Huelva 27 octubre 2018. Existen artistas que se dejan llevar por las cambiantes modas, otros que tienen un sello propio pero influenciados por la música ‘comercial’, existen etiquetas para todos los gustos y, sin embargo, María Arnal y Marcel Bagés han conseguido ser únicos y con un estilo y sello propio en sus letras y actuaciones. Así lo demostraron en su esperado concierto anoche en Cantero Rock en la Universidad de Huelva.
Tras tener que suspender por cuestiones de salud el previsto para el curso anterior, ambos llegaban a Huelva con ganas de mostrar su esencia en el escenario, “es la primera vez que venimos y tenemos muchas ganas de que el público disfrute de este formato íntimo y directo”, expuso María Arnal minutos antes del concierto. “Es muy bonito disfrutar con el público, el espectáculo ha ido creciendo poco a poco gracias al boca-oreja de los asistentes y entienden que es una propuesta muy especial, y eso es muy bonito”.
Abrieron el concierto con ’15 cerebros y 1 corazón’, con un espectáculo de luces y sonido que supo acompañar a los sentimientos que María Arnal transmitía con su tremenda voz. Con un ‘set list’ de 12 canciones y dos bises, supieron ganarse al público desde los primeros tonos con su particular y especial puesta en escena e interpretación de sus letras.
Pasión, compromiso y una música y letras delicadamente escogidas e interpretadas, inundaron el Aula Magna de Jacobo del Barco que esperaba con ganas este concierto de Cantero Rock. Una apuesta arriesgada, diferente y muy pasional la que María Arnal y Marcel Bagés transmiten al público; pero sin duda una apuesta ganadora que remueve sentimientos y conciencias.
Entre las canciones del repertorio se encontraban algunas como ‘Bienes’, ‘Jo no canto per la ven’; ‘Hipercopla’; ‘Jota Infinita’; ‘Miénteme’; ‘Desmemoria’, ‘Big Data’; o ‘Tú que vienes a rondarme’, entre otras. Letras comprometidas que llegan a lo más hondo del alma cuando María Arnal las desgarra con su espectacular voz transmitiéndolas directas a los corazones y cerebros presentes.
Hora y veinte de historia, memoria y desmemoria, de sentimientos, de presente y futuro, de Big Data y grandes olvidados, de música pasional y reivindicativa acompañada de un exquisito juego de luces que hace que el espectador se vea inmerso de pleno en el espectáculo.