Revista de Educación,
Motricidad e Investigación
Sobre los orígenes del “fútbol de botones” en
Cataluña (1929-1936)
On the origins of “button football” in Catalonia (1929-1936)
Xavier Torrebadella-Flix
Universitat de Lleida
http://orcid.org/0000-0002-1922-6785
VOL. 22 (2024)
ISSN 2341-1473 pp. 66-82
https://doi.org/10.33776/remo.vi22.8116
Abstract:
This study presents the missing “venjonbol”, an indoor
game-sport that was developed in Barcelona in the
1930s. Through a review of the newspaper archives of
the historical press, a descriptive and analytical story is
provided with the support of indications, evidence and
news that could support the hypothesis that the traditio-
nal and popular “button football” has its origins in the
game of “venjonbol”, which was occasionally practiced
in Barcelona.
Keywords:
Recreation, toys, football, Barcelona, sports clubs
Fecha de recepción: 29 de marzo de 2024
Resumen:
En este estudio se presenta el desaparecido “venjonbol”,
un juego-deporte de salón que se desarrolló en Barce-
lona en la década de los años treinta del siglo pasado. A
través de una revisión en las hemerotecas de la prensa
histórica se facilita un relato descriptivo y analítico con el
apoyo de indicios, pruebas y noticias que podrían soste-
nerse la hipótesis que el tradicional y popular “fútbol de
botones” tiene sus orígenes en el citado juego de “ven-
jonbol”, que fue ocasionalmente practicado Barcelona.
Palabras claves:
Recreo, juguetes, fútbol, Barcelona, clubs deportivos
Fecha de aceptación: 23 de diciembre de 2023
Sobre los orígenes del “fútbol de botones” en
Cataluña (1929-1936)
On the origins of “button football” in Catalonia
(1929-1936)
Xavier Torrebadella-Flix
Universitat de Lleida
http://orcid.org/0000-0002-1922-6785
https://doi.org/10.33776/remo.vi22.8116
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Presentación Ciertamente, como ha considerado Esparza (2019), en cuanto a los orígenes particulares del de-
porte español aún quedan muchos estudios por concretar. Esto sucede, además, en algunos de
los deportes más conocidos, de los cuales, hasta no hace mucho, apenas se sabían algunos inco-
nexos detalles; sirva el ejemplo del rugby (Torrebadella-Flix, 2020). De igual modo, es sintomático
reconocer que hay otros deportes que, siendo olímpicos, permanecen todavía sin una historia. Así
lo apunta Arrechea (2018, p. 29), cuando señala a ”la minusvaloración general hacía la historia del
deporte y el Olimpismo en España. Por lo tanto, hay que insistir en que hay tareas pendientes y en la
necesidad de reparar estas lagunas, en torno a los orígenes de nuestras prácticas deportivas, pero,
también, con en investigaciones que proporcionen enfoques cualitativos y críticos.
En este sentido, las revisiones de la prensa deportiva histórica son una oportunidad que está al al-
cance de aquellas personas interesadas en descubrir e interpretar cómo se ha configurado nuestro
deporte. Positivamente en la prensa histórica se pueden hallar interesantes noticias, datos y acon-
tecimientos que son necesarias para entender la historia social del fenómeno deportivo en nuestro
país y en el contexto europeo (Torrebadella-Flix y Arrechea, 2021).
Cabe considerar, por otra parte, que hay también juegos o prácticas deportivas que en España no
encontraron el espacio adecuado para su propagación y aclimatación. Sin embargo, estas prácticas
también son de interés y completan el contexto histórico-social de nuestra historia deportiva (Brasó
y Torrebadella-Flix, 2015; Torrebadella-Flix, 2014). Es, por lo tanto, en esta dirección, que la presente
aportación tiene como primer objetivo el de presentar y poner a discusión uno de aquellos juegos
o deportes olvidados, y que en su día tuvieron un cierto reconocimiento: el “venjonbol”. Así, y ade-
lantado la hipótesis que se establece, nos preguntamos si este particular y desaparecido juego de
salón tiene cierta conexión con el tradicional y popular juego de “fútbol de botones”.
