El Salón de Actos de la Facultad de Enfermería ha acogido la conferencia “Terapia Integrativa: un nuevo enfoque es posible” de la mano de Antonio J. González enfermero y terapeuta que ha guiado a los asistentes por la historia de la dualidad entre la medicina empirista y la medicina mágico-religiosa para enfatizar esta última y desembocar en la aplicación que hoy en día tiene en las terapias complementarias.
A través de su propia experiencia personal, el ponente ha explicado que “de repente un día te ves con 20 pastillas en la mano y piensas si es eso lo único que puedes hacer frente a tu enfermedad” por lo que comenzó a investigar y a probar por sí mismo terapias como el reiki, el chamanismo, la medicina tradicional china, la terapia floral, la terapia vibracional, la terapia bioenergética o la exploración del inconsciente obteniendo como resultado la desaparición de su enfermedad, “lo único necesario para abrir el abanico de las opciones es salirse de la caja, salir de tu zona de confort mental”, afirma.
González asegura que la terapia integrativa es el resultado de muchos años de experiencia como enfermero y como paciente, en cuya base se encuentra la consideración de la persona “como una unidad, no como un mecano compuesto de piezas o patologías aisladas del propio ser o la propia persona”. Se trata, por tanto, de prestar atención no sólo a nuestro cuerpo material, sino a nuestro cuerpo energético al que a menudo la medicina no ha dado la misma importancia.
Junto al radiólogo Francisco Moya, Antonio J. González viene estudiando y poniendo en práctica en los últimos tres años la exploración del inconsciente para indagar en la emoción de los pacientes, basándose en la división de la persona en dos partes, una tangible y otra psíquica en la que se encuentra de forma inconsciente la emoción. La forma de hacer esta exploración consiste en someter al enfermo o enferma a una bajada de ciclos cerebrales para, a diferencia de las terapias regresivas hipnóticas que anulan la voluntad, practicar una “exploración consciente del inconsciente” donde se encuentran las improntas negativas que hacen a la persona enfermar. Los resultados de esta terapia, combinada con otras, según el ponente, resultan espectaculares pues cuando las personas bajan al inconsciente y reviven determinadas escenas de sus vidas ocurre como una catarsis que a veces hace desaparecer el mal y otras veces arroja datos con los que tratarlo.
También se ha abordado la aplicación de este tipo de terapias en el día a día aprendiendo, de algún modo, a controlar nuestras emociones para lo que el terapeuta ha recomendado centrarse en el presente y dejar a un lado la culpabilidad del pasado y las preocupaciones del futuro dedicando tiempo a estar consigo mismo y a reflexionar.
González ha explicado que este tipo de terapias se vienen aplicando, desde hace más de una década, en otros países como EEUU donde incluso existe una especialidad en medicina integrativa. En España también se están aplicando desde 2007 en hospitales como el Ramón y Cajal, en hospitales de Jerez, de Tarragona o Mataró además de en el Juan Ramón Jiménez donde se aplicó “sin demasiados resultados pero es algo que está ya presente y funciona”. En este sentido, nace en 2014 la Sociedad Española de Salud y Medicina Integrativa y con la Declaración de Stuttgart se recogieron firmas para incluir la medicina integrativa de forma institucional.