La batalla constante a la que se ven sometidas las televisiones públicas y privadas provoca que el público se encuentre expuesto a una saturación de los mensajes que transmiten a diario en su programación. Los contenidos basados en el entretenimiento son los que suscitan mayor interés en las audiencias, a pesar de las “faltas de respeto y constantes vulgarismos que cometen en sus discursos”. En este sentido, los valores negativos y el enmascaramiento de la realidad están muy latentes en este tipo de programas de crónica “rosa”.

 

La televisión es considerada como un instrumento socializador y modelador de conciencias y, sobre todo, incitador de la creación de la opinión pública en programas de carácter sensacionalista. Analizar este tipo de programación en las cadenas públicas y privadas es el objetivo de la tesis titulada “La televisión sensacionalista en los canales públicos y privados de España e Italia: estereotipos, discurso televisivo y los hábitos de la audiencia, realizada por la investigadora Patricia de Casas y dirigida por el Catedrático de la Universidad de Huelva, José Ignacio Aguaded en el que se concluye que “los estereotipos, creencias y prejuicios que se transmiten a través de los programas de crónica “rosa” deben ser erradicados, evitando la conformación de actitudes, sobre todo, en el público más vulnerable”.

La investigación se compone de dos estudios. En primer lugar, se realizó un análisis cualitativo de una muestra audiovisual seleccionada en ambos países de la Unión Europea. El perfil de estos programas se caracteriza por utilizar los reportajes, crónicas y entrevistas en las cadenas públicas; mientras que en las cadenas privadas se tiende a usar con mayor frecuencia las críticas y comentarios. En ambos casos se identifican por ser contenidos de producción nacional y desarrollados en escenarios artificiales, exceptuando los reportajes que se realizan en escenarios naturales. En cuanto a la temática, ésta se vincula con el amor, la familia, las noticias de divulgación y los “realities shows”, perteneciendo este último tema solo a cadenas privadas.

Atendiendo a las figuras protagonistas de los contenidos audiovisuales, éstas se dividen en: profesionales de la información y personajes populares. Los periodistas que desarrollan los contenidos se identifican por ser en su mayoría mujeres y en cuanto a los personajes populares, en España, prevalece el sector femenino, de clase media, de origen nacional y de edades comprendidas entre los 20 y 40 años.

En relación al lenguaje, según arroja el estudio, se puede afirmar que se caracteriza por el uso de un lenguaje periodístico apoyado de coloquialismo, por parte de los profesionales de la información, y el uso del lenguaje coloquial y discursivo por parte de los personajes del mundo de la farándula.

En segundo lugar, la encuesta demuestra que el perfil español se caracteriza por consumir televisión durante toda la franja horaria de la cadena privada, frente a la cadena de titularidad pública. Por otro lado, los programas de carácter sensacionalista son más consumidos en entornos rurales (2,81) que en entornos urbanos (2,71), según la media obtenida. Y, en relación al perfil individual del espectador, éste se identifica con una persona de una media de 65 años, mujer, sin diferencias estadísticamente significativas en la ocupación que desempeña y con estudios de nivel bajo.

Por su parte, el perfil italiano, se define por el visionado de la televisión en franja horaria de tarde, apostando también por la cadena de titularidad pública frente a la privada. En este caso, el entorno urbano asciende en la media (2,86) frente a los entornos rurales (2,76) a la hora de consumir los programas de crónica “rosa”. Por último, el perfil del televidente italiano es el de una mujer con una media de edad de 65 años dedicada a los cuidados del hogar y con estudios de nivel bajo.

En relación a los estereotipos arraigados en este tipo de programas, la figura femenina ocupa un segundo lugar en la sