que del promedio del tiempo de las clases de educación física evaluadas, el 54.5% de
la clase estuvieron parados reflejando actividades pasivas al utilizar estrategias en las
cuales las formaciones predominaban y las oportunidades de participar eran menos
probables limitando la esencia del movimiento a la clase de educación física (Santa
María, Laíño, y Pintamalli, 2011). Estudios con igual diseño metodológico en clases de
educación física con el programa motriz de integración indican porcentajes de
actividad física moderada a vigorosa de 38.2 % (Pérez-Bonilla, 2009) y 29.2 %
(Jennings-Aburto et al., 2009).
En cuanto al contexto de la clase de educación física, en las estrategias
didácticas implementadas por el profesor, se puede observar como el profesor tomó
significativamente la mayor cantidad del tiempo empleado en el contenido general
(codificado con M) para administrar la clase de educación física (con un 36 %),
refiriendo al tiempo empleado en administrar y organizar las actividades relacionadas
con instrucciones tales como la formación de equipos, cambio de equipos o cambio de
actividades dentro de la clase.
Con los resultados obtenidos, en los sujetos evaluados, se puede afirmar que,
a través del sistema para observar el tiempo de instrucción de actividad física (SOFIT),
puede analizarse de manera cuantitativa la duración, intensidad y contexto de la clase
impartida por el profesor de educación física. De esta forma, se puede obtener
información para retroalimentar de manera constructiva la intervención pedagógica del
docente de educación física; dando como recomendación buscar estrategias que
coadyuven a maximizar el uso del tiempo de la clase de educación física e
implementar estrategias didácticas mantengan a los estudiantes en intensidades
moderadas a vigorosas por lo menos el 50% de la clase, utilizando contextos de
administración de la clase en los cuales se involucre el movimiento del alumno. En
este sentido, las variables evaluadas de tiempo, intensidad y contexto de la clase de
educación física, salieron por debajo de los estándares (NASPE, 2004), por lo que son
necesarias intervenciones educativas para mejorar la efectividad de los docentes de
EF y que consigan impartir clases a unas intensidades de AF más adecuadas para la
salud de su alumnado.
5. REFERENCIAS
Lleixá, T. (2007). Educación física y competencias básicas. Contribución del área a la
adquisición de las competencias básicas del currículo. Tándem: Didáctica de la
Educación Física, 23, 31-37.
López-Pastor, V., Monjas, R., Gómez, J., López-Pastor, E., Martín, J., González, J,
Barba, J., Aguilar, R., González, M., Heras, C., Martín, M., Manrique, J., Subtil,
P., y Marugán, L. (2006). La evaluación en educación física. Revisión de los
modelos tradicionales y planteamiento de una alternativa: la evaluación
formativa y compartida. Retos Nuevas Tendencias en Educación Física
Deporte y Recreación, 10, 31-41.
Jennings-Aburto, N., Nava, F., Bonvecchio, A., Safdie, M., González-Casanova, I.,
Gust, T., y Rivera, J. (2009). Physical activity during the school day in public
primary schools in Mexico City. Salud Pública Mex, 51, 141-147.
National Association for Sport and Physical Education (2004). Physical activity for
children: a statement of guidelines (2nd ed). Reston, VA: National Association
for Sport and Physical Education.