Últimamente, el Parlamento de Cataluña ha tenido la consideración de aprobar la entrada de una
moción que presentó la Asociación Catalana de Fútbol Botones [https://www.futbolbotons.com/in-
dex.php/ca/], para reconocer este juego tradicional –de “fútbol de botones”– como deporte. Dicho
esto, siguió una resolución en la que el “Parlamento de Cataluña insta al Gobierno a: Reconocer el
fútbol con botones como deporte”; además, entre otras cosas, también se insta: “Pedir al Departa-
mento de Educación que comunique a las escuelas y a los institutos el reconocimiento del fútbol
con botones como deporte y que recomiende su práctica en actividades educativas en el ámbito
del deporte”1.
De hecho, el testimonio de este juego, si bien alguien habla de él en algunas recopilaciones de jue-
gos y juguetes antiguos en los territorios de habla catalana (Lavega y Olaso, 1999; Sans, 2000), sus
orígenes en España están muy poco documentados. Sin embargo, generalmente, se ha comentado
que el juego emprendió cierta popularidad en la década de los años cincuenta y sesenta del siglo
pasado: “Lo hacían los jóvenes y adultos predominando el sexo masculino, de clase social media
(Lavega y Olaso, 1999, p. 30). Además, existen algunas obras literaturas de recuerdos de vida que
aluden al “futbol de botons” (Gil Albors, 2004; Puigdollers, 2009; Terradas, 2010). En una de ellas, el
1 Resolució 675/XIV del Parlament de Catalunya, sobre el reconeixement del futbol amb botons com a esport 250-00964/13.
Adopció Comissió d’Afers Institucionals, sessió 34, 30/03/2023, DSPC-C 595 Publicació: BOPC 550
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doctor Francesc Puigdollers Colàs (1923-2018), en sus memorias de adolescente durante la Guerra
Civil, mencionaba que, encontrándose en Tarragona, jugaba al “joc de botons” en los bancos de la
Rambla. Decía se encontraba totalmente fascinado por el juego, hasta el punto de que se olvidaba
hasta de la merienda. Puigdollers (2009) aporta una descripción particular de cómo se jugaba en
Tarragona. El equipo estaba formado por seis botones: un portero (botón grueso, abombado y
preferiblemente negro), dos defensas y tres de delanteros. Decía que la cara inferior de los botones
debía ser suave y completamente lisa, con la finalidad que pudiera ser desplazado con fluidez en
el improvisado campo de fútbol, cuyas porterías estaban confeccionadas con una caja de cartón de
zapatos. La pelota era otro botón pequeño y de color blanco, frecuentemente de camisa. Los juga-
dores se impulsaban contra el balón a través de otro botón que se sujetaba con los dedos índice y
pulgar.
Dicho esto, el objetivo de este artículo es el de aportar indicios, pruebas y noticias en torno a los
orígenes del “fútbol de botones” en Cataluña.
Así pues, ante la poca información existente sobre los orígenes del fútbol de botones, se ha en-
caminado centrar la investigación hacia la búsqueda de fuentes primarias. En primer lugar, se han
consultado las plataformas digitales de las hemerotecas de la prensa antigua. Las consultas se han
concretado en el Archivo de Revistas Catalanas Antiguas en el portal de la Biblioteca de Cataluña
(ARCA), en la Hemeroteca Digital del Ayuntamiento de Barcelona, en la Hemeroteca digital de El
Mundo Deportivo, en la hemeroteca digital de La Vanguardia (Barcelona), en la Biblioteca de la
Prensa Histórica y, además, en la Hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional de España. Asimismo,
con el objeto de obtener pistas e informaciones complementarias, se han sondeado búsquedas en
la base de datos de Google books. Todas las búsquedas se han concretado alrededor de las voces:
“fútbol de [con] botones”, “futbol de [amb] botos”, “Joc de [amb] botons”, “juego de [con] botones
y “venjonbol”.
Finalmente, con el corpus de las noticias seleccionadas – véase Anexo: Fuentes históricas de prensa:
Diario de Barcelona, El Dia Gráfico, El Diluvio, El Mundo Deportivo, Hoja Oficial de la Provincia de
Barcelona, La Humanitat, La Publicitat, La Vanguardia, La Veu de Catalunya, Madrid-Sport, Xut!,– se
ha elaborado un relato descriptivo y analítico de los hechos en relación con el momento histórico,
es decir, entre 1929 a 1936.
A pesar de la Exposición Internacional de 1929, la situación socioeconómica de Barcelona estuvo
muy afectada por la caída de la Borsa de Wall Street, en octubre de este mismo año, y la “Gran
Depresión” mundial que se desató a partir de la crisis financiera. Con lo cual, por un lado, debe
considerarse la coyuntura del momento que afectó significativamente al entorno productivo de la
industria y del comercio catalán (Balcells, 2013). Además, el debilitamiento que presentó la dictadu-
ra del general Miguel Primo de Rivera –que dimitió en enero de 1930 (Quiroga, 2022)–, juntamente
con el impacto de la Gran Depresión de 1929, que se solapó con la exaltación del fascismo europeo
y una escalada bélica internacional, afectó en el complejo contexto sociopolítico que se desprendió
Metodología
Resultados
Acerca del deporte en Cataluña (1930-1936)
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a lo largo de la II República –14 de abril de 1931 - 1 de abril de 1939– (Balcells, 1971). Todos estos
elementos, en cierto modo, condicionaban la vida cotidiana de la población catalana y tuvieron algo
que ver en la configuración y las mentalidades de un deporte de raíz popular (Pujadas y Santacana,
1992b; Torrebadella-Flix, 2011).
En este contexto se revelaba un auge del movimiento asociativo juvenil. Con la llegada del régimen
democrático, una parte significativa de la juventud se ve más inclinada a la participación política
(González Calleja y Souto Kustrín, 2007). Pero, también, se visibiliza otra juventud más despreocu-
pada e inmersa en su trabajo y en la práctica de actividades de ocio, que desea escabullirse de las
pesadillas del momento; todo ello se mezclaba con la irrupción del deporte de masas y popular de
los años treinta (Simón, 2012).
En la particularidad de la escena catalana, la confluencia de parámetros culturales vinculados a la
modernidad, democratización, vanguardismo, catalanismo, nacionalismo, etc., constituyen el fun-
damento ideológico para impulsar un engranaje de movimientos sociales y favorecer la apertura
hacia una participación ciudadana y alternativa que, naturalmente, se vio exitosa con un crecimiento
del asociacionismo deportivo de todo tipo (Pujadas y Santacana, 2003). Ahora bien, en este nuevo
escenario social eclosionaba un espíritu de catalanidad y ciudadanía, aglutinando un movimiento
participativo y comprometido, que llenaba las calles de actos deportivos, recreativos, culturales y
políticos (Pujadas y Santacana, 1992a, 1995; Torrebadella-Flix, 2000).
También, en esta democratización de la participación ciudadana y alternativa se manifestaron cier-
tos espacios culturales y deportivos de exaltación “feminista” (Justribó, 2014; Real, 1998). Ahora
bien, la capital catalana republicana y autonómica convivió con un espacio de confrontaciones ideo-
lógicas y sociales de alta complejidad. En la Barcelona vanguardista, mediterránea y cosmopolita de
los años treinta, la efervescencia de los acontecimientos en la coyuntura interna española, así como
internacional, marcaban una cierta conflictividad en la vida cotidiana. La tensión social era elevada y,
por consiguiente, surgía la necesidad de encontrar espacios de recreo y de distracción para serenar
los estados anímicos.
