COLONIA AVGVSTA FIRMA ASTIGI (Écija, Sevilla).

Autora: María de los Ángeles Escobar Gallardo

Email: mariangelesescobar@claretsevilla.org

Palabras clave: Cronología romana, Arquitectura pública, Arquitectura privada, Andalucía, Sevilla, Écija.

RESUMEN

Las líneas de investigación acerca de la fundación y la urbanística de este asentamiento están en el origen de los estudios sobre la Écija romana, al menos, desde el siglo XVII. En el estado actual, los testimonios arqueológicos han posibilitado la documentación de un asentamiento estable desde el siglo VIII a.C., con espacios productivos y zonas de extracción de materiales constructivos, así como algunos edificios residenciales. A través de la georreferenciación de estructuras se ha calculado una extensión de 8,5ha en el Cerrro del Alcázar.

Figura 1. Mapa que muestra la estructura urbana de Augusta Firma Astigi (García-Dils, 2010, fig.3.).

La fundación de la colonia Augusta Firma, designada como capital de uno de los cuatro conuentus iuridici de la Baetica, se llevó a cabo con una vocación preeminentemente económica-administrativa. A nivel arqueológico, la investigación especializada plantea que la fundación se produjera bien entre el 25-19 a.C., próxima a la fundación de Augusta Emerita con quien comparte no solo calificativo, sino también adscripción de sus ciudadanos a la tribu Papiria, o bien entre el 16-14 a.C., con motivo del tercer viaje de Augusto a Hispania. En cualquier caso, se constató una fundación realizada ex nouo haciendo tabla rasa de las estructuras indígenas previas. En el plano urbanístico, las primeras empresas edilicias fueron reflejo de la naturaleza del contingente poblacional, un colectivo de veteranos militares procedentes de las legiones IV Macedonica, VI Victrix y II Pansiana. En el impulso constructivo inicial de la urbanística de la colonia, se simultanearon la construcción de las infraestructuras viarias, saneamiento y, con toda probabilidad  la muralla, si bien no ha podido ser examinada en el registro arqueológico.

Del recinto amurallado no se conserva ningún lienzo, sin embargo, su existencia e incluso de su aspecto existe un buen número de testimonios en las fuentes literarias árabes. Las descripciones sugieren que se trataba de una muralla constituida por un forro exterior de mampostería o sillería de caliza y calcarenita, con un relleno interior masivo, de tierra apisonada. El espacio intramuros se estima en 56 ha, mediante el cálculo de variables con el uso de Sistemas de Información Geográfica.

En lo que respecta a las infraestructuras públicas, las hipótesis formuladas hasta la fecha otorgan preeminencia a la construcción de la trama viaria y la red de saneamiento. A partir de más de cuarenta intervenciones arqueológicas, se ha propuesto una red viaria correspondiente al trazado hipodámico, a través de la documentación de ocho cardos y diez decumanos. En lo que se refiere al módulo de la trama, fue posible realizar un avance significativo gracias a la excavación arqueológica en extensión de la plaza de España, en la que se documentaron dos cardos consecutivos separados por una distancia de cien pasos romanos, equivalentes a 29,47 m.

Desde el punto de vista morfológico, todas las vías excavadas siguen un esquema similar, con una pavimentación de losas poligonales irregulares de caliza micrítica, puntualmente de calcarenita, con un canto comprendido entre 0,20 y 0,40 m, y unas dimensiones muy variables, que llegan hasta 1,50 x 0,70 m. Las losas asientan sobre una capa de arena y gravilla, fundamentada a su vez sobre sucesivas tongadas de grava apisonada o calcarenita picada, de potencia variable dependiendo de la zona de la ciudad y de si debajo discurría una cloaca. Todas presentan un perfil convexo, destinado a dirigir las aguas pluviales a las cunetas. Los tramos viarios que se han podido fechar, se ha comprobado que la red viaria se trazó en los primeros momentos de existencia de la colonia, en época augustea, pavimentándose con losas de caliza a partir de mediados del siglo I d.C.

