
Se trata en pocas palabras de aprovechar el calor generado en un proceso químico para producir también electricidad. Al generar electricidad mediante un alternador, movido por un motor térmico o una turbina, el aprovechamiento de la energía química del combustible es del 25% al 40% solamente, y el resto debe disiparse en forma de calor. Con la cogeneración se aprovecha una parte importante de la energía térmica que normalmente se disiparía a la atmósfera o a una masa de agua y evita volver a generarla con una caldera.