Siento, me muevo, luego existo
plena. Parece razonable observar que el factor Regulación no ha manifestado mejoras,
disminuyendo la puntuación un 1,1%.
Consideramos, que a través de este estudio, se corrobora lo que arrojan otras
investigaciones en este campo, llegando a la conclusión de que el proceso auto
regulativo está precedido por la percepción y comprensión emocional, ya que regular,
supone valorar prioridades, seleccionar bien los pensamientos con el fin de no actuar
ante el primer impulso, y generar pensamientos adaptativos que controlen las emociones.
Por lo tanto, lo primero que debemos saber es identificar con exactitud qué estamos
sintiendo, por qué me siento así y conocer el procedimiento para suprimir emociones
negativas y generar emociones positivas. Para que esto pueda realizarse, regular
emociones, el sujeto en este caso, debe exponerse a “situaciones-problema” que le
obliguen a hacer uso de sus habilidades emocionales para resolver dicha situación. Es
por ello que, a medida que vamos creciendo, vamos resolviendo situaciones donde
debemos controlar nuestro estado de ánimo o debemos generar una actitud positiva, y
aquellas experiencias iniciales que resultaban complicadas, poco a poco van
resolviéndose con facilidad. Por tanto, desarrollamos una capacidad adaptativa,
encauzando nuestras emociones en la dirección deseada. Los resultados constatan que
no se han producido efectos significativos, si consideramos resultados significativos
elevar las puntuaciones en las habilidades emocionales de unos niveles adecuados a
unos niveles excelentes (Ejemplo: Comprensión emocional de partida 32 y
comprensión emocional final 37), pero sí revelan una influencia del PIM sobre las
habilidades emocionales.
Valorando el efecto del estudio presentado, se observan coherentes los resultados
obtenidos, teniendo en consideración el tiempo real del Programa de Intervención, a
modo de ensayo clínico. Un cronograma más longitudinal en nuestro programa de
intervención, así como incrementar el tamaño de la muestra, es el siguiente escalón en el
estudio de la relación existente entre la Inteligencia Emocional y la motricidad.
Los cuestionarios aplicados a los sujetos en cada sesión proporcionó información
relevante, entre la que cabe destacar: la capacidad que tienen los estilos musicales para
generar un tipo de emociones concretas, la dificultad de expresar desde el lenguaje no
verbal, ciertas emociones, el grado de motivación intrínseca que produce este tipo de
sesiones, la capacidad de la música para evocar recuerdos personales y encauzar
emociones, y la emociones y sensaciones positivas que generaron las actividades tales
como felicidad, optimismo, ánimo, energía, sorpresa, ilusión, satisfacción, libertad…
Además de los cuestionarios, los sujetos tenían como herramienta de evaluación,
el diario de autorreflexión, en el que hay preguntas claves que responder como ¿Qué he
aprendido? ¿Cómo lo he aprendido? ¿Qué he sentido? ¿Qué factores han hecho que me
sienta de esta forma?, valorando de este modo las emociones percibidas
Se puede observar una adherencia al tratamiento, ya que el análisis posterior del
diario de reflexión como herramienta de evaluación formativa que nos aporta información
acerca de cómo se sienten los sujetos, y que les hace sentirse de una forma o de otra, se
refleja cómo los sujetos que participaron en este diseño piloto, desarrollan con mayor
fluidez el apartado dirigido a la expresión emocional.
Cuando nos resulta difícil expresar una emoción con palabras, utilizamos nuestro
cuerpo y energía para lograrlo. Cuando hacemos danza o música conectamos nuestro
cuerpo con las emociones. La interacción corporal entre compañeros, la escucha y la
percepción de los estímulos de nuestro alrededor, centrar la atención sobre nuestras
sensaciones internas, expresar mediante el movimiento y el sonido, la espontaneidad y la
improvisación, etc., son recursos que tenemos a nuestro alrededor y que ayudan a
conocernos, tanto física como psicológicamente. Estamos convencidos de que la danza y
la música forman un fuerte vínculo con las emociones, y nuestro propósito ha sido en
definitiva investigar, a través de este programa de intervención, dicho vínculo y la
capacidad que tienen estas manifestaciones artísticas para incidir positivamente sobre las
habilidades emocionales, proporcionando desde esta “gimnasia emocional” un hábito de
vida saludable.
Número 1, 2013 E-motion. Revista de Educación, Motricidad e Investigación
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