Francisco Ventosa Esquinaldo. Amor y valores en la enfermería: de Max Scheler a Juan de Dios

Para Max Scheler la persona es el valor de los valores, y es que solo la persona puede actuar como agente en el amor.
La determinación individual no es subjetiva por el hecho de que pueda ser conocida y realizada exclusivamente por aquel para el cual existe. Antes bien, es muy posible que otro conozca, tal vez más adecuadamente que yo mismo, mi determinación individual. Estar ahí, existir para los demás y significar algo para ellos en forma de convivencia, compartiendo creencias y esperanzas, es a su vez una parte de la determinación universal de todo ente espiritual finito.
Juan de Dios hizo de su vida un proyecto, un camino de hospitalidad misericordiosa. Pero dentro de esa gran propuesta antropológica y bíblica, él se sintió llamado a resaltar en su vida la hospitalidad respecto a los más pobres, a los más deteriorados de entre los seres humanos, los enfermos físicos y psíquicos, sin ningún tipo de exclusión o discriminación. Para él la hospitalidad, así entendida, fue la razón de su vida. Fue ese el carisma que recibió con una intensidad impresionante y a veces incomprensible. Acogió a todos, salió al encuentro del otro. Le entregó su tiempo. Descubrió el carácter sagrado del extraño.

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