En esta coyuntura, el rebrote de la expresión cultural y política del catalanismo, en su deseo de ocu-
par un espacio en el mundo, ya venía de años atrás con la idealización que tenían los representantes
sociales y políticos de la Lliga Regionalista (Santacana, 2014, 2019). El ejemplo más emblemático
era la organización en Barcelona de unos Juegos Olímpicos (Arrechea y Torrebadella-Flix, 2020; Pu-
jadas, 2006). Efectivamente, por encima de todo, la Barcelona de Hans Gamper, Narciso Masferrer y
Sala, Josep García Alsina, Josep Elias i Juncosa o de Antoni Trabal i Sans y de otros tantos destaca-
dos lideres del deporte, deseaba abrirse y abrazar el mundo, eso sí, dando a conocer la singularidad
cultural y nacional del catalanismo (Pujadas y Santacana, 1995; Santacana, 2014; Torrebadella-Flix,
2013).
Puede que la primera referencia que sitúa el fútbol de botones en Catalunya proceda del diario El
Diluvio de Barcelona. En 1925, en un anuncio publicitario del Café Tostadero –de la plaza Universi-
dad, nº 3– se hablaba de la “Inauguración del Fútbol de Salón” (El Diluvio, 20/09/1925, p. 8).
Venjonbol”: entre el juego y el deporte
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Antes de continuar, sin embargo, cabe señalar que la expresión de “fútbol de salón” en el lenguaje
popular futbolístico de la época tenía una connotación peyorativa. La locución hacía referencia al
juego sin auténticas demostraciones de virilidad, a pases de pelota sin crear situaciones decisivas
y de frívolos chutes a portería: “Los gallegos, nos han enseñado a jugar al fútbol varonil, pletórico
de amor propio, y no al fútbol de salón señoril que ayer quiso plantear al Sevilla” (Madrid-Sport,
18/01/1923, p. 7).
Ahora bien, después de esta aislada noticia de El Diluvio, en la Cataluña de los años treinta del siglo
pasado, en el Café Tívoli de Barcelona, se constituyó el “Club Venjonbol”. El “venjonbol” consistía
en un juego nuevo de salón, una simulación fantasiosa del fútbol, de ahí que también se llamara
“fútbol de salón”, pues se decía que “su reglamento tiene características análogas al Fútbol Asocia-
ción que se juega en nuestros campos” (La Publicidad, 13/11/1929, p. 9). Ciertamente, fue el diario
La Publicitat quien habló, por primera vez, del “Campionat de Venjonbol (Futbol de saló)”, el 13 de
noviembre de 1929.
Las noticias de la nueva entidad circularon por lo prensa barcelonesa y al cabo de unas semanas se
iniciaban las primeras competiciones de “venjonbol” (El Día Gráfico, 17/11/1929, p. 18; 29/11/1929,
p. 11; 5/12/1920, p. 15). Por lo que respecta al primer campeonato, se había previsto una partici-
pación de veinticuatro personas divididas en dos grupos, pudiendo también participar las mujeres.
Las partidas se disputaban todos los martes y viernes, a las diez de la noche, en el salón del Café
Tívoli. La entrada era pública y contaba con una numerosa expectación. Por último, el campeona-
to se disputó en dos grupos de once y diez participantes, pero también se organizó un grupo de
“promoción”, con siete participantes. Los ganadores de los tres grupos recibieron el premio de una
copa artística ofrecida por el Club Venjonbol. En la categoría A, los dos primeros clasificados fueron
Bonaventura Pedemonte y Joan Pedemonte2. La crónica del evento del Diario de Barcelona decía:
“Con motivo de estas finales el local estuvo muy animadísimo, dando mayor realce a la fiesta la asis-
tencia de bellas y distinguidas señoritas aficionadas a este nuevo deporte de salón.
Las jugadas difíciles fueron aplaudidas entusiásticamente, así como prolongados y cariñosos los
aplausos que recibieron los campeones.” (Diario de Barcelona, 18/12/1929, p. 47).