En lo relativo a la red pública de saneamiento, a tenor de la evidencia arqueológica disponible, se puede afirmar que en toda la colonia, a lo largo de las épocas romana y tardoantigua, el vertido de aguas sucias se realizó mediante atarjeas al exterior de los  diferentes edificios, hacia las cloacas. Con la excepción del caso particular del foro colonial y su canal perimetral todo el saneamiento está vinculado al viario, discurriendo la práctica totalidad de las cloacae documentadas bajo los ejes centrales de algunas de las vías.

La arquitectura oficial de la colonia ha ido identificándose con el transcurrir del tiempo. El área forense se configuró en el cuadrante sureste de la ciudad, partiendo del cruce de las vías principales. El acceso se practicaba desde un corredor porticado al que se ingresaba desde la puerta noroccidental. Este pórtico configura un espacio en el que se disponían las estructuras más importantes, relacionadas con los edificios de culto. Asimismo, se ha documentado un estanque monumental a la espalda del templo. El templo se asentaba sobre un podium elaborado en sillares de calcarenita. De su programa decorativo se han registrado cornisas de mortero policromadas y un cerramiento metálico a través de unas cancelas de motivos fitomorfos.

Figura 2: Vista de detalle de los cancelli del cerramiento del templo (García-Dils, 2014, fig.2).

Los edificios de espectáculos son una de las construcciones que mejor caracterizan a las ciudades romanas. En el caso de Augusta Firma Astigi se han documentado el anfiteatro y el circo, si bien, con toda probabilidad, debió contar igualmente con un teatro. En el estado actual de las investigaciones, el anfiteatro se encuentra totalmente desfigurado, dado que en el siglo XIX se decidió instalar la plaza de toros de Écija sobre este espacio. Actualmente, existe una hipótesis de trabajo que ha restituido la planta en base al esquema italicense. El circo se localizó extramuros, entre la via Augusta y la calzada que conectaba la ciudad con Augusta Emerita. El programa edilicio del circo fue caracterizado a partir de una estructura semicircular interpretada como prima meta. La spina estaría delimitada por los muros que se prolongarían hasta alcanzar la estructura semicircular mencionada. La arena estaría delimitada por la spina  y el posible podio del graderío.  En lo que respecta a la cronología, los restos documentados otorgan una datación de mediados del siglo I d.C.

El paisaje doméstico de la colonia es uno de los mejores conocidos de la Baetica llegando a ofrecer en la actualidad hasta 62 testimonios. El mejor exponente es la denominada Domus del Oscillum.

La casa del Oscillum se inserta en la manzana residencial oriental, fijándose sus límites máximos de oeste a este por dos cardos, con una extensión máxima de 310m2, correspondientes a unas dimensiones regulares romanas de setenta por cincuenta pasos. En líneas generales se ha podido establecer una secuencia de ocupación multifásica desde el momento fundacional de la colonia, hacia el cambio de Era, en época augustea, hasta el siglo VII.

Figura 3: Planta de la Domus del Oscillum (Corrales, e.p., fig.9).

La primera fase de construcción de la vivienda (siglos I-II) se caracterizó por la ausencia de condicionantes topográficos marcados propio de una fundación exnovo con un diseño en planta definido por criterios de simetría. La formulación del esquema de la casa obedeció a la terna pitagórica primitiva inicial (3, 4,5) que posibilitó la distribución de espacios atendiendo a parámetros de proporcionalidad. Durante esta etapa, el acceso al interior de la vivienda se realizó desde el cardo máximo, a través del vestibulum (1) que se extendía por una superficie de 11,5 m2. Desde este espacio de tránsito se puede acceder a dos ambientes; a partir de un umbral calizo a la sala del ángulo suroriental (2) de 31,96 m2, identificada como triclinium, y de forma frontal, al patio porticado central (10) desprovisto de impluvium pero dotado de un puteus que se abastecería de los niveles freáticos, corazón que articula el resto de la casa, que contó con una superficie de 95,59 m2. Los elementos del programa decorativo que ornaban esta fórmula arquitectónica de prestigio fueron una herma (busto) dedicada por el dispensator (contable) a su dominus (señor) C. Rutilius Flaccus Cornelianus y un oscillum (pieza decorativa suspendida que giraba sobre sí misma) que da nombre a la casa.

