E
Revista de Humanidades y Ciencias Sociales
N. 12, 2 (2022), pp. 405-428
: 0214-0691
https://doi.org/10.33776/erebea.v12i2.7783
Fecha de recepción: 9/IV/2021
Fecha de aceptación: 26/IX/2022
P 
El Calabacino, España vaciada, historia
rural, aldea, ecoaldea.
K
El Calabacino, emptied Spain, rural his-
tory, village, ecovillage.
R
Con una mirada de largo plazo, hacien-
do uso de la extrapolación microterritorial
de las dinámicas macroterritoriales y apo-
yándose en fuentes documentales diversas,
se traza la historia de la localidad de El Ca-
labacino (Alájar, Huelva), arrancando de
su conformación como aldea medieval (s.
-), fruto de la repoblación cristiana;
pasando por la consolidación del asenta-
miento (s. -); siguiendo por su auge
impulsado por la arriería, el comercio y el
contrabando (s. -); continuando
por su declive y abandono debido al éxodo
rural (1900-1979); hasta llegar a su rena-
cimiento derivado del establecimiento de
una comunidad neorrural (1979), recon-
vertida en ecoaldea alternativa (2017). El
objetivo de ello es poner en perspectiva
histórica la utilidad del establecimiento de
ecoaldeas como estrategia frente a la Espa-
ña vaciada.
A
With a long-term perspective, making
use of the micro-territorial extrapolation of
the macro-territorial dynamics and relying
on diverse documentary sources, the his-
tory of the place of El Calabacino (Alájar,
Huelva) is traced, beginning from its con-
formation as a medieval village (C14-15),
as result of the Christian repopulation;
through the consolidation of the settle-
ment, (C16-17); continuing by its boom
driven by muleteers, trade and smuggling
(C18-19); continuing for its decline and
abandonment due to the rural exodus
(1900-1979); until reaching its rebirth
derived from the establishment in it of a
neo-rural community (1979), reconverted
into an alternative ecovillage (2017). e
objective of it is to put in historical pers-
pective the usefulness of the establishment
of ecovillages as strategy to face the emptied
Spain.
E C:
     .
H     españa vaciada
Antonio Luis Hidalgo-Capitán
Universidad de Huelva
Ana Patricia Cubillo-Guevara
Universidad Internacional de Valencia
E, , () . - https://doi.org/10.33776/erebea.v12i2.7783
. I
La expresión «España vaciada», como alternativa al eufemismo «España va-
cía», hace referencia a la bajísima densidad de población que padecen muchas
comarcas rurales españolas, e incluso pequeñas ciudades, como consecuencia de
un secular abandono a su suerte por parte de las autoridades políticas; situación
que genera problemas tales como una bajísima tasa de natalidad, el envejecimien-
to de su población, la pérdida de su capital humano, unas escasas oportunidades
de empleo y de negocio, la pérdida de rentabilidad social de los servicios públicos
de correos, transporte, educación y sanidad, la pérdida de rentabilidad económica
de servicios nancieros, comerciales y farmacéuticos, etc.
Esta expresión se popularizó a raíz de una gran manifestación celebrada en
Madrid el 31 de marzo de 2019, bajo el lema «Revuelta de la España vaciada»,
organizada por más de 80 asociaciones de los territorios afectados por la baja
densidad de población y el abandono político. A dicha manifestación acudieron
decenas de miles de personas como forma de presión a los partidos políticos que
concurrían a las elecciones generales de 2019, para que estos prestasen atención
a dichos problemas.
Esta problemática de la despoblación afecta a gran parte del sur de Europa y
ya venía siendo estudiada por diferentes investigador@s, entre los que destacan
l@s autor@s del mapa de Áreas Escasamente Pobladas de España 2018, en el
que se identican dos unidades territoriales de bajísima densidad de población
(menos de 8,00 habitantes por km2) y ocho de baja densidad (entre 12,50 y
8,00 habitantes por km2). Dichas áreas clasicadas de menor a mayor densidad
son: la Serranía Celtibérica; la Franja con Portugal; la Serranía Bética; la Serranía
Central; las Tierras del Ebro; la Serranía Cantábrica; las Tierras del Duero; los
Pirineos; la Serranía Levantina; y Sierra Morena y Submeseta (Burillo-Cuadrado
y Burillo-Mozota, 2018). Dentro de esta última unidad territorial se encontraría
la unidad poblacional El Calabacino.
La actual localidad de El Calabacino está (re)construida sobre las ruinas de tres
antiguos asentamientos rurales, El Calabacino, Casas de Arriba y La Umbría. Este
núcleo de población, de unas 100 personas, en su mayoría organizadas como una
ecoaldea, se encuentra al suroeste de España, al noroeste de Andalucía, como par-
te del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche (PNSAYPA), al norte
de la provincia de Huelva, dentro la comarca de la Sierra de Huelva, y formando
parte del término municipal de Alájar, aunque sin constituir una entidad local
menor. Dentro del mismo, está situado a 1,1 km de la localidad de Alájar y a 400
m de La Peña de Arias Montano, en un pequeño valle de unas 35 ha, denominado
valle del Calabacino, que discurre perpendicular a la rivera de Alájar, de noroeste
a sudeste, en la margen este del barranco de la Tejonera, delimitado al oeste por
la sierra de los Cuchareros y al este por la sierra que lo separa del valle del Peral,
ambas estribaciones de la sierra del Castaño. La peculiaridad de esta localidad de
Antonio Luis Hidalgo-Capitán y Ana Patricia Cubillo-Guevara

E, ,  () . - : 0214-0691
la España vaciada es que su historia no tiene un nal adverso, sino que la misma
representa una esperanza para la (re)población de las zonas rurales abandonadas.
El propósito de este artículo es poner en perspectiva histórica la utilidad del
establecimiento de ecoaldeas como una de las estrategias para enfrentar la España
vaciada; y para ello elaboraremos la historia de El Calabacino tratando de dar
respuesta a las siguientes preguntas: ¿Cómo surgió? ¿Cómo se consolidó? ¿Cómo
se expandió? ¿Cómo se despobló? ¿Cómo se repobló? ¿Y cómo contribuye a en-
frentar los problemas de la España vaciada? Para trazar este recorrido histórico
adoptaremos una visión de largo plazo, remontándonos hasta la Edad Media y
llegando hasta el presente, estableciendo para ello cinco etapas: el nacimiento del
asentamiento (siglos -); la consolidación del asentamiento (siglos -);
el auge del asentamiento (siglos -); el declive del asentamiento (1889-
1979); y el renacimiento del asentamiento (1980-2021). Cerraremos nuestro
análisis poniendo en valor la contribución de El Calabacino frente a la España
vaciada.
En este trabajo reduciremos la escala del análisis histórico hasta un nivel sub-
municipal, estudiando el pasado y el presente de una pequeña localidad, que en
otros análisis históricos suele pasar desapercibida, pero que, retrospectivamente,
tiene una gran relevancia para hacer frente a la España vaciada. Y para elaborar
esta historia recurriremos a información procedente de archivos, de hemerotecas,
de otros trabajos de investigación historiográca sobre Alájar y la Sierra de Huel-
va y de testimonios de la historia oral de Alájar y de El Calabacino. Cuando no
existan datos documentales conocidos que permitan establecer una secuencia de
acontecimientos para explicar algunos pasajes históricos, se recurrirá a la extrapo-
lación microterritorial (a El Calabacino) de las dinámicas históricas macroterrito-
riales (de Alájar y de la Sierra de Huelva) como forma de aproximación histórica.
. E   E C ( -)
No existen restos arqueológicos ni documentales que permitan establecer un
asentamiento humano en el valle del Calabacino antes de la Baja Edad Media; sin
embargo, resultaría razonable pensar en que pudo ser habitado con anterioridad;
sobre todo si se considera que se encuentra muy cerca de La Peña de Arias Mon-
tano, habitada durante la Edad de Piedra, la Edad de los Metales, la Edad Antigua
y la Edad Media (Moreno, 1979/1993, pp. 84-95).
De hecho, La Peña albergó el asentamiento islámico de Al-hajar ibn Abi Jalid
(La Piedra de Abi Jalid), que a mediados del siglo  ya estaba vinculado a la
Taifa de Niebla y que a mediados del siglo  tenía relevancia poblacional (Gar-
cía, 2003, pp. 167-169). Por tanto, si Al-hajar tenía un signicativo volumen de
población, cabe suponer que hubiese también población islámica en el valle del
Calabacino en el momento de la conquista cristiana.
El Calabacino: de aldea medieval a ecoaldea alternativa...
E, , () . - https://doi.org/10.33776/erebea.v12i2.7783
Tras la toma de Al-hajar en 1251 por Alfonso III de Portugal, sus tierras, in-
cluidas las del valle del Calabacino, pasaron a formar parte de su corona, como
Alfayar de Lapa, y quedaron bajo la custodia de la Orden del Hospital de San
Juan. No obstante, tras una larga negociación con Alfonso X de Castilla, entre
1252 y 1267, dichas tierras quedaron adscritas nalmente al Reino de Sevilla de
la Corona de Castilla, como tierras de realengo, tributarias del rey, pertenecientes
al alfoz de la Ciudad de Sevilla, dentro del Consejo de Aracena y bajo la defensa
de la Orden de Santiago asentada en su castillo (González, 2013).
Tomando en consideración que la población musulmana del oeste de Sierra
Morena tras la conquista cristina se desplazó hacia otros territorios de la Taifa de
Niebla, todo apunta a que la población musulmana fue expulsada del valle del
Calabacino. Así, durante la segunda mitad del siglo  se inició el proceso de
repoblación de Sierra Morena, incluyendo las tierras de Alfayar de Lapa y, entre
ellas, las del valle del Calabacino (González, 1989 y 2013). No obstante, durante
esos años, en lo que sería el Concejo de Aracena sólo habitarían un@s rud@s y
escas@s poblador@s nómadas, dedicad@s al pastoreo, la apicultura, la caza y la
carbonería, que además debieron de soportar los continuos asaltos de los golnes
o bandoleros, ante la incapacidad de la Orden de Santiago de controlar todo el
territorio puesto bajo la protección del castillo de Aracena (González, 2013); por
ello, las tierras del valle del Calabacino debieron de permanecer bastante despo-
bladas.
El repartimiento del Reino de Sevilla iniciado por Alfonso X como estrategia
para su repoblación no afectó a las tierras de lo que sería el Consejo de Aracena;
aunque atrajo población asturiana, gallega, leonesa y castellana hacia otros territo-
rios de dicho reino. Sin embargo, el desarrollo encastillamiento, un sistema de se-
guridad basado en la proliferación de castillos en el territorio cercano a la frontera
con Portugal, iniciado por Sancho IV de Castilla en 1293, generó el comienzo de
un proceso de repoblación de la parte occidental de Sierra Morena, incluyendo
las tierras de Alfayar de Lapa y, dentro de ellas, las del valle del Calabacino. Así,
durante el siglo  estas tierras fueron repobladas por campesin@s inmigrantes
de origen asturiano, gallego, leonés y castellano. Est@s inmigrantes, parte de l@s
cuales serían de segunda generación, se encontraban en su mayoría previamente
asentad@s en el Reino de Sevilla y se fueron desplazando hasta las tierras despo-
bladas del Concejo de Aracena; proceso que se dio de manera espontánea, una
vez estabilizada la frontera con Portugal y asegurado el territorio con una red de
castillos que representaban la autoridad de la Corona de Castilla sobre el mismo
(González, 1989, pp. 222-223).
Este asentamiento espontáneo de l@s nuev@s poblador@s en el Consejo de
Aracena se realizó preferentemente sobre tierras soleadas, con abundante agua,
con buenas comunicaciones y buen control visual de las proximidades y que hu-
biesen estado habitadas con anterioridad; y así primero conformaron ncas, que
Antonio Luis Hidalgo-Capitán y Ana Patricia Cubillo-Guevara

E, ,  () . - : 0214-0691
con el paso del tiempo y el aumento de la población se transformaban en caseríos
y que cuando su población se acercaba a las 40 personas pasaban a ser aldeas
(Moreno, 1993, pp. 91-92). Así fue como est@s campesin@s se asentaron en
las tierras del valle del Calabacino, que contaba con tres arroyos y abundantes
manantiales, con un camino natural que conectaba el valle de Alájar con la sierra
del Castaño, con una buena vista de dicho valle y con un posible asentamiento
humano de la época musulmana.
Esta repoblación de origen asturiano, gallego y leonés de dicho valle vendría
atestiguada por algunos topónimos que han quedado en la zona y que derivan
del asturleonés; como el nombre de la aldea de El Calabacino. Calabacino es
la denominación que recibe un envase artesanal, para almacenar y transportar
agua y vino, elaborado a partir de una calabaza de la variedad lagenaria siceraria
(calabaza de peregrino, de agua o vinatera), una vez seca y vaciada; este envase es
muy común desde la Edad Media en el Camino de Santiago, formando parte del
atuendo del peregrino, y muy posiblemente se cultivaba y se elaboraba en el valle
del Calabacino antes de nales del siglo ; además, el propio uso del sujo -ino
es una forma de construcción del diminutivo típica del asturleonés.
Otros topónimos de origen asturiano son barranco del Mosquil y barranco
del Mosquilejo (hoy barranco de la Tejonera). Mosquil, además del nombre de un
monte asturiano, es una palabra asturleonesa utilizada para referirse a una zona
donde suelen refugiarse caballos, burros y mulos, en las tardes de verano, huyen-
do de las moscas; mientras que mosquilejo sería un pequeño mosquil. También
podemos destacar la dedicatoria de la fuente de El Calabacino a San Amaro, santo
muy venerado desde la Edad Media en Galicia y en Asturias y que, según una le-
yenda local, se apareció en dicha fuente. Igualmente, la denominación alternativa
de Casas de Arriba como Casas de San Vicente podría estar referida a San Vicente
de León, un monje benedictino leonés del siglo  cuyos restos fueron trasladados
a la catedral de Oviedo en el siglo .
Hacia nales del siglo  ya existe constancia documental de la existencia de
cuatro aldeas cristianas en las tierras de la antigua Alfayar de Lapa, dependientes
del Consejo de Aracena: Montes Orullos (que pronto sería abandonada); Alfajar
de Arriba (La Peña, poblada por cristianos, al menos, desde 1407 y que debía
tener una iglesia); Alfajar de Abajo (Pobla o Puebla del Valle, actual Alájar); y El
Calabacino (Moreno, 1979/1993, p. 33).
Según los padrones de pecheros de 1485, 1487 y 1489, tanto Alfajar de Arriba
como Alfajar de Abajo superaban los 40 habitantes, mientras que El Calabacino
no los alcanzaba (gura 1) (Bendala Galán, Collantes de Terán Sánchez, Falcón
Márquez y Jiménez Martín, 1992, pp. 32-35)1. Por tanto, podemos armar que
1 En estos padrones se recogían sólo los vecinos pecheros (varones mayores de edad, cabezas de
familia, obligados a pagar impuestos). Para estimar la población a partir de vecinos se toma la ratio
El Calabacino: de aldea medieval a ecoaldea alternativa...
E, , () . - https://doi.org/10.33776/erebea.v12i2.7783
El Calabacino surgió durante la Baja Edad Media, entre los siglos  y , como
una aldea campesina del Concejo de Aracena.