Cabe destacar que las noticias del nuevo juego ya formaban parte de las páginas deportivas de los
principales periódicos (Diario de Barcelona, La Publicitat, La Humanitat, La Vanguardia, Hoja Oficial
de la Província de Barcelona, El Día Gráfico, La Veu de Catalunya...). Asimismo, los periódicos depor-
tivos como El Mundo Deportivo (1906-1936), que incorporó asiduas noticias de este deporte. Así lo
hacía, por ejemplo, El Noticiero Universal que incorporaba los resultados en sus páginas deportivas:
2 Probablemente se tratase del empresario Joan Pedemonte i Arnijas y del farmacéutico Bonaventura Pedemonte i Falguera
(1881-1950).
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Figura 1. “Venjonbol”, El Noticiero Universal, 5/12/1929, p. 15.
El Café –restaurante y terraza– Tívoli se encontraba en la calle Casp, 3, y configuraba una parte anexa
al teatro del mismo nombre. Desde principios del siglo XX, el Café del Tívoli era el más importante
de Barcelona y estaba montado con confort y elegancia (Permanyer, 1990). Las dependencias del
café estaban en la planta baja, sótano y entresuelo, de la parte derecha del teatro. Los sótanos fue-
ron destinados a salas de billares. Pronto el espacio de billar, con ocho mesas, se convirtió en la sala
más agradable de Barcelona. El entresuelo estaba destinado al café, pero disponía de mesas de
juegos de cartas, dominó y también de un salón, con una mesa redonda para jugar al tresillo. Allí las
tertulias de amigos estaban al orden del día. En suma, el Café del Tívoli fue un escogido punto de
encuentro para constituir muchas de las asociaciones deportivas de aquel tiempo. En los años vein-
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te y treinta, el mismo café era la morada social de algunas asociaciones, peñas de fútbol o clubes:
Club Venjonbol Barcelona, Peña “Ben Fets”, “Club de Ajedrez Tívoli”, “Peña Cecilia Gubert”, “Peña
Vicente Simon”, “Tívoli Ping-Pong Club”.
Aparte, en estos años, el cine sonoro se introducía con fuerza y las películas llegadas de Hollywood
constituían el principal atractivo de un entretenimiento de masas que también alternaba con los
deportes de espectáculo y profesionalizados como eran el fútbol, el boxeo y el ciclismo. El Tívoli
también se convirtió en cine y acaparó los mejores filmes que llegaban a Barcelona (Torras, 2002).
Después del éxito alcanzado en este primer campeonato, el Club Venjonbol realizó un llamamiento
general dispuesto a reclutar a más adeptos para participar en el torneo del año siguiente. En esta oca-
sión estaba prevista la organización de dos categorías, una para principiantes y otra por expertos; para
facilitar la participación, las partidas se disputaban en los días festivos y se contaba con el arbitraje de
jueces competentes. Efectivamente, en el campeonato del segundo año la participación se convirtió
en más numerosa. A todo esto, también le acompañaron algunas crónicas de las partidas. Este hecho
provocó que el semanario deportivo y humorístico Xut! (Solà, 1971) también emitiera una satírica opi-
nión, que trataba de ridiculizar a los entusiastas aficionados al nuevo deporte:
“Que no han practicat mai el formidable esport del Venjonbol? No? Doncs no saben pas el que
s’han perdut. Un partit de Venjonbol és de les coses més emocionants que hi ha. Que no saben
què és? Ignorants! Inconscients! La persona que no coneix aquest joc no pot tenir el nom d’es-
portiu.
Ara, però, com que creiem que moltes persones no el coneixeran, els el presentarem. Saben
aquells jocs per criatures que venen a les botigues de juguets, que s’anomenen «Gol»? Doncs és
això. Que no el saben conèixer? No? Molt bé; els ampliarem el que hem dit. Tots deuen saber el
que és el joc de la «fixeta», el vulgar joc de la puça. Sí? Aquell que es juga sobre una taula i amb
una mena de botons. El coneixen, ara, veritat? Doncs pensin que el Venjonbol és una ramificació
del mateix, i així podran figurar-se l’emocionant que és.
El que ens ha agradat més que tot, és que molts periòdics que es vanten d’ésser esportius, i fins
alguns que troben alguns taps (nosaltres també) a les gasetilles pregades, referents a actes més
o menys esportius, donin noves referents als grans partits de Venjonbol que es celebren com si
fos un esport més, i fins donant les ressenyes íntegres d’un partit.
Trobem que ja és hora que es comencin a bandejar totes aquestes tonteries.
I això ho diem ben seriosament. Al costat del Venjonbol, els escacs i el ping-pong són dos esports
emocionantíssims i perillosos.” (Xut!, 18/02/1930, p. 21-22)
Ahora bien, vale la pena decir que Xut! también incorporaba en sus páginas anuncios del popular
juego: “Colosal distracción con el juego de fútbol de salón” (Xut!, 27/08/1929, p. 21); “Tendrá gran
emoción si juega al fútbol de salón” (Xut!, 3/09/1929, p. 22).
Muy probablemente, la crónica a la que se refería Xut! era la publicada por la Hoja Oficial de la Pro-
vincia de Barcelona:
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“Todos los partidos fueron muy disputados, sin perder el interés un solo momento, por tratarse
del primer tanteo oficial de este año, pero sobresalió el encuentro Balansó-Romeu, que pasamos
a reseñar. Se inicia el juego muy movido, efectuándose vistosos despejes en ambas puertas, hasta
que en el saque, 4, Romeu incurre en penalty, que, sacado por Balansó se apunta el primer gol.
Sigue la presión de Balansó, que vuelve a marcar, también de penal; hay una reacción de Romeu,
que marca dos gols casi seguidos desde la línea central, procedentes de kick. Balansó despeja
con acierto varias situaciones peligrosas, al mismo tiempo que Romeu. El juego sigue nivelado y
a distancia, y en un gran tiro de Balansó bate a Romeu por tercera vez. Seguidamente Romeu lo-
gra el empate desde la línea de tiro, de una pegada excelente que se cuela dentro de las malles.
Finalizando el tiempo del parrido, el señor Balansó realiza una gran jugada, mareando el gol de la
victoria de un ángulo imparable. Realmente ha sido un gol soberbio. El señor Balansó con las tres
victorias que se ha adjudicado, ha dado un gran paso, y de esperar es una serie ininterrumpida de
éxitos, pues se halla en gran forma.” (Hoja Oficial de la Provincia de Barcelona, 10/02/1930, p. 11)
Así que, en esta segunda edición, el campeonato del grupo A fue ganado por Arturo Balansó; el del
grupo B, por Leopoldo Suris y, el del grupo de “Promoción”, por Joan Gelabert. Al parecer, los gana-
dores recibían artísticos trofeos de plata. Como se ha mencionado anteriormente, El Mundo Depor-
tivo, que fundó Narciso Masferrer y Sala (1867-1941), hacía un seguimiento de este campeonato y,
por tanto, no queda ninguna duda de que la misma prensa deportiva ya consideraba el “venjonbol”
como un nuevo deporte, que cada día iba ganando adeptos.
Las experiencias de los campeonatos fueron muy satisfactorias, con lo cual, la continuidad del nue-
vo deporte estaba asegurada. Así se constituyeron nuevas modalidades; partidas individuales y
por parejas. Para confeccionar las categorías, también se organizaba un torneo de clasificación,
previamente al Campeonato regular. El Club Venjonbol también mantenía la información con los
asociados publicando continuos comunicados en la prensa.
El 24 de junio de 1930 –fiesta de San Juan– se disputó la Copa Juan Pedemonte. Consistía en un
torneo sólo para los jugadores de los grupos A, B y “Promoción” del año anterior. Sin embargo, en
este caso, la competición era por partidas eliminatorias, es decir, al estilo del Campeonato de Espa-
ña de fútbol. Por lo tanto, todos los partidos, que fueron arbitrados por el propio Joan Pedemonte,
tenían lugar en una matinal.