Figura 4: Vista de detalle del oscillum y herma (García-Dils, 2015, fig.313).

Afrontado al patio porticado, la estancia 4 fue identificada por los excavadores como el tablinum (despacho) de la vivienda, con una superficie estimada de 18,59 m2, aunque por su orientación, abierta al septentrión, no descartaron un uso como triclinium aestivum (comedor de verano). Esta sala estuvo flanqueada por la habitación 3 al este (12,53 m2) y al oeste por el ambiente 5 (10,86 m2). En el ángulo nororiental del patio, único punto de acceso, se examinó la estancia 11 que contó con una superficie de 12,59 m2. Estas tres habitaciones pudieron poseer un carácter más reservado, como cubicula, de uso específico de la familia destinadas a un sinnúmero de actividades.

En última instancia, el ala occidental de la vivienda, afrontada al vestibulum dispuso de cuatro tabernae (tiendas 6, 7, 8, 9) abiertas al pórtico del cardo que delimitaba la manzana residencial a poniente. Dos de las dependencias poseían un umbral de caliza hacia el cardo (7, 9), mientras que tres poseyeron acceso a la (6, 7, 9), contaron con unas dimensiones de 18,92, 10,97 y 17,86 m2, respectivamente. La habitación 8 abría únicamente al cardo porticado y contó con una superficie de 9,22 m2.

La segunda fase (último cuarto del siglo IV) se singularizó a través de un conjunto de transformaciones estructurales de la casa. Así, entre los cambios más significativos cabría destacar la obliteración del vano de acceso principal a la vivienda (1) debido a la construcción del espacio porticado del cardo máximo hacia el siglo II y la pérdida de funcionalidad de la estancia 1 como vestibulum (García-Dils de la Vega, 2015, 438). Por tanto, el ingreso debió realizarse a partir de uno de los vanos del ala occidental, con probabilidad, el de la taberna 7 por ser el que mejor mantiene el eje axial de la vivienda, a la vez que es el único que da acceso directo al patio (10), mientras que la estancia 1 pudo ser utilizada como un cubiuculum más.

 

SELECCIÓN BIBLIOGRÁFICA

Corrales, A. (e.p.): “La arquitectura doméstica urbana de los Conventus Hispalensis y Astigitanus de la provincia Baetica”, Corpus Vrbium Baeticarum I, (J. Campos y J. Bermejo, eds.):Roma.

García-Dils, S. (2015): Colonia Augusta Firma Astigi, Sevilla.

García-Dils,S. (2011): “Colonia Augusta Firma Astigi (Écija, Sevilla). La estructura urbana de una fundación romana en la Baetica”, Colonias de César y Augusto en la Andalucía romana, (J. González y J.C. Saquete, eds.): Roma, 47-99.

García-Dils, S. (2010): “El urbanismo de Colonia Augusta Firma Astigi (Écija,Sevilla). Muralla, viario y red de saneamiento”, Romvla, 9, 85-116.

García-Dils, S., Ordoñez Agulla, S. y Rodríguez Gutiérrez, O. (2009): “La casa del Oscillum en Astigi. Aspectos edilicios”, Estudios de Prehistoria y Arqueología en Homenaje a Pilar Acosta Martínez, (R. Cruz-Auñón, y E. Ferrer,eds.), Sevilla, 521-544.

García-Dils, S., y Rodríguez, O. (2014): “El recinto de culto imperial de Colonia Augusta Firma Astigi (Écija, Sevilla). Evidencia de un cierre metálico en el templo principal”, XVIII CIAC: Centro y periferia en el mundo clásico (J.M. Álvarez, T. Nogales e I. Rodà, eds.), Mérida, 1635-1638.