Introducción
Las tecnologías de la información y comunicación (TIC) se conforman como un recurso
imprescindible. Los proyectos de enseñanza-aprendizaje basados en la tecnología dirigidos a
personas con discapacidad intelectual (DI) son de alta prioridad (Ferreira y Díaz, 2018). La
disminución de la brecha social, el favorecer un aprendizaje accesible y la creación de
oportunidades equitativas, destacan entre las enormes posibilidades que conforman las
nuevas tecnologías (Hernández, Vargas, González y Sánchez, 2020) dentro de un programa
de aprendizaje y desarrollo innovador para personas con estas características.
Asimismo, la danza conforma un recurso educativo muy importante (García, 1997), ya que
además de desarrollar el gusto artístico y la creatividad para expresarse a través del cuerpo,
fomenta las relaciones entre los alumnos y la comunicación dentro del grupo ante la propia
creación coreográfica. Por lo que es un buen recurso en el que se atiende e integra a todo
tipo de alumnado de cualquier índole social. Tiene un gran componente de mejora,
potenciando las capacidades motoras y cognitivas de cada alumno, independientemente de
su capacidad o necesidad (González y Solís, 2012). Una de las formas más habituales de
presentar la danza como contenido educativo es incluida en la asignatura de Educación Física
(EF). Por ejemplo, según López, López y Vicente (2020) el 92,4% de los currículos autonómicos
de EF en educación primaria incluyen la danza dentro de sus contenidos.
La propuesta que se presenta en este trabajo surge en medio de la declaración del estado de
alarma por la COVID-19, en un momento donde el contacto físico resulta imposible,
proponiendo así el uso de los videotutoriales como recurso para confirmar el aprendizaje ante
nuevos patrones motores, aunando así danza, discapacidad y nuevos recursos digitales
educativos.
La docencia online y el uso de las TIC aparecen por primera vez en la legislación educativa
española con la aprobación de la LOGSE (1990), donde se hace referencia al uso educativo
de herramientas audiovisuales y ordenadores, denominadas Nuevas Tecnologías. Más tarde,
el término Tecnologías de la Información, fue utilizado por la LOCE (2002), que considera que
su desarrollo requiere de la dotación material de los centros educativos, pero también de la
formación del profesorado en su uso y producción de materiales.
En la LOMCE (2013) se hace referencia a la transformación del sistema educativo con las TIC.
Así, las TIC producirán el cambio metodológico para conseguir el objetivo de mejora de la
calidad educativa. Indica el uso responsable y ordenado de las nuevas tecnologías por parte
de los alumnos, que debe estar presente en todo el sistema educativo. Las TIC son también
una herramienta en la formación del profesorado y en el aprendizaje de los ciudadanos a lo