Luis Alberiko Gil-Alañá es profesor de Econometría y Métodos Cuantitativos en la Universidad de Navarra y miembro del Navarra Center for International Development. Se trata de uno de los investigadores españoles con mayor producción científica en la última década, lo que le merece pertenecer al top 5% de autores por nivel de publicaciones. Doctor por la London School of Economics (1997) y Máster por CEMFI, pertenece a una generación de economistas españoles que se han convertido en referentes internacionales. En estos días, el profesor Gil-Alañá imparte un curso avanzado en el Máster en Economía, Finanzas y Computación de la Universidad de Huelva y de la Universidad Internacional de Andalucía. He aquí algunas de sus opiniones acerca de la evolución y perspectivas futuras de la investigación económica y de la propia profesión del economista.
¿Cuál cree que es la situación de la investigación y el papel de lo cuantitativo en Economía?
En los últimos años el nivel de la investigación cuantitativa se ha disparado, bajo el influjo de las tendencias del mundo anglosajón. Esta orientación no sé si es un avance pero la realidad es que va por ahí y creo que este proceso se va a intensificar en los últimos años y creo que eso es bueno. En el lado negativo se produce una excesiva especialización de los investigadores y por tanto una falta de visión global en el análisis de ciertos fenómenos económicos.
-En todo este proceso los investigadores han aumentado su producción científica de manera exponencial, y este fenómeno es especialmente fuerte entre los economistas españoles.
Si pero debemos pasar a fomentar una investigación de calidad, en la que esta prime sobre la cantidad. Desde mi perspectiva hay una sobrevaloración de los rankings y creo que no debemos obsesionarnos con esos temas. En otras palabras, no publicar por publicar aunque el propio sistema me lleve a ello, especialmente a los investigadores más jóvenes.
-Parece que la profesión del economista está cambiando, como demuestra el hecho de que cada vez sea más habitual la confluencia con matemáticos, físicos, informáticos
En el ámbito de la investigación esta confluencia es obvia. En el profesional, la labor del economista está yendo en esa dirección sobre todo en el mundo financiero. Vamos a un mundo multidisciplinar que debe entenderse de manera muy positiva. Debe verse como un avance. Muchas veces estamos hablando de lo mismo con terminologías distintas. Estamos en los primeros pasos de ese proceso de convergencia entre estas disciplinas.
En España la situación de la investigación en Economía ha cambiado de forma radical, gracias a ciertas instituciones de referencia y al impulso de una generación de economistas que retornó tras haberse formado en los centros de investigación de referencia mundiales. ¿Estamos en buen camino?
Los primeros pasos fueron dados gracias a la creación del Centro de Estudios Monetarios y Financieros del Banco de España (CEMFI) en el que se agruparon un conjunto de investigadores que habían desarrollado su trabajo en centros internacionales de referencia. Fueron pioneros en la introducción del esquema de formación con estancias posdoctorales en centros de referencia. Después el modelo fue imitado por algunas Universidades como la Carlos III, la Pompeu Fabra, la Autónoma de Barcelona o la de Alicante. De esto han pasado 25 años y ahora se puede hacer un buen doctorado en algunas universidades españolas, aunque sigue siendo bueno salir. Yo sigo recomendando a mis estudiantes que salgan ya que esa experiencia es buena. En cualquier caso hoy día se puede tener una tesis dirigida por profesionales de mucho prestigio en muchas universidades españolas.
– Yendo al mundo de la Economía… ¿Cuál cree usted que es el principal reto, el principal “gap”, del análisis económico al que aún no somos capaces de dar respuesta?
Yo los resumiría en dos. El primero en la capacidad para predecir las crisis económicas en general y financieras en particular. Se nos ataca, y con razón, con el hecho de que explicamos las cosas bien a posteriori, pero no somos capaces de anticiparnos a ellas.
En segundo lugar, el tema de la desigualdad y la pobreza. Se trata de un tema clave del, que a pesar de haber un buen número de economistas dedicados a su estudio, no somos capaces de dar una respuesta adecuada.