El Sistema de Detección y Análisis de Impactos Lunares (MIDAS, por sus siglas en inglés) diseñado por el investigador de la Universidad de Huelva José María Madiedo será presentado a comienzos del próximo mes de junio en una sesión de trabajo en la sede de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Noordwijk (Holanda) que contará asimismo con representantes del programa de exploración de la NASA. Este sistema, que cuenta con participación de científicos del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), tiene su pilar fundamental en un innovador software que decodifica las imágenes captadas por cinco telescopios situados en Sevilla y Toledo, captura y analiza en tiempo real las mismas y detecta, confirma y calcula las coordenadas de los impactos de forma automática.
Desde que MIDAS se puso en marcha hace ahora tres años se han recogido hasta 110 impactos sobre la superficie de nuestro satélite, el más violento el 11 de septiembre de 2013 cuando una roca del tamaño de un pequeño turismo se estrelló contra la Luna, concretamente en la región de Mare Nubium, a 61.000 kilómetros por hora y creó un nuevo cráter con un diámetro de alrededor de 40 metros. “La energía liberada fue la misma que la que se registra en una explosión de 15 toneladas de TNT”, según el propio Madiedo.
La ESA, que pondrá en marcha su propio sistema para detectar impactos en la Luna, ha mostrado interés en mantener un encuentro con los principales grupos que trabajan actualmente en este campo. Una de las finalidades del encuentro es analizar la posibilidad de establecer colaboraciones con otros grupos de investigación. En el encuentro, además de la UHU, estará presente también la NASA. El grupo de Madiedo se ha situado a la vanguardia en este campo, y la ESA está interesada en conocer tanto las técnicas que utilizan para detectar estos impactos como las características técnicas del software desarrollado por Madiedo, el más avanzado de cuantos se conocen.
El Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), la Fundación Astrohita y el propio investigador José María Madiedo han proporcionado la mayor parte la infraestructura necesaria para desarrollar una monitorización continua de la región no iluminada de la Luna con el fin de detectar los destellos producidos por estos impactos. “Cualquier zona tiene la misma probabilidad de ser objeto de una colisión. El que lo hagamos en esta región es, precisamente, porque no queremos saturar las cámaras. Es una cuestión organizativa, asegura Madiedo. Con relación a la periodicidad de los fenómenos, el investigador de la Onubense comenta que es entre la franja temporal de agosto y noviembre (coincidiendo con las denominadas lluvias de estrellas) el momento del año en el que se detectan más colisiones. “Existe una correlación clara”, subraya. Sobre la composición de estas rocas que se precipitan sobre la superficie de la Luna, el experto apunta a que en la mayoría de los casos es parecida a la de un cometa: una bola de hielo sucio, y material helado con roca. “La detección permite obtener más información sobre el flujo de materia interplanetaria que impacta con nuestro planeta. Esta técnica tiene la ventaja de permitir monitorizar una región mucho mayor que la que se puede abarcar con los sistemas que se basan en la detección de meteoroides en la atmósfera terrestre”.
DOS ARTÍCULOS. Dos revistas publican este mismo mes los diferentes trabajos del grupo de la UHU y el IAA-CSIC en torno al proyecto MIDAS. El primero de los artículos, recogidos en las páginas de Astronomy & Astrophysics y firmado junto con José Luis Ortiz (IAA-CSIC), guarda relación con colisiones relacionadas con el fenómeno de Las Perseidas. El software analizó 13 impactos, algunos a una velocidad de 60 kilómetros por segundo. Estos trabajos han permitido conocer con mayor precisión la energía que se libera durante estos impactos y calcular el tamaño de los nuevos cráteres que éstos han producido en la superficie lunar. Al último de los artículos de Madiedo y Ortiz se sumaron Nicolás Morales, del IAA-CSIC; y Jesús Cabrera-Caño, de la Facultad de Física de la Universidad de Sevilla. En las páginas de Planetary and Space Science han revelado los principales hitos de MIDAS y su contribución a la investigación lunar. Los expertos comentan aspectos técnicos del proyecto, como los filtros ópticos que intervienen para suavizar las imágenes “con el fin de mejorar la detectabilidad de destellos más débiles” o la posibilidad de disponer de parámetros como coordenadas y la magnitud aparente de los impactos y sus respectivos destellos. “Esto a su vez proporciona, entre otros datos, la energía cinética del impacto, la masa y el ángulo”, comentan en el artículo. Asimismo, han definido un parámetro que mide la probabilidad de que un destello dado se asocie a una determinada lluvia de meteoroides. “Este parámetro de probabilidad se basa en el hecho fundamental de que sólo los meteoros con una energía cinética por encima de la energía mínima detectable se incluyen en los cálculos, por lo que automáticamente se descartan los restantes”, aseguran. De acuerdo con este parámetro, se han analizado una serie de destellos de impactos registrados entre 2011 y 2012 en su mayoría, en el período de actividad de diferentes lluvias de meteoros (Leónidas, Virgínidas, Capricórnidas y Oriónidas). La gran novedad de este método es que permite, por primera vez, determinar el origen de las rocas que impactan contra la Luna.