Un artículo científico en el que participa el investigador de la Onubense Juan Carlos Vera-Rodríguez publicado en The Journal of Island and Coastal Archaeology, revela por primera vez el uso de conchas de caracoles marinos de la familia de los cipreidos (Cauris) como herramientas para la decoración de cerámicas impresas hace más de 7.500 años en Marruecos. El hallazgo arroja una nueva luz respecto al origen y los inicios del Neolítico en el Norte de África.
Cauri es el nombre común para un grupo de caracoles marinos cuyas conchas, durante siglos, han sido utilizadas como moneda y elementos de adorno corporal por múltiples culturas en muchas partes del mundo. Por su dureza, fácil manejo y plasticidad, se había documentado su utilización para fines ornamentales o ceremoniales en lugares como Islas Maldivas, Sri Lanka, Borneo y de forma más extensiva en el Océano Índico. Sin embargo, un estudio experimental realizado en la Universidad de Huelva, en colaboración con el CSIC y el INSAP (Instituto Nacional de Ciencias de la Arqueología y el Patrimonio de Rabat (Marruecos) ha reportado, por primera vez, el uso de conchas de estos gasterópodos marinos como matriz para decorar las primeras cerámicas impresas del Norte de África, concretamente en la Península Tingitana (Tánger-Tetuán) con una antigüedad de 7.500 años, según el trabajo recientemente aparecido en The Journal of Island and Coastal Archaeology. Este hito podría estar vinculado con la identidad de los primeros colonizadores neolíticos que alcanzaron el noroeste del continente africano por vía marítima.
“En contraste con las especies de bivalvos que se encuentran frecuentemente entre los restos de alimentos de contextos neolíticos, como el berberecho, y que se usan comúnmente para decorar cerámica cardial, estas conchas no tienen valor nutricional. En cambio, aparecen en el registro arqueológico perforadas para ser suspendidas como adornos y colgantes con un simbolismo indiscutible, común en las diversas culturas que se desarrollaron durante la propagación del Neolítico en el Mediterráneo”, sugieren los autores.
Según el profesor Juan Carlos Vera-Rodríguez, “este estudio proporciona por primera vez evidencia clara sobre el uso de un grupo muy específico de conchas como herramientas para la decoración de algunas de las primeras producciones de cerámica en el noroeste de África”. “Se trata de un estilo y unas técnicas de decoración cerámica que relacionan a esos navegantes pioneros con los que poco antes habían colonizado las costas más septentrionales del Mediterráneo occidental”.
La denominada “Channeled Ware” o “Cerámica Acanalada” es uno de los tipos más característicos del neolítico marroquí. El equipo internacional en el que ha participado la UHU, ha recuperado un gran número de fragmentos de estas cerámicas durante diferentes excavaciones realizadas en la Cueva de Kaf Taht el Ghar (Tetuán) y en las Cuevas del Khil (Tánger), gracias al proyecto AGRIWESTMED financiado por el European Research Council y dirigido por Leonor Peña Chocarro (CSIC).
El estudio experimental y métrico de las diferentes especies de cauris presentes en el Mediterráneo ha permitido demostrar que dos de ellas, Zonaria pyrum y Luria lurida, fueron las seleccionadas de entre otras posibilidades para decorar la cerámica.
Puesto que en las orillas andaluzas del estrecho de Gibraltar esta técnica decorativa cerámica es desconocida, pero sin embargo cuenta con precedentes de uno o dos siglos en algunas islas italianas del mar Tirreno, la técnica debió llegar a Marruecos desde el norte del Mediterráneo por vía marítima, al igual que el resto de los componentes del Neolítico como las plantas cultivadas y los animales domésticos.