del público, pero más aún a sus emociones (BÁSICO), puesto que la
multitud -y eso lo olvidan casi todos los oradores- se comporta de
manera emocional, no racional (HABLAR AL CORAZÓN PARA LLEGAR
A LA CABEZA). La convicción del pueblo en la culpabilidad de César ha
dado paso a la confusión. Mientras, Marco Antonio sigue exponiendo
los hechos de una manera aparentemente distante. Utiliza un recurso
escénico para centrar la atención del público, creando interés por el
testamento de César y sólo desvelando una pequeña parte del mismo.
Cada vez más va despertando la curiosidad de la audiencia: Cuando
conozca el pueblo su testamento… aunque me reservo su lectura, el
pueblo correrá a besar sus heridas. [...] no es prudente que sepáis
hasta qué extremo os amó. Y continúa encendiendo al pueblo a la vez
que le incita a contenerse: y si os dijera que os instituye herederos,
¿qué no habría de acontecer? La respuesta es evidente, acontecería
una revolución.
El pueblo ha pasado de la confusión a la ira en un proceso estudiado
por Marco Antonio. Tal vez haya ido demasiado lejos al hablaros de
ésto, temo agraviar a los hombres honrados cuyas espadas traspasaron
al cuerpo del César. De nuevo dosifica al máximo el efecto mientras
revela (IMPORTANTE IR PASO A PASO), primero las vestiduras, y luego
el cadáver del César. Poco a poco va girando el sentido de su discurso y
se vuelve más explícito al hablar del maldito acero de su muy amado
Bruto. Palabras como saña, ingratitud, vil traición… Describe la muerte
del César casi como la caída de un Dios. Pero de nuevo el dice que no
quiere instigar la ira, sino la piedad (ES BUENO NO GENERAR
ENEMIGOS: importante hablar para el más lejano o contarrio a las
ideas de uno). Su giro dialéctico ha sido progresivo y muy sutil, casi
imperceptible. Vuelve a la contradicción que ha sido el centro de todo
su discurso: pero son sensatos y honorables, y no dudo que os darán
razones convincentes. Razones que el propio Marco Antonio ha
desmontado una por una sin mancharse su túnica romana. Y utiliza
sus recursos una vez más al decir: No soy orador como Bruto, yo soy,
como todos sabéis, un hombre sencillo que amaba a su amigo [...] pero
no tengo ni talento, ni elocuencia, ni estilo, ni ademanes, ni el poder de
la oratoria que enardece a los hombres…
Además, la gente se suele fiar (IMPORTANTE DISCURSO
ESTRUCTURADO y FÁCIL DE SEGUIR PARA GENERAR CONFIANZA) más
de la gente cercana al pueblo que de los intelectuales o que ellos
perciban como demasiado elitistas. Y volvemos a la adhesión: es
imprescindible evitar que el oyente nos confunda con un rival o alguien
Número 1, 2013 E-motion. Revista de Educación, Motricidad e Investigación
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