La población de El Calabacino a nales de la Edad Media, formada por pe-
queños campesinos (y sus familias), dueños de sus tierras y jurídicamente libres,
se dedicada a las actividades agrarias de subsistencia (agricultura, ganadería y sil-
vicultura), con un mínimo excedente comercial y para el pago de tributos; ex-
cedente generado posiblemente por la producción de madera de roble (Bendala
Galán, Collantes de Terán Sánchez, Falcón Márquez y Jiménez Martín, 1992, p.
32-35). Dicha población debió de participar, en sus orígenes, durante el siglo 
y, posteriormente, durante el siglo , en la introducción del castaño en el cerro
del Castaño, como sustituto del roble a medida que este se fue talando para la
construcción de viviendas en la zona.
Por tanto, el origen de la aldea de El Calabacino estaría en el proceso de repo-
blación espontánea del Consejo de Aracena desarrollado durante el siglo , una
vez que aumentó la seguridad del territorio, que generó un asentamiento disper-
so de campesin@s libres, de origen asturiano, gallego y leonés, por medio de la
ocupación de las tierras del valle del Calabacino, abandonadas durante décadas,
donde comenzaron a practicar actividades agrarias de subsistencia.
. L   E C ( -)
No se produjeron grandes cambios en la forma de vida de l@s habitantes de
El Calabacino durante el siglo , pues siguieron dedicándose a las actividades
agrarias de subsistencia. Solo merece la pena señalar que su población se duplicó
en el primer tercio del siglo , quedándose por debajo de los 80 habitantes;
mientras que las aldeas de Alfajar de Arriba y Alfajar de Abajo apenas superaron
entre ambas los 100 habitantes (Bendala Galán, Collantes de Terán Sánchez, Fal-
cón Márquez y Jiménez Martín, 1992, pp. 32-35). Y siguió creciendo durante el
segundo tercio del siglo  (gura 1); al igual que lo hizo la población de la aldea
de Alfajar de Abajo, que cambió su nombre por el de Aláxar o Alájar y absorbió
parte de la población de la aldea de Alfajar de Arriba, a medida que esta se fue
despoblando.
Junto a este crecimiento demográco, se puede destacar también el cambio
del estatus político de El Calabacino en 1559, cuando sus tierras se convirtieron
en tierras de señorío como parte del Señorío de Alcalá, tras la venta de la aldea de
Alájar al Duque de Alcalá por parte de Felipe II; para entonces El Calabacino ha-
bía perdido su condición de aldea, pasando a ser un simple vecindario de Alájar,
de la que era su segundo núcleo poblacional (Bendala Galán, Collantes de Terán
Sánchez, Falcón Márquez y Jiménez Martín, 1992, pp. 32-35).
de 4,18 personas por vecino (Kagan, 1994, p. 122), redondeando hasta la decena más próxima.
Antonio Luis Hidalgo-Capitán y Ana Patricia Cubillo-Guevara

E, ,  () . - : 0214-0691
Figura 1. Evolución de la población del valle del Calabacino (1485-1981). Elaborado a partir de
estimaciones y datos de censos pecheros, catastros y nomenclátores de padrones.
Durante el siglo , en 1640, la aldea de Alájar, de la que El Calabacino
seguía siendo vecindario, pasó a formar parte del Principado de Aracena por deci-
sión de Felipe IV. El cambio de señorío, aparentemente inocuo para la población
de la zona, desencadenó durante la segunda mitad del siglo  una serie de con-
ictos entre l@s vecin@s de Alájar y el señor de Aracena, como consecuencia del
pago de los tributos; al tiempo que se constataron en dicho señorío importantes
problemas de seguridad pública. Estos conictos terminaron generando un pro-
ceso de emigración que condujo a una pérdida de más del 40% de los vecinos de
Alájar, que también debió de afectar a El Calabacino (Bendala Galán, Collantes
de Terán Sánchez, Falcón Márquez y Jiménez Martín, 1992, pp. 32-35; Moreno,
1979/1993, pp. 99-103).
Como consecuencia de estos conictos, a petición de l@s vecin@s de Alájar,
en 1700 Carlos II le concedió a esta el Privilegio de Villa, aunque dependiente del
Señorío de Altamira (que había integrado las tierras del Principado de Aracena)
(Sancha, 2014); de esta forma El Calabacino recuperó su condición de aldea,
pasando a ser la principal aldea de la Villa de Alájar durante el siglo  y con-
centrando el 10 % de toda su población.
. E   E C ( -)
Durante la primera mitad del siglo  la población de El Calabacino fue
creciendo a un ritmo importante hasta alcanzar en 1752 unos 163 habitantes2
(Bendala Galán, Collantes de Terán Sánchez, Falcón Márquez y Jiménez Martín,
1992, pp. 32-35) (gura 1); y tanta fue su relevancia que en 1749 se levantó la
2 Para estimar las almas en 1752 se ha utilizado la proporción de Kagan (1994, p. 122).
~40
~80
~163
254
346
262
120
5
0
50
100
150
200
250
300
350
400
1485 ~1530 1752 1858 1888 1910 1950 1981
Número estimado de habitantes
Años
El Calabacino: de aldea medieval a ecoaldea alternativa...
E, , () . - https://doi.org/10.33776/erebea.v12i2.7783
capilla de la Santísima Trinidad. Esta capilla se dotó durante la segunda mitad
del siglo de otros bienes de culto, como una pila bautismal (de 1739 sobre restos
de obra del siglo XVI), un lienzo de la Santísima Trinidad (que la presidía) y los
altares laterales (dedicados a San Amaro, Santa Bárbara y el Cristo del Paño). Sin
embargo, solo tuvo capellán y mayordomo durante unos pocos años, tras los cua-
les los sacerdotes de Alájar sólo subían a celebrar misa los días festivos; en especial,
el día de la Santísima Trinidad, cuando se celebraba una romería (Bendala Galán,
Collantes de Terán Sánchez, Falcón Márquez y Jiménez Martín, 1992, p. 70).
El siglo  fue el período de esplendor de El Calabacino, impulsado por
el desarrollo de la arriería y del comercio; destacando la participación en la ruta
comercial entre Cádiz (Puerto de Indias), y la meseta, por la que circulaban cacao,
azúcar y canela (Ruiz, 1999). A ello se sumaría hacia mediados del siglo  la
participación en el contrabando desde Gibraltar de productos textiles (algodón de
ovillo, lienzo crudo y pana negra…) (Moreno, 1993).
El desarrollo de la arriería, el comercio y el contrabando en El Calabacino
respondió a una estrategia de diversicación de fuentes de ingresos, dada la escasa
productividad de unas actividades agrarias de subsistencia (Moreno, 1979/1993).
Aún así, hay constancia de la fertilidad de las huertas de El Calabacino, conocido
durante este siglo por la producción excedentaria de higos y brevas (Ruiz, 1999:
26).
Del siglo  datan también la mayoría de las ruinas que quedaron de esta
aldea, no existiendo restos de periodos anteriores (Moreno, 1979/1993, pp. 136
y 143). Así, en dicho siglo la aldea de El Calabacino se caracterizaba por una gran
concentración de pequeñas viviendas dentro de unos pocos edicios en un mismo
espacio y sin tierra alrededor; razón por la cual su ruedo de huertos se encontraba
al sur del asentamiento. También hay constancia de la existencia de la fuente de El
Calabacino a nales del siglo , de la que se armaba que sus aguas eran de las
más nas de la zona y de la que se contaba que una mujer soñó que en ese lugar
había un tesoro enterrado y al escavar descubrió la fuente (Ruiz, 1999, p. 24).