Por otro lado, como ya se ha dicho, el “venjonbol” era un juego que se comercializaba. La revista Xut!
hizo difusión, pero también se ha encontrado publicidad en otros diarios [figura 2]:
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Figura 2. Diario de Reus, 8/01/1930, p. 3. El Liberal (Sevilla), 27/12/1930, p. 3.
El éxito de estos dos primeros años o temporadas condujo a la organización del I Campeonato de
Cataluña de Venjonbol. Este campeonato se realizó en enero de 1931, en el salón del Café Tívoli.
Como de costumbre, se agruparon a los participantes en dos grupos. Al parecer, este campeonato
se prolongó hasta junio. Los ganadores fueron: en el grupo A, Joan Vila; en el grupo B, Domingo Es-
coda, y en el grupo C. Agustí Margarit. Como final de fiesta, los premiados, la junta directiva del club
y otros invitados celebraron una cena en el restaurante del Tívoli. Se comentaba que para la próxima
semana se iniciaba el “Trofeo Quintana” (Hoja Oficial de la Provincia de Barcelona, 12/01/1931, p. 3;
El Mundo Deportivo, 15/01/1931, p. 3 y 4/06/1931, p. 3)3.
Por lo visto, los asociados eran numerosos y, espontáneamente, del fútbol de salón pasaron al fútbol
de campo, inscribiéndose en una competición regular de aficionados. Así se constituyó el Venjonbol
F. C. que pasó a inscribirse en un “Torneo de clubs amateurs” de fútbol y de Basket-ball (La Veu de
Catalunya, 1/11/1931, p. 9). El primer partido fútbol lo disputó contra el Club de Cultura y Deportes
de la Generalitat de Catalunya (La Humanitat, 25/11/1931, p. 4; “El Mundo Deportivo, 12/11/1931,
p. 4).
En febrero de 1932, en la fase eliminatoria de la I Challenge de la “Copa Quintana, que organizaba
el “Venjonbol Club Barcelona, se presentaron cuarenta jugadores. Estos partidos estaban arbitra-
dos por el ex-campeón Pedemonte y Francisco de P. Quintana.
Los encuentros y competiciones del “Venjonbol Club Barcelona” continuaron. Se mantenía la sede
social en el Café Tívoli (Sección de Billares), también se hacía un llamamiento a la participación de
neófitos y al sexo femenino. Así, en 1933, aparte del campeonato habitual, se repitió la II Challenge
de la Copa Quintana y, en 1934, la actividad no se detuvo, al menos hasta junio de 1934 [figura 3].
A partir de entonces, ya no se conoce ninguna noticia del “venjonbol”. Puede que en los hechos del
6 de octubre de 1934 se pueda encontrar alguna explicación, pero también existían otras eventuali-
dades que podían afectar a la entidad. En el salón del Café Tívoli no había espació físico para todos.
3 Probablemente se trataba de Francisco de Paula Quintana i Vidal (1892-1966), arquitecto colaborador y continuador de la obra
de Gaudí en la Sagrada Familia.
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Es probable que la convivencia entre los aficionados del billar, los del “venjonbol” y, ahora, también
los del tenis mesa o “ping-pong”, tuviera alguna conflictividad y discusión.
Figura 3. “Los del Venjonbol”, El Mundo Deportivo, 11/06/1934, p. 2.
Ahora bien, en el Café Tívoli ya se había constituido un Club de “Ping-Pong” y también se organi-
zaba un campeonato, es decir, que poco después, este otro deporte, el 17 de febrero de 1935, se
constituía en la Federación Catalana de Ping Pong (El Mundo Deportivo, 14/02/1935, p. 2; El Diluvio,
20/02/1935, p. 13).
