con independencia de que sean físicas o sociales”. Las emociones se muestran a través de
comportamientos, expresiones de sentimiento y cambios fisiológicos.
Todas las emociones son funcionales, es decir tienen o han tenido utilidad para la
supervivencia y desarrollo del ser humano. Bisquerra (2018) las clasifica en positivas, negativas
o ambiguas en función del bienestar generado cuando se producen. Ekman (1992) considera
que existen 6 emociones básicas: miedo, ira, tristeza, alegría, sorpresa y asco. Siguiendo a
Bisquerra, de las emociones básicas, 4 son negativas, 1 ambigua y sólo una positiva. Este autor
realiza una metáfora en el libro “Universo de Emociones” en el que cada emoción básica es
una “galaxia”. Con el objetivo de compensar las emociones positivas, a la galaxia de la Alegría
(contento, entusiasmo, optimismo, júbilo, ilusión, placer, humor diversión, euforia, entusiasmo,
éxtasis, gusto, deleite, fogosidad, desenfado, etc.), añade otras tres emociones que son más
aprendidas y, por tanto, podrían desarrollarse en el sistema educativos. Estas emociones son:
la galaxia de la Felicidad (bienestar, satisfacción, armonía, plenitud, tranquilidad, paz interior,
serenidad, relajación, placidez, gozo, equilibro, fluir, etc.), del Amor (cariño, aceptación,
respeto, comprensión, admiración, ternura, amabilidad, afecto, confianza, autoestima,
empatía, simpatía, cordialidad, solidaridad, gratitud, interés, sensibilidad, altruismo, afinidad,
compenetración, etc.) y de las Emociones estéticas (aquellas que experimentamos ante algo
bello como una obra de arte o un paisaje).
Las emociones negativas son un problema cuando se gestionan inadecuadamente, surgen
ante situaciones alejadas de su función o se prolongan en el tiempo. Las “galaxias” de
emociones negativas son el Miedo (temor, terror, horror, pánico, pavor, susto, alarma, fobia,
espanto, desasosiego, ansiedad, estrés, preocupación, angustia, desesperación, nerviosismo,
etc.), la Ira (rencor, odio, hostilidad, agresividad, resentimiento, fastidio, malhumor, antipatía,
envidia, celos, indignación, rabia, enfado, cólera, furia, enojo, etc.), la Tristeza (pena, pesar,
desconsuelo, disgusto, depresión, amargura, agonía, desilusión, resignación, decepción,
humillación, soledad, nostalgia, melancolía, infelicidad, desaliento, pesimismo, aburrimiento,
sufrimiento, dolor, duelo, etc.), y el Asco (rechazo, repugnancia, aversión, repulsión, etc.).
Dentro de las emociones básicas quedaría una ambigua como es la Sorpresa (asombro,
pasmo, confusión, desconcierto, perplejidad, extrañeza, etc.)..
2.2 Emociones y movimiento
Las emociones son la forma más corporal del cerebro (Davidson, 2012) y la actividad físico-
deportiva emociona (Lavega, March y Filella, 2013). Por tanto, el ejercicio físico es un medio
privilegiado para el fortalecimiento de emociones positivas, así como la gestión y evitación de
emociones negativas (Bilbao, 2013).