ijchp.2014.03.004
Timimi, S. (2017). Non-diagnostic based
approaches to helping children who
could be labelled ADHD and their families.
International Journal of Qualitative Studies
on Health and Well-being, 12(sup1),
1298270. doi.org/10.1080/17482631.201
7.1298270
Tsai, M., Callaghan, G. &Kohlenberg, R.J.
(2013). The Use of Awareness, Courage,
Therapeutic Love, and Behavioral
Interpretation in Functional Analytic
Psychotherapy. Psychotherapy, 50(3), 366-
370. doi.org/10.1037/a0031942
Tsai, M., Kohlenberg, R.J., Kanter, J.W., Holman,
G.I. & Loudon, M.P. (2012). Functional
Analytic Psychotherapy. Distinctive Features.
Routledge.
Tsai, M., Kohlenberg, R. J., Kanter, J. W.,
Kohlenberg, B., Follette, W. C. & Callaghan,
G. M. (2009). A Guide to Functional Analytic
Psychotherapy: awareness, courage, love,
and behaviorism. Springer.
Valero, L. & Ferro, R. (2015). Psicoterapia
Analítica Funcional. El análisis funcional en
la sesión clínica. Ed. Síntesis.
Valero, L. & Ferro, R. (2017). Tratando con...
Psicoterapia Analítica Funcional. Ed.
Pirámide.
Wampold, B. E., & Imel, Z. E. (2015). The great
psychotherapy debate: The evidence for what
makes psychotherapy work. Routledge. doi.
org/10.4324/9780203582015