En efecto, a finales de 1935 Xut! incorporaba el debate de los “deportes desconocidos” y, con esta
expresión se refería a la invasión de juegos como el “ping-pong”, el ajedrez, el billar... Asimismo,
el semanario cuestionaba que otros juegos, como el “venjonbol”, tuvieran que ser considerados
propiamente deportes: “El venjonbol ya tiene algo más de categoría entre los deportistas. Su sub-
mundo de fútbol de salón le da una especial preponderancia, que no ha superado cono debía en el
ping-pong (tenis de salón)” (Xut!, 31/12/1935, p. 3).
El poder descubrir que el “venjonbol” (fútbol de salón) consistía en un juego de asociación, que
reunía alrededor de un espacio a un grupo de amigos, que lo único que querían era la saludable
distracción, con la simpática compañía de un juego sin violencias, ni riesgo físico, ofrece otra pers-
pectiva del deporte dominante. El “venjonbol” iba, ciertamente, más allá de los discursos de la
época, orientados al fortalecimiento del cuerpo y a la regeneración de la raza. Todo apuntaba a un
modelo alternativo a los deportes de la fuerza, la resistencia y la agilidad. En este juego no había
héroes, tampoco figuras destacadas que la prensa pudiera hacerse eco; eran personas de trabajo,
¡Un hallazgo de museo!
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de estudio y de aficiones banales, pero necesarias para mantener la vitalidad que requería el sopor-
tar la vida cotidiana en aquel tiempo en que los escenarios bélicos y los violentos acontecimientos
políticos bañaban la dimensión humana.
El poder recuperar el juego del “venjonbol”, un perdido y olvidado juguete que hemos localizado
en la plataforma de ventas online Todocolección [figura 4], nos hace reflexionar sobre otras muchas
cosas que, ahora sólo se pueden apreciar en los museos de los juegos y de los juguetes. Ciertamen-
te, como apuntan Brasó y Garcia (2020, p. 452): “El juguete, y el juego, son elementos que confor-
man las sociedades y a partir de ellos podemos entender un pueblo, un modo de ser, de manera
más transversal y profunda que seguramente con libros de cultura e historia.
Estos juegos todavía muestran el imaginario de una realidad de nosotros no tan lejana, y que to-
davía es posible conservar y recuperar. Así pues, al llegar a este punto, también puede decirse que
este estudio, a modo general, ayuda a construir la historia del juego, la del juguete y el tiempo libre
en nuestra sociedad (Capellà, 2013, 2014; Corredor- Matheos, 1981, 1999; Díaz-Plaja, 1984; Valero,
1997).
Figura 4. Venjonbol: Juego de fútbol de salón. Localitzado: https://www.todocoleccion.net
Por último, con intención de sondear alrededor de la hipótesis inicial, cabe preguntarse si se pue-
de considerar el juego del “venjonvol” cómo la primera manifestación del “fútbol de botones” en
Cataluña. De todas formas, queda claro que, en sí mismo, no se trataba del “fútbol de botones”, es
decir, de ese juego que de forma espontánea parece que empezó a popularizarse en tiempos de
la posguerra civil española.
Sin embargo, el “venjonvol” era un juego de invención española y registrado. Por lo tanto, más tar-
de, la idea del juego podía ser simulada ingeniosamente con los botones, al igual que en aquella
época los niños se construían una pelota de fútbol con cualquier cosa que facilitase “la patada. De
Conclusión
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[ 78 ]
todos modos, podemos visualizar el “venjonvol” como un antecedente al “fútbol de botones”, pero
también hemos de reconocer que faltan más elementos para esclarecer la hipótesis planteada.
Por último, es conveniente atender el valor educativo que hoy representa el restablecimiento cultu-
ral de este nuevo deporte. Ciertamente, en estos tiempos en los que la alarma social nos conduce a
reflexionar sobre los perniciosos usos de los dispositivos digitales o terminales móviles, el recupe-
rar el juego del fútbol con botones para la convivencia ciudadana en entornos de ocio infantiles y
juveniles ha de contribuir a una saludable recreación que coopere en dinámicas más comunitarias
y afectivas de socialización, de integración y de inclusión.
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