E, , () . - https://doi.org/10.33776/erebea.v12i2.7789
Ana Llurba (2021). Érase otra vez. Cuentos de hadas contemporáneos. Wunderkamer,
160 pp. ISBN: 978-84-121660-7-1.
Y R M
Universitat de Lleida
«Indelidad, cultura de la violación, canibalismo y asesinato. Leídas desde la
actualidad, las tramas originales de los cuentos de hadas no parecen diferenciarse
mucho de los titulares sensacionalistas de la prensa amarilla» (p. 84): esta es la
conclusión principal a la que llega Ana Llurba tras su análisis de los cuentos
de hadas tradicionales. Unos cuentos de hadas que han sido revisitados desde el
psicoanálisis por autores referentes como Bruno Bettelheim o Carl Gustav Jung;
desde la antropología por, sin ir más lejos, Claude Lévi-Strauss o por la lingüística
por autores de la talla de Roman Jakobson. Pero no es a esas contribuciones a las
que se acerca el ensayo Érase otra vez. Cuentos de hadas contemporáneos de Ana
Llurba, publicado en la editorial WunderKammer en la colección Cahiers, sino
a las reescrituras y nuevas versiones que de estos cuentos han realizado escritoras,
artistas y cineastas feministas en las últimas décadas como Ángela Carter, Margaret
Atwood, Giovanna Rivero, Kelly Link, Helen Oyeyemi, Cristina Fernández
Cubas, Anne Sexton, Carmen María Machado o Agniezca Smoczynska, entre
otras muchas. Así, nos encontramos ante un libro profundamente feminista y
reivindicativo, con la mujer como protagonista y con la mujer como narradora,
escritora y creadora.
Érase otra vez. Cuentos de hadas contemporáneos (2021) propone una revisión de
las historias que conocemos hoy a través de Charles Perrault, Madame d’Aulnoy,
Henriette July de Castelnau, Jeanne Marie Leprince de Beaumont, los Hermanos
Grimm o Hans Christian Andersen. Unas historias especialmente misóginas que
insistían en protagonistas huérfanas, maltratadas por sus madres, madrastras,
hermanas, hermanastras, brujas o reinas o acosadas sexualmente por sus padres o
hermanos. Niñas que morían de hambre y de frío en la nieve sin que nadie hiciera
nada por ayudarlas y únicamente para servir de cruel moraleja. Brujas, reinas y
hasta hadas que castigaban territorios enteros porque estaban celosas o porque no
se las había invitado a una esta y en sus leyendas mismas convergían brutales
tópicos aleccionadores. Jóvenes narcolépticas violadas o abusadas por príncipes y