La población de El Calabacino siguió creciendo durante el primer tercio del
siglo  hasta alcanzar unas 202 almas en torno a 1833, cuando desapareció el
Señorío de Aracena sobre la Villa de Alájar y sus aldeas (Madoz, 1845, t. 5, p.
236). Y lo hizo también durante el segundo tercio de dicho siglo, computando
en 1858 unos 254 habitantes (gura 1); fecha para la cual ya hay constancia do-
cumental de la existencia en dicho valle de cuatro aldeas: El Calabacino, Casas
de Arriba, La Umbría y La Moheda (Comisión de Estadística General del Reino,
1858, p. 357). Hacia 1888 la población de dichas aldeas alcanzó los 346 habitan-
tes, distribuidos en 94 casas, siendo este el mayor nivel de población (registrado)
que tuvo el valle del Calabacino a lo largo de toda su historia (gura 1) (Instituto
Geográco y Estadístico, 1891, t. 4, cuad. 22, p. 7). En general, las construccio-
nes existentes en estas cuatro aldeas tenían diferentes usos simultáneos: viviendas,
Antonio Luis Hidalgo-Capitán y Ana Patricia Cubillo-Guevara

E, ,  () . - : 0214-0691
cuadras, almacenes de alimentos, de mercancías y de aperos, hornos, talleres, etc.;
y a veces varios núcleos familiares convivían bajo un mismo techo.
Ni las guerras, ni las desamortizaciones, ni las epidemias de cólera del siglo 
parecen haber tenido importantes repercusiones en la dinámica demográca, eco-
nómica, social y política del valle del Calabacino; aunque las epidemias de cólera
dejaron como vestigio la remodelación de las fuentes de El Calabacino, Casas de
Arriba y La Umbría, como forma de prevenir nuevas enfermedades infecciosas;
separando los abrevaderos del ganado de las alcubillas, cubriendo estas con cáma-
ras de obra y encalando el conjunto de las mismas.
Durante todo este siglo, la arriería, el tráco legal de chocolate, naranja y
frutas desde Alájar y de granos hacia Alájar (Madoz, 1845, t. 1, p. 180) y, sobre
todo, el contrabando desde Gibraltar (de productos textiles, hasta mediados del
siglo , y de tabaco, desde mediados de dicho siglo), fueron la principal fuente
ingresos de la población de El Calabacino; a lo que habría que unir el desarrollo
de una actividad comercial complementaria como las tabernas. El descubrimien-
to de una pequeña mina de plomo y plata en la calleja de El Calabacino, dada
su corta existencia, no tuvo mayores repercusiones económicas; mientras que las
actividades agrarias de subsistencia, que fueron abandonadas por much@s de sus
habitantes, nunca hubieran podido explicar la explosión demográca que experi-
mentaron las cuatro aldeas del valle durante este siglo.
Durante el siglo  El Calabacino estaba muy bien situado para el desarrollo
del contrabando, a cierta distancia de las autoridades de Alájar y a lo largo del
camino real entre Castaño del Robledo y Alájar, que formaba parte de la ruta
comercial entre Galaroza y las localidades de Nerva y Minas de Riotinto, que a
su vez pertenecía a la ruta comercial entre el norte de Extremadura y Gibraltar.
Muestra de la relevancia de dicho contrabando son los pequeños cuartos, para
ocultar las mercancías, que persistían en las ruinas de las casas de la aldea de El
Calabacino a comienzos de la década de los ochenta del siglo  (Testimonios
orales).
El desarrollo de los servicios comerciales y de transporte hizo que, durante el
siglo , l@s habitantes de estas aldeas tuvieran más contacto que sus vecin@s de
Alájar con personas foráneas y con las nuevas corrientes de pensamiento político
que se desarrollaron en España. Estos contactos propiciaron el desarrollo de la
ideología liberal en dichas aldeas, opuesta al conservadurismo del resto de l@s
habitantes de Alájar, donde además la inuencia de la Iglesia era mayor (Moreno,
1979/1993, p. 215).
En resumen, el auge de El Calabacino solo pudo producirse por la dedicación
de una parte importante de sus habitantes al transporte y al comercio (arriería,
contrabando, comercio legal…), ante la escasa productividad de las actividades
agrarias de subsistencia, que much@s de ell@s fueron abandonando.
El Calabacino: de aldea medieval a ecoaldea alternativa...
E, , () . - https://doi.org/10.33776/erebea.v12i2.7783
. E   E C (-)
Durante la segunda mitad del siglo  el contrabando con Gibraltar decayó,
debido a la liberalización del comercio de productos textiles y pese a la persisten-
cia del contrabando de tabaco. Así, dicha actividad fue perdiendo progresivamen-
te su rentabilidad hasta generar hacia nales de dicho siglo un efecto expulsión de
la población del valle del Calabacino; efecto que se vio complementado con el
efecto atracción que sobre dicha población generó la actividad minera onubense
en el mismo período.
El desarrollo de la minería metálica en la faja pirítica de Huelva, liderada
desde 1873 por la empresa británica Rio Tinto Co. Ltd., generó una importante
emigración de población de toda la Sierra de Huelva hacia la Cuenca Minera,
sobre todo hacia Minas de Riotinto y Nerva; dicha migración fue especialmente
signicativa en las aldeas del valle del Calabacino, dados los intensos contactos
que mantenían con dichas localidades debido a la ruta de arrieros que las unía; no
obstante, también debió de existir emigración hacia el puerto de Huelva y hacia
el fuera de la provincia. Así, durante la última década del siglo , El Calaba-
cino, Casas de Arriba, La Umbría y La Moheda perdieron más de 80 habitantes
(gura 1); aunque su población se estabilizó durante la primera década del siglo
 (gura 2).
Figura 2. Evolución de la población del valle del Calabacino (1901-1981). Elaborado a partir
de datos de los nomenclátores del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Población a 1 de enero de cada año3.
3 El dato censal de 1970 es de 118 habitantes, pero se trata de un dato distorsionado, ya que se
imputan a las aldeas de El Collado, El Cabezuelo y El Calabacino unos volúmenes de población que
supondrían incrementos demográcos respecto de 1960 que van contra la tendencia generalizada
en toda la Sierra de Huelva; por ello hemos estimado la población del valle del Calabacino en unos
45 habitantes.
259 262 250
214
163
120
87
~45
5
0
50
100
150
200
250
300
1901 1911 1921 1931 1941 1951 1961 1971 1981
Número de habitantes
Años
Antonio Luis Hidalgo-Capitán y Ana Patricia Cubillo-Guevara

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La pérdida de rentabilidad del contrabando también hizo que una parte im-
portante de las personas dedicadas a esta actividad trabajasen también como
jornaler@s, habida cuenta de que l@s contrabandistas hacía décadas que habían
dejado de ser campesin@s y carecían de tierras para cultivar. De hecho, hacia
1920 la rueda de huertos de la aldea de El Calabacino ya estaba en manos de un
único propietario, el herrero de Alájar, con lo que la mayoría de su población sólo
podía dedicarse a las tareas agrarias como jornaler@s. Así, el perl socioeconómi-
co de l@s habitantes del valle del Calabacino (campesin@s, arrier@s, comercian-
tes, contrabandistas y jornaler@s) estaría relacionado con el perl político de l@s
mism@s en la década de 1930, en su mayoría personas progresistas próximas al
Frente Popular.
El estallido de la Guerra Civil en 1936 desató una oleada de violencia y re-
presión en todo Alájar, que afectó también a El Calabacino. El Ayuntamiento de
Alájar estaba gobernado por el Frente Popular y había una mayoría social en el
municipio que apoyaba a la República. En julio de 1936 los sectores más radicales
de la izquierda republicana protagonizaron revueltas contra l@s terratenientes y
empresari@s de Alájar y la Iglesia católica (asociad@s con el bando nacional), que
terminaron en el encarcelamiento de algunos vecinos y en el saqueo y el incendio
de las iglesias de Alájar; entre ellas fue asaltada la ermita de la Santísima Trinidad
de El Calabacino, en la que se destruyeron los retablos de San Amaro y Santa Bár-
bara y se dañó el lienzo de la Santísima Trinidad (rescatado de las llamas por unas
vecinas, que posteriormente lo restauraron) (Testimonios orales y Bendala Galán,
Collantes de Terán Sánchez, Falcón Márquez y Jiménez Martín, 1992, p. 70).
La ideología republicana de l@s vecin@s del valle del Calabacino hizo que,
cuando las tropas del bando nacional entraron en el municipio el 20 de agosto
de 1936, la mayoría de ell@s huyera para refugiarse en el alto de la Tejonera, al
noroeste del valle. Y aunque la mayoría de las mujeres y l@s niñ@s regresaron a
sus casas por la noche, no ocurrió lo mismo con algunos hombres calabacineros,
que estuvieron huidos y/o escondidos por sus familias durante casi dos años;
además un vecino de Alájar, perseguido por los partidarios del bando nacional, se
escondió en una nca propiedad de su familia en El Calabacino y permaneció allí
hasta que se suicidó, cuanto supo que, en su lugar, habían apresado a su esposa
(Testimonios orales).
Las revueltas de los sectores más radicales de la izquierda republicana genera-
ron un fuerte resentimiento en los sectores conservadores de Alájar, de manera
que en agosto de 1936, cuando las tropas del bando nacional entraron en el mu-
nicipio, las delaciones contra las personas cercanas al Frente Popular se hicieron
frecuentes y se produjo una durísima represión que duró hasta 1938, con unas
70 víctimas mortales entre l@s partidari@s de la República (Espinosa y García,
2009).
El Calabacino: de aldea medieval a ecoaldea alternativa...
E, , () . - https://doi.org/10.33776/erebea.v12i2.7783
Durante la posguerra, la ermita de El Calabacino recobró una cierta actividad
con el rezo del Rosario todos los días del mes de mayo y la celebración de la ro-
mería de la Santísima Trinidad el primer domingo de junio. A esta romería acu-
dían vecin@s de El Calabacino y de toda Alájar y, tras la celebración de la misa,
pasaban un día de esta en el campo con comida, música de acordeón y tambor,
y baile de pasodoble (Testimonios orales).
Entre 1937 y 1952, coincidiendo con el racionamiento decretado en Espa-
ña, volvió a orecer en El Calabacino el contrabando de productos, ahora con
Portugal (café, cacao, azúcar, textiles…) y denominado estraperlo; aunque ello
no frenó el ritmo de la emigración que se venía produciendo desde 1888 (guras
1 y 2). No obstante, en estos años llegaron a existir en El Calabacino un taller
de zapatería, una carbonería, una panadería, tres tabernas e, incluso, un burdel.
Además, seguía manteniéndose una producción agraria de subsistencia basada en
frutas y verduras, garbanzos, trigo, aceitunas, cabras, cerdos y leña (Testimonios
orales). Así, en 1941 había 163 personas residiendo en 94 casas en El Calabacino,
Casas de Arriba y La Umbría, que pasaron a ser 120 personas en 49 casas en 1951
(gura 2); fecha para la cual la aldea de La Moheda ya habría perdido su entidad.
Pasado el racionamiento, durante la segunda mitad de los años cincuenta, los
años sesenta y principios de los setenta del siglo , la pérdida de rentabilidad del
contrabando y la escasa productividad de una actividad agraria de subsistencia,
a la que no llegó la mecanización, reforzaron el efecto expulsión de la población
del valle del Calabacino; población que al tiempo soportaba el efecto atracción
generado por las oportunidades laborales en ocupaciones de escasa cualicación
que se abrían en las ciudades de Cataluña y Levante (servicio doméstico, turismo,
industria, construcción…) (Ayuntamiento de Alájar, 2021). Así, la emigración se
volvió a acelerar en las aldeas del valle del Calabacino, las cuales participaron del
proceso de éxodo rural que vivió toda la comarca de la Sierra de Huelva en dichas
décadas, disminuyendo su población desde las 120 personas de 1951, hasta las
87 personas de 1961, las 45 personas de 1970 (aproximadamente; nota 3) y las 5
de 1981 (gura 2). Debido a ello, durante la década de los sesenta, dichos asen-
tamientos fueron progresivamente abandonados, junto con sus ruedas de huertos
y sus infraestructuras rurales (corrales, caminos, linderos, fuentes, acequias, al-
bercas…).
Tras el abandono de estas aldeas, durante la década de los setenta del siglo
, algun@s vecin@s de Alájar se apropiaron de los materiales más valiosos de
las casas abandonadas, como las tejas de barro y las vigas de castaño. Como con-
secuencia de ello y de las inclemencias meteorológicas, las casas abandonadas
desprovistas de tejados terminaron por colapsar, dando como resultado cuatro
núcleos de ruinas rurales (Testimonios orales). Por ello, en 1981 sólo quedaban 5
personas residiendo en El Calabacino (gura 2).
Antonio Luis Hidalgo-Capitán y Ana Patricia Cubillo-Guevara

E, ,  () . - : 0214-0691
Por tanto, el declive de El Calabacino se debió a la pérdida progresiva de
rentabilidad del contrabando desde nales del siglo , y no a un exceso de
mano de obra generado por la mecanización del campo en la década de los años
setenta, pues esta no llegó al valle del Calabacino; a lo que habría que unir las
oportunidades laborales que se abrieron, primero en las Minas de Riotinto, y
luego en las ciudades de Cataluña y Levante. Por tanto, salvo en sus orígenes, las
actividades agrarias nunca permitieron a l@s habitantes de El Calabacino vivir del
campo, dada la escasa productividad de sus tierras, y siempre necesitaron fuentes
complementarias de ingresos; por ello, al desaparecer estas fuentes, también des-
aparecieron los asentamientos del valle del Calabacino.
. E   E C (-)
Hacia nales de la década de los setenta y durante la década de los ochenta
del siglo  miembros del movimiento ecologista neorruralista de la vuelta al
campo (Rodríguez y Trabada, 1991) volvieron a repoblar El Calabacino, Casas
de Arriba y La Umbría, reconstruyendo las viviendas, las huertas, los corrales y
las infraestructuras rurales del valle del Calabacino. L@s primer@s poblador@s
neorrurales se establecieron en el año 1979 y fueron 5 personas adultas, una de
ellas embarazada, y un bebé de un año; en el año 1980 se produjo el primer na-
cimiento de un niño en el nuevo asentamiento; y hacia el año 1986 ya habitaban
unas 21 personas en los tres núcleos poblacionales reconstruidos, que fueron 49
en 1991. Un continuo aumento de la natalidad y sucesivas oleadas de inmigrantes
neorrurales siguieron elevando la población a 53 personas en 1996, 74 en 2001,
95 en 2006, 96 en 2011, 111 en 2016 y 106 en 2020 (gura 3).
Así, progresivamente, se ha ido conformando durante décadas una comunidad
intencional neorrural de personas que tienen muchos intereses en común, pese
a pertenecer a diversas generaciones y proceder de diferentes países del mundo
(España, Alemania, Francia, Estados Unidos, Holanda, Japón, Chile, Uruguay,
Venezuela…), diferentes comunidades autónomas españolas (Andalucía, Catalu-
ña, Euskadi, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Extremadura, Galicia…)
y diferentes provincias andaluzas (Huelva, Córdoba, Sevilla, Granada, Jaén, Má-
laga…).
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E, , () . - https://doi.org/10.33776/erebea.v12i2.7783
Figura 3. Evolución de la población del valle del Calabacino (1981-2020). Elaborado a partir
de datos procedentes de los nomenclátores del INE.
A tod@s le une el rechazo al modelo de vida urbano en el que la mayoría han
nacido y crecido, así como la búsqueda tanto de un modelo de relación con la
naturaleza que dé respuesta a sus inquietudes, como de un hábitat adecuado para
criar a sus hij@s (Testimonios orales). Estas personas iniciaron «un proceso […]
consciente de des-urbanización» y tomaron la decisión de residir en el valle del
Calabacino debido a «su inaccesibilidad por medio de vehículos, […] la ausencia
total de tensiones urbanísticas, al carecer de infraestructura pública alguna, y […]
las posibilidades de construcción de un hábitat rural alternativo» (Ayuntamiento
de Alájar, 2020, p. 30).
L@s primer@s poblador@s neorrurales del valle del Calabacino se establecie-
ron en la aldea abandonada de El Calabacino, donde ocuparon unas ruinas sobre
las que levantaron sus viviendas. La comunidad neorrural que se fue formando
durante las décadas de los ochenta y los noventa del siglo  lo hizo, bajo una
lógica de «solidaridad orgánica», por las necesidades de sus miembros (Canals y
Vivanco, 2017, p. 71). Estas necesidades fueron inicialmente las de cooperar en
la reconstrucción de las edicaciones abandonadas de dicha aldea, compartir las
viviendas que ya estaban restauradas mientras cada familia adecuaba su propio
espacio y cooperar entre familias en el desbroce de los zarzales existentes en las
nuevas parcelas y en el levantamiento de los tejados de las casas reconstruidas.
Más adelante sintieron la necesidad de conformar espacios de uso colectivo, como
una casa y una plaza comunal, que se fueron ampliando y desplazando de lugar a
lo largo del tiempo, así como la necesidad de trabajar conjuntamente restaurando
y reconstruyendo infraestructuras rurales de uso colectivo (caminos, fuentes, red
hídrica…) y estableciendo temporalmente formas de producción comunitarias o
cooperativas, como las primeras huertas comunes, la colaboración en el cuidado
de las cabras o la producción conjunta de artesanías para su venta en las ferias.
5
21
42
53
74
95 96
111 106
0
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110
120
1981 1986 1991 1996 2001 2006 2011 2016 2020
Nº de habitantes
Año
Antonio Luis Hidalgo-Capitán y Ana Patricia Cubillo-Guevara

E, ,  () . - : 0214-0691
Aunque una de las actividades que más ayudó a conformar la comunidad fue la
colaboración en la crianza de l@s niñ@s, sin olvidar la celebración de actividades
de convivencia, las comidas compartidas y la producción comunitaria de pan
(una vez que se construyó el horno en 1989 sobre las ruinas de una casa). (Testi-
monios orales).
A pesar de que en un primer momento existió la ocupación de ruinas en la
antigua aldea de El Calabacino, la mayoría de l@s calabaciner@s terminó com-
prando las parcelas ocupadas, porque «comprendieron que […] [la ocupación]
genera muchos problemas para conseguir un hogar perdurable en el tiempo»
(Testimonios orales). Así, l@s calabaciner@s obtuvieron la propiedad de la ma-
yoría de sus parcelas por medio de su compra-venta a precios muy económicos
para la época; aunque para ell@s supuso un gran desembolso. Mientras que sus
anteriores propietari@s, much@s residentes fuera de Alájar, también realizaron
un buen negocio, pues se trataba de casas en ruinas y tierras sin explotar, que casi
siempre carecían de inscripción registral.
Poco a poco cada familia fue adquiriendo su propia parcela para cultivar su
huerta y criar sus animales, lo que hizo que la estructura de la propiedad de la
tierra tuviese nalmente un carácter familiar y no comunitario. No obstante, este
asentamiento fue una comunidad intencional, aunque espontánea, porque cada
familia que se radicó en el valle del Calabacino tenía la intención de residir allí
para iniciar una forma de vida neorrural, inuida por los movimientos sociales
alternativos de los años ochenta, como el movimiento hippie, el movimiento
ecologista, el movimiento okupa rural, el movimiento contracultural punk y li-
bertario, el movimiento pacista o el movimiento feminista.
Casi al mismo tiempo que se estableció la comunidad neorrural de El Ca-
labacino, una congregación cristiana también adquirió una parcela en el valle
del Calabacino, que utilizaba unos pocos días al año como lugar de celebración
de campamentos escolares y convivencias religiosas, permaneciendo el resto del
tiempo desocupada. Pronto se estableció una relación de buena vecindad y coo-
peración entre la comunidad de El Calabacino y la congregación cristiana, que
cristalizó durante la primera mitad de la década de los noventa en la cesión del uso
de una explanada para la realización de actividades comunitarias; cesión a la que
posteriormente se añadió un pequeño espacio para que la comunidad levantara
allí una casa comunal. No obstante, en el año 1990 la comunidad realizó una co-
lecta entre l@s vecin@s para comprar una pequeña ruina cercana al horno, sobre
la que, en diferentes fases, se fue construyendo durante quince años la actual casa
comunal (Testimonios orales).
A principios de los años noventa se creó en El Calabacino la Asociación Cultu-
ral El Bardal, cuya principal actividad durante tres décadas ha sido la celebración
del Encuentro de Alternativas de Sevilla; un espacio de encuentro anual de per-
sonas, comunidades y organizaciones de Andalucía Occidental relacionadas con
El Calabacino: de aldea medieval a ecoaldea alternativa...
E, , () . - https://doi.org/10.33776/erebea.v12i2.7783
los movimientos sociales alternativos, que se convirtió en el principal espacio de
interacción social externa de la comunidad durante muchos años (Testimonios
orales).
Durante décadas esta comunidad se gestionó por medio de asambleas comu-
nitarias en las que se intentaban consensuar las principales decisiones, bajo la
lógica de un «asamblearismo difuso» (Canals y Vivanco, 2017, p. 71). Además
el grado de implicación de l@s calabaciner@s en la dinámica organizativa de la
comunidad ha sido muy variable a lo largo del tiempo, con momentos de mu-
cha actividad comunitaria y momentos de mayor repliegue familiar, dependiendo
del diferente desarrollo de los acontecimientos comunitarios (reconstrucción de
viviendas, reconstrucción y mantenimiento de espacios comunes, estas comu-
nitarias…) y de los acontecimientos familiares (crianza de l@s niñ@s, cultivo de
huertos familiares, producción de artesanías, comercialización de productos…)
(Testimonios orales).
Por otro lado, el espíritu libertario de l@s calabaciner@s y el aislamiento del
valle del Calabacino (sin acceso por medio de vehículos más allá de la antigua
aldea de El Calabacino, sin suministro eléctrico ni de agua potabilizada,4 sin
alumbrado público, sin alcantarillado…), generaron en la comunidad neorrural
una cultura de autogestión, consistente en actuar bajo sus propios criterios, sin
considerar criterios ajenos (como las limitaciones administrativas), y en resolver
posteriormente los conictos que pudieran producirse. Esta estrategia les funcio-
nó a l@s calabaciner@s durante décadas y así, inspirados en el lema punk «Hazlo
tu mismo», est@s levantaron sus casas, sin proyectos arquitectónicos y sin licen-
cias de obra, conando en que el transcurrir del tiempo terminaría por legalizar
dichas construcciones; las cuales en un primer momento se realizaron a partir de
las ruinas existentes, pero que, cuando estas se fueron acabando, se comenzaron
también a levantar desde cero.
Además, las relaciones que esta comunidad mantenía con otros grupos sociales
más tradicionales que los que participaban en el Encuentro de Alternativas de
Sevilla fueron escasas, e incluso, durante mucho tiempo, les incomodaban las
visitas y las miradas de l@s extrañ@s que se acercaban con curiosidad a la comu-
nidad sin haber sido invitad@s y eran reaci@s a dar a conocer su forma de vida
(Romero, 2018, p. 11). También las relaciones con sus vecin@s de Alájar eran
complejas, más basadas en una educada cortesía que en una buena vecindad y no
exentas de momentos de fricción; sobre todo durante los años ochenta y noventa,
debido a la ignorancia mutua de los códigos, costumbres y valores que regían en
cada comunidad, más tradicionales en Alájar y más alternativos en El Calabacino
(Testimonios orales). Sin embargo, la convivencia de l@s niñ@s calabaciner@s y
4 Hasta 2015 la empresa pública GIAHSA no instaló una tubería de agua potabilizada.
Antonio Luis Hidalgo-Capitán y Ana Patricia Cubillo-Guevara
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alajareñ@s en el colegio público de Alájar contribuyó a un entendimiento entre
ambas comunidades (Testimonios orales).
Pero a partir de 2014, coincidiendo con los momentos de mayor presión de-
mográca en el valle del Calabacino por el aumento de la natalidad y la inmigra-
ción de los años anteriores, la administración del PNSAYPA, que nunca se había
interesado por dicho territorio, comenzó a preocuparse por la legalidad de las
construcciones existentes en el mismo, e inició un proceso de inspección que ter-
minaría derivando en expedientes sancionadores, órdenes de derribo e, incluso,
denuncias penales. Esta situación de presión administrativa y judicial generó un
cambio de actitud en gran parte de l@s calabaciner@s, quienes desde entonces
comenzaron a desarrollar una política activa de alianza y colaboración con otros
colectivos sociales.
El primer cambio que acometieron fue interno, buscando una forma de or-
ganización más ecaz que la democracia asamblearia tradicional (basada en el
consenso) y la encontraron en la sociocracia (basada en el consentimiento) (En-
denburg, 1998). Este cambio en la forma de organización coincidió con un relevo
generacional en el liderazgo de la comunidad, asumido por las personas más jó-
venes llegadas al valle del Calabacino en la última década, que eran mayoritaria-
mente las que debían enfrentar los conictos urbanísticos.
Esta nueva generación buscó la identicación y el respaldo de otras expe-
riencias comunitarias similares. Así en 2016, est@s nuev@s líderes comuna-
les impulsaron la autodenición de l@s calabaciner@s como una ecoaldea y su
incorporaci´´ón a la Red Ibérica de Ecoaldeas (RIE, federación que agrupa a la
mayoría de las ecoaldeas de España y Portugal y que forma parte de la Red Global
de Ecoaldeas, GEN); incorporación que se materializó en 2017, convirtiéndose
en una de las ecoaldeas más grandes y más antiguas de Andalucía y de España.5
No obstante, la autodenición de la comunidad neorrural de El Calabacino como
ecoaldea no ha dejado satisfech@s a algun@s de sus miembros, quienes, eles a su
origen libertario y contracultural, rehúyen de las etiquetas, las asociaciones y las
federaciones, y solo aspiran a seguir teniendo una vida tranquila, en contacto con
la naturaleza y alejada del frenético ritmo de la sociedad occidental. Y hay quienes
incluso rechazan la etiqueta de comunidad intencional; lo que ha llevado a esta
5 Una comunidad es una ecoaldea cuando cumple con los requisitos que ha establecido la GEN
y que se encuentran incluidos en su denición de ecoaldea como «una comunidad intencional, tra-
dicional o urbana, diseñada conscientemente en las cuatro dimensiones de la sostenibilidad (social,
cultural, ecológica y económica) a través de procesos participativos de ámbito local para regenerar
sus entornos sociales y naturales» (Global Ecovillage Network [GEN], 2003, sec. What, párr. 1).
La comunidad neorrural de El Calabacino se adecua a esta denición desde hace décadas. Las dos
ecoaldeas más antiguas y grandes de Andalucía son El Calabacino (Huelva - 1979; 100 miembros)
y Benecio (Granada - 1981; más de 150 miembros; no integrada en la RIE); mientras que fuera de
Andalucía destaca Lakabe (Navarra - 1980; más de 50 miembros).
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ecoaldea a identicarse como una «familia de familias que, poco a poco, han ido
encontrando su intención» (Testimonios orales). Por ello, no tod@s l@s habitan-
tes del valle del Calabacino se consideran a sí mism@s parte de la ecoaldea de El
Calabacino; no obstante, incluso estas personas comparten la ideología ecologista
y libertaria de esta ecoaldea.6
Además, con el propósito de defender mejor sus intereses y poder actuar con
personalidad jurídica colectiva ante las administraciones públicas, los medios de
comunicación y otros agentes económicos y sociales, la ecoaldea de El Calabacino
reactivó una antigua asociación de vecin@s creada en el año 2003, pero que no
había tenido mucho recorrido. Así, desde el año 2017, la Asociación de Vecin@s
Raíces del Calabacino (AVRC) se ha convertido en la imagen social y política de
la ecoaldea.
Como consecuencia de todo ello, en el último lustro la ecoaldea ha recibi-
do frecuentes visitas de polític@s, activistas sociales, académic@s, intelectuales
y periodistas interesad@s en conocer y divulgar la forma de vida alternativa de
El Calabacino; al tiempo que l@s calabaciner@s han comenzado a participar en
todo tipo de actividades políticas, sociales, económicas, culturales y académicas
fuera de la ecoaldea. En este proceso de apertura social l@s calabaciner@s han
intensicado sus contactos con los nuevos movimientos sociales alternativos o
«transmodernos» (Hidalgo-Capitán y Cubillo-Guevara, 2016), que han inuido
sensiblemente en la manera que tienen de ver el mundo; entre dichos movimien-
tos destacan el movimiento global de ecoaldeas, el movimiento solidario, el mo-
vimiento decrecentista, el movimiento slow o el movimiento 15-M.
Aunque, con el n de encontrar soluciones políticas y técnicas al conicto
urbanístico, la AVRC también mantuvo reuniones con la Defensoría del Pueblo
Andaluz, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la
Junta de Andalucía, la Diputación de Huelva y el Ayuntamiento de Alájar.
De los veinticinco expedientes sancionadores abiertos por la administración
del PNSAYPA, siete de ellos derivaron en denuncias penales por parte la Fiscalía
de Medio Ambiente de Huelva. Como consecuencia de todo ello, siete familias se
han enfrentado a juicios, que se sustanciaron durante los años 2018, 2019 y 2020
con acuerdos de conformidad entre dicha scalía y l@s acusad@s, de manera
que est@s se han ido declarando culpables de un delito contra la ordenación de
territorio y el medio ambiente y han sido condenad@s a 18 meses de cárcel por
persona (sin ingreso en prisión), a 1800 € de multa por familia y a la demolición
de sus viviendas; no obstante, esto último ha quedado en suspenso durante cinco
años, para dar tiempo al Ayuntamiento de Alájar y a la Consejería de Agricultura,
Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía para encontrar
6 La Asociación de Vecin@s Raíces del Calabacino (AVRC) estima que alrededor de unas 80
personas serían miembros activ@s de la ecoaldea de El Calabacino.
Antonio Luis Hidalgo-Capitán y Ana Patricia Cubillo-Guevara
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E, ,  () . - : 0214-0691
una solución que permita la regularización de dichas viviendas en el marco de la
redacción del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de Alájar y del
nuevo Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del PNSAYPA.
Por dichas razones la AVRC decidió participar en los procesos de elaboración
del nuevo PORN del PNSAYPA y del PGOU de Alájar, en los que ha impulsado
el reconocimiento del valle del Calabacino como un hábitat rural diseminado de
interés ecológico y social; gura de ordenación territorial que podría permitir
la regularización de sus viviendas. Y para garantizar su inuencia política en el
Ayuntamiento de Alájar, l@s calabaciner@s decidieron implicarse activamente
en la vida política municipal, formando parte y respaldando masivamente la can-
didatura a la alcaldía de Adelante Alájar (conuencia del Círculo de Podemos
de Alájar y de la propia AVRC) en las elecciones municipales de 2019; y si bien
dicha candidatura sólo obtuvo un concejal, se convirtió en el elemento clave para
garantizar un cambio de gobierno en la corporación municipal y hacer valer su
peso político en el proceso de elaboración del PGOU.
Conviene destacar además el perl laboral e ideológico de l@s nuev@s
poblador@s del valle de El Calabacino, que son fundamentalmente artesan@s y
artistas, de ideología neorrural, ecologista, libertaria y alternativa, que pretenden
vivir en el campo, lejos de las grandes ciudades, en contacto con la naturaleza y
pudiendo tener un cierto grado de autosuciencia, produciendo ell@s mism@s
una gran parte de sus alimentos, así como otros bienes y servicios de consumo
necesarios (vivienda, suministro de energía, suministro de agua, saneamiento,
gestión de residuos…), sin necesidad de obtener unos altos ingresos monetarios
para subsistir. No obstante, para estos «neocampesin@s» las actividades agrarias
de subsistencia no son sucientes para poder satisfacer sus necesidades básicas y
necesitan fuentes de ingresos complementarias para subsistir, fundamentalmente
como «neoartesan@s» y «neojuglares» (Canals y Vivanco, 2017, p. 66).
A inicios de 2021, tras alguna emigración fruto del conicto urbanístico, se-
gún la AVRC había 101 personas residiendo en el valle del Calabacino (70 adultas
y 31 menores de 18 años; 51 mujeres y 50 hombres), agrupados en 44 familias
distribuidas en tres barrios, El Calabacino (30 % de la población), Casas de Arriba
(48 %) y la Umbría (22 %).
Por tanto, el renacimiento de El Calabacino se ha producido gracias a la re-
generación social y ambiental de las antiguas aldeas del valle del Calabacino,
realizada por neocampesin@s, neoartesan@s y neojuglares, que con un proyecto
neorrural, ecologista, libertario y alternativo optaron desde nales de la década de
los setenta del siglo XX por volver al campo.
. L   E C    españa vaciada
La relevancia de la comunidad neorrural del valle del Calabacino, y en especial
la ecoaldea de El Calabacino, radica en que contribuye a paliar los problemas de
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E, , () . - https://doi.org/10.33776/erebea.v12i2.7783
despoblación del municipio de Alájar y, en menor medida, de Castaño del Ro-
bledo y Fuenteheridos; municipios que siguen la misma tendencia que el resto de
la comarca Sierra de Huelva y participan de los problemas de la España vaciada.
Si comparamos la evolución demográca de la unidad poblacional de El Ca-
labacino con la evolución del resto de la población del municipio de Alájar en las
últimas dos décadas, podemos observar cómo en El Calabacino la población ha
experimentado una tendencia al alza, mientras en el municipio de Alájar (sin El
Calabacino) ha descendido. Así, en 2020 en el municipio de Alájar residían 759
personas empadronadas, mientras que en El Calabacino lo hacían 106 personas;
siendo el núcleo poblacional más habitado del municipio después de la localidad
de Alájar y representando el 14% del total de la población de mismo.
Aunque la contribución de la ecoaldea de El Calabacino al freno de la despo-
blación de la comarca de la Sierra de Huelva no es solo una contribución directa
derivada de su volumen población dentro del municipio de Alájar, sino que va
más allá y tiene efectos indirectos. Algun@s de l@s calabaciner@s más veteran@s,
tras abandonar El Calabacino, se han establecido en la localidad de Alájar, mien-
tras que otr@s lo han hecho en Castaño de El Robledo, en Fuenteheridos y en
Aracena, donde se desarrollan profesionalmente en ocupaciones no campesinas
(artesanía, comercio, servicios diversos, trabajo asalariado, etc.), contribuyendo
con ello a reducir la pérdida de población de dichas localidades y dinamizando el
tejido social y económico de la comarca.
Aunque también existen efectos demográcos inducidos por la existencia de
la ecoaldea de El Calabacino, ya que este asentamiento posee una cierta fuerza
gravitatoria que atrae hacia así a personas que buscan un estilo de vida alternativo
al predominante en la sociedad occidental; y estas personas, al no encontrar la po-
sibilidad de establecerse en la propia ecoaldea, terminan asentándose en las aldeas
de El Collado y El Cabezuelo, en Alájar, o en las localidades vecinas de Castaño
de El Robledo y de Fuenteheridos.
La contribución demográca directa, indirecta e inducida de la ecoaldea de
El Calabacino en las últimas dos décadas, gracias a las economías de escala que
han ayudado a generar, ha permitido mantener en funcionamiento una serie de
servicios públicos rurales que, de otra forma, hubiesen corrido el peligro de rees-
tructuración o de desaparición por falta de viabilidad social; entre ellos se pueden
destacar el consultorio médico del Servicio Andaluz de Salud de Alájar (que atien-
de a l@s calabaciner@s en caso de enfermedad) y de la sede de Alájar del Colegio
Público Rural Tresfuentes (en el que alumnado de El Calabacino ha representado
desde mediados de los años ochenta en torno a la tercera parte de su matrícula
anual). Aunque también deben considerarse, a pesar de no ser muy elevados por
su relativamente alto nivel de autosuciencia, los efectos sobre la demanda de bie-
nes de consumo de la comarca (alimentos de km 0…) y sus servicios comerciales
(supermercados, tiendas, farmacias, estaciones de servicio…).
Antonio Luis Hidalgo-Capitán y Ana Patricia Cubillo-Guevara
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Además, la alta natalidad de El Calabacino y la juventud de l@s inmigrantes
que han sido atraídos por El Calabacino en las últimas décadas también contribu-
yen a frenar el envejecimiento de la población de Alájar y del resto de la comarca;
ayudando a reequilibrar una pirámide de población, que de otro modo terminaría
estrangulada por su base, como ocurre en otros territorios de la España vaciada.
C
El Calabacino nació como una aldea medieval dedicada a actividades agrarias
de subsistencia entre los siglos  y  y así continuó hasta que en el siglo 
much@s de sus habitantes comenzaron a dedicarse al comercio y la arriería; a
lo que se unió el contrabando desde mediados del siglo . Estas actividades
permitieron un importante crecimiento demográco de la localidad, que llegó a
alcanzar los 346 habitantes en 1888, fecha a partir de la cual, ante la pérdida de
rentabilidad del contrabando, se inició un proceso de éxodo rural que terminó
por vaciarla; de esta forma, a nales de la década de 1970 El Calabacino quedó
abandonado y en ruinas.
Sin embargo, este no fue el n de El Calabacino y a partir de 1979 comenzó
a repoblarse con jóvenes de diferentes orígenes, que conformaron una comuni-
dad neorrural dedicada a las actividades agrarias de subsistencia, complementadas
con actividades artesanales y artísticas, que fue creciendo hasta convertirse en la
actualidad en una ecoaldea alternativa conformada por más de 100 personas.
Esta ecoaldea, debido a sus efectos demográcos directos, indirectos e inducidos,
contribuye además a frenar la despoblación y el envejecimiento demográco de
la comarca de la Sierra de Huelva, combatiendo así los problemas de la España
vaciada.
La historia social de El Calabacino nos muestra que el establecimiento de
ecoaldeas en las localidades abandonadas de la España vaciada constituye una
esperanza para construir una «España rehabitada». ¡No es necesario que las admi-
nistraciones públicas impulsen este proceso! ¡Basta con que no insistan en ponerles
puertas al campo!
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