La presentación de dos nuevos manuales sobre flujos migratorios y contratación en origen han puesto sobre el papel el resultado de un trabajo a fondo sobre el denominado “modelo Huelva”. Un modelo de trabajo en materia de flujos migratorios circulares que es transportable a otras ciudades andaluzas como Córdoba, Jaén, las campiñas sevillanas y gaditanas y vega y litoral gaditano, así como determinados espacios que se localizan en Lérida, Cuenca o Guadalajara. Un modelo que, según el trabajo desarrollado, no sería aplicable en territorios como Almería, dado que en esta provincia los invernaderos hacen que las necesidades laborales no sean cíclicas, sino permanentes.

Estas son algunas de las conclusiones que se han dado a conocer en el marco de la presentación de dos libros vinculados entre sí: “Más allá de la competencia agrícola hispano-marroquí. La gestión colectiva de contratos en origen” y el “Estudio cuantitativo-cualitativo sobre transferencias del modelo de sistemas de movilidad de flujos migratorios en Huelva y otras provincias andaluzas”. El primero publicado por la Universidad de Huelva y el segundo por la Fundación Afies. Los dos han sido desarrollados en el marco del Grupo de Investigación del Instituto de Desarrollo Local de la Universidad de Huelva que dirige el Profesor Juan Antonio Márquez.

El director del estudio ha dado a conocer las principales conclusiones en un acto que ha contado además con la presencia del Rector de la Universidad de Huelva, Francisco Ruiz, y del Decano de la Facultad de Humanidades, Juan Campos y que he tenido lugar en el aula de grados de la Facultad de Humanidades. En el acto de presentación también han participado Mercedes Gordo, codirectora de los trabajos de investigación y que ha señalado las principales conclusiones del estudio realizado y José Mora.

Los trabajos presentados han constatado igualmente que la contratación de jornales extranjeros es “una necesidad estructural del campo español, debido al éxodo rural y a la deserción de la población autóctona de las actividades agrarias”. Fue sobre todo la agricultura intensiva la que motivó la realización de contratos temporales a extranjeros y permitió la viabilidad de muchas explotaciones agrícolas, al tiempo que determinó orientando las políticas migratorias. El estudio refleja cómo el 2001 supuso un punto de inflexión con la estrategia consensuada de la contratación en origen, un sistema ágil que ha estado unido a la demanda de las principales campañas agrícolas que utilizaban jornaleros: fresas y arándanos en Huelva, olivares cordobeses y jienenses, invernaderos de Almería, hortofruticultura murciana, huertas y cítricos valencianos y alicantinos… y frutales de Lleida. Entre los datos que se ofrecieron relativos a la provincia de Huelva fueron que en la campaña 2007/08 se realizaron un total de 40.491 contrataciones a extranjeros. Un número que bajó en la campaña 2012/13 a solo 2.185.

Los resultados del estudio reflejan además que los denominados polos de desarrollo agrario como el onubense, leridano, almeriense y murciano “han consolidado y estructurado un mercado de trabajo agrario para ciudadanos de la Unión Europea y extranjeros”. Unido a este hecho los expertos ven que estas relaciones en el sistema agrario no son estancas, sino que dan paso a agronegocios y a una sociedad donde la agricultura “puede ser la excusa para alcanzar otros objetivos en relación al desarrollo local, las relaciones institucionales con Marruecos y las políticas de inclusión del mundo mediterráneo”.