Romina Denise Jasso Alfieri
E, , () . - : 0214-0691
dignidad y bienestar que a la vez preserven la vida de los ecosistemas y los seres
que los habitan.
La búsqueda constante de los países desarrollados por mejorar la educación
de sus ciudadanas y ciudadanos, ha puesto en relieve la necesidad de transformar
a la Universidad para que cumpla con su misión y función de ser «conservadora,
regeneradora y generadora» (Morin, 2009), por las cuales debe velar por mante-
ner la herencia cognitiva de los países y culturas, a la vez que permite examinarla,
actualizarla y transmitirla, y a la vez, seguir generando nuevos saberes y nuevas
formas de cultura que siguen ampliando la herencia a lo largo de los años.
Esta misión requiere forzosamente que la Universidad, esté abierta y conozca
profundamente las características de su entorno, de los tiempos y sobre todo,
de su función democratizadora del pensamiento y del aprendizaje para todas y
todos. Sin embargo, y a pesar de ello, pareciera que, lejos de este propósito, las
reformas de los planes y programas de estudio, particularmente en el entorno
europeo, siguen careciendo de una visión que les permita ir más allá de cambios
en las formas, llegando al fondo de la educación. En este sentido, encontramos la
tendencia al enfoque en el mercado laboral, en la respuesta a las necesidades que
el entorno, especialmente entendido este en su sesgo meramente economicista,
le plantea a la formación de los nuevos profesionales. Si bien esta tendencia re-
sulta adecuada en la búsqueda de dar respuesta a las necesidades que este sentido
pueden manifestar las dinámicas sociales, suele conllevar a la hiperespecialización
de los profesionales de las diferentes áreas, personas que centran su formación en
disciplinas muy especícas, y más particularmente en técnicas clave para realizar
una labor especíca en un campo también, particular. De acuerdo con Morin,
la complejidad contenida en la diversidad, articulación, inter-
dependencia y fugacidad de las circunstancias y problemas de la
sociedad mundial excede los prismas disciplinares. Por doquier es
el reino de los expertos […] que olvidan los grandes problemas, ya
que los grandes problemas son transversales, son transnacionales,
son múltiples, son multidimensionales, son transdisciplinarios y,
en nuestra época de la mundialización, son planetarios (citado en
Motta, 2002, p. 59)
Esta hiperespecialización es uno de los mayores riesgos que encuentra Morin
(2010) en el trabajo disciplinar, pues de acuerdo con el autor «el objeto de estudio
de la disciplina será entonces percibido como una cosa en sí; las relaciones y soli-
daridades de este objeto con otros, tratados por otras disciplinas, serán dejadas de
lado, así como también las ligazones y solidaridades con el universo del cual el ob-
jeto es parte» (p. 1). La falta de una visión amplia en las y los profesionales, como
bien plantea Morin, llevará a una cada vez mayor parcelación del conocimiento y
de las habilidades, además, por supuesto, del desarrollo de actitudes egocéntricas