Huelva 21 julio 2020. La rectora de la Universidad de Huelva (UHU), María Antonia Peña, ha participado este martes, 21 de julio, en el encuentro digital ‘Palabra de mujer’, que, organizado por la empresa de inteligencia emocional aplicada al desarrollo de personas y organizaciones ‘CpC |Cambiar para Crecer’, ha contado con la participación de otras tres mujeres con cargos de responsabilidad en Huelva, como han sido la presidenta del Puerto de Huelva, Pilar Miranda; la gerente de la Mancomunidad de Desarrollo Condado de Huelva, Mayte Jiménez; y la delegada provincial de Salud y Familias de la Junta de Andalucía en Huelva, Manuela Caro.
Un seminario web diseñado con el objetivo de impulsar la concienciación social sobre la igualdad de género e inspirar a mujeres y hombres en el valor de la diversidad como fuente de riqueza, de ahí que haya contado con estas cuatro mujeres que, como ponía de manifiesto la entidad organizadora, “son todo un ejemplo de inspiración a la hora de caminar hacia la igualdad real, como representantes del sector público en la provincia”. Una propuesta dirigida al público en general, en la que las ponentes han compartido sus experiencias y conocimiento sobre el tema.
El debate, que ha sido moderado por la directora de ‘Cambiar para Crecer’, Lola Pelayo, daba comienzo con la presentación de las participantes, al tiempo que se destacaba que esta actividad forma parte de la estrategia de la entidad dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la ONU y, en concreto, para impulsar y aportar impactos positivos al ODS 5 de Igualdad de género y al ODS 10 de Reducción de desigualdades, pues “ahora más que nunca son los que deberían movilizar nuestras conductas”.
Tras esta primera toma de contacto, Lola Pelayo lanzaba a las ponentes la pregunta de si tenemos una sociedad igualitaria, a lo que María Antonia Peña contestaba que, “desde mi perspectiva, no estamos en una situación de igualdad para nada. Sí hay una situación de mejora, aunque en algunos casos veo retrocesos e, incluso, fuera del entorno de las sociedades occidentales, la cuestión es más dramática, porque hay muchos países donde la desigualdad es mayor y las dificultades se multiplican”.
En este aspecto, la rectora afirmaba que había que combatir la desigualdad desde dos planos, “el de la regulación de la normativa para seguir defendiendo determinados elementos conceptuales, como la violencia de género, todavía cuestionada. Pero, sobre todo, desde el terreno de la cultura, porque lo más difícil es cambiar la mentalidad, esos roles que se impregnan a los hombres y mujeres desde pequeños, como observamos perfectamente en la UHU con la presencia de carreras muy masculinizadas y otras muy feminizadas, resultado de los roles marcados desde niños”, una cuestión a la que añadía que “otra distinción más sutil es que a las carreras masculinizadas se les añade un valor social, pues hablamos de lo importante que es un ingeniero, un arquitecto o un físico, pero, sin embargo, minusvaloramos las carreras feminizadas, como la educación, los cuidados o la salud”.
Para la rectora de la Onubense, “en el ámbito de la igualdad solemos centrarnos en lo grueso, en lo que es más llamativo, mientras que, a veces, descuidamos otros microespacios, donde la desigualdad pasa desapercibida, a pesar de que se está cristalizando. Esto me preocupa especialmente, porque tendemos a pensar que la sociedad va en un camino de mejora y no siempre es así. Los historiadores lo sabemos. Lo vemos en un retroceso en las relaciones de pareja, donde se están imponiendo relaciones de control, por ejemplo, a través de las redes sociales. No debemos pensar que es una etapa superada. Creo que debemos intervenir en lo doméstico, donde se crean los roles y valores sociales, siendo la incubadora de muchos de los problemas de la mujer, que luego percibimos en el espacio público, y en lo cultural, porque todo lo que se haga desde la regulación normativa puede venirse abajo con un simple anuncio”.
A continuación, a la pregunta de Lola Pelayo sobre cuáles son las herramientas que podemos utilizar para matizar los frenos a la desigualdad, Peña respondía que “un problema de tanta envergadura tiene que ser tratado desde ámbitos muy diversos. Porque, en el espacio doméstico, las mujeres hemos estado perpetuando una serie de comportamientos, a veces inconscientemente, de ahí que debamos actuar para no convertirnos en agentes de determinadas conductas. A mí me preocupa mucho la conciliación familiar, tal y como hemos planteado en la Universidad de Huelva a la hora de redactar nuestro Plan de Igualdad. Porque no es un problema de la mujer, sino de los hombres y las mujeres. La situación no mejorará hasta que no cambiemos la mentalidad de los hombres. Y es que el hombre no está ayudando a la mujer en lo doméstico, sino que debe asumir su corresponsabilidad. El hogar no es un ámbito exclusivamente femenino, sino que es un lastre que la mujer sigue arrastrando en el último siglo. Se ha avanzado mucho, pero no tanto como en otros aspectos. La mujer se ha lanzado al espacio público, al mundo profesional, pero ha seguido con las responsabilidades domésticas, así que es muy difícil que esté al nivel de los hombres si su ámbito doméstico le está ralentizado su carrera, como vemos en muchos casos en la universidad”.
Sobre los micromachismos, María Antonia Peña afirmaba que “los más peligrosos son los que nos van envolviendo a lo largo del día sin darnos cuenta. Hay que regular muchas cosas en un país como España. No sé cómo no se regula el tema de la publicidad o el de los juguetes, que perpetúan desigualdades. Estas cosas no van a variar si no se intervienen desde arriba, porque espontáneamente no lo harán o lo harán muy lentamente”.
Durante su intervención, la rectora de la UHU aclaraba que “nos estamos centrado mucho en la mujer. Sin embargo, el movimiento feminista tiene claro hacia dónde tiene que llegar y cuáles son los instrumentos, pero nos estamos olvidando de la otra parte. Es decir, el papel de la mujer no cambiará si no redefinimos la masculinidad. Tenemos que utilizar a los hombres como referentes. Personalmente, creo que el hombre viene padeciendo esta situación, porque se le ha negado su participación en el ámbito de las emociones, el disfrutar de sus hijos y sus mayores. Y eso es una perdida. Hay hombres que ya lo han asumido y lo están desarrollando”.
En este aspecto, con sus palabras, llamaba la atención sobre el hecho de que “debemos tener cuidado porque todos los cambios indican reacciones y, a veces, son muy fuertes. La preocupación en las últimas décadas por la violencia de género, la peor expresión de la desigualdad, está generando un movimiento de reacción que cuestiona su propia existencia. Yo soy muy partidaria del leguaje inclusivo, porque considero que tiene una capacidad enorme de cambiar las cosas, pero un abuso del mismo puede ser negativo para el feminismo. No debemos darles espacio a esos movimientos de reacción, que están llegando a lugares muy fuertes, como el parlamento de la nación. Hay que ser muy firmes y reedificar el rol de la mujer y la masculinidad, al tiempo que se integra en el movimiento hacia la igualdad a hombres y mujeres para definir un principio de corresponsabilidad”.
Para cerrar el debate, María Antonia Peña dejaba una frase clave: “Ni un paso atrás. Ha costado mucho llegar aquí. Y que no nos digan que poquito a poco. Quiero que mis hijas vivan en un mundo donde no haya desigualdad de género, como tampoco otras desigualdades. Así que ningún paso atrás y a un ritmo rápido”.
El encuentro ‘Palabra de mujer’ ha sido difundido en directo a través del perfil de Facebook de ‘CpC’ y puede consultarse en el canal de YouTube de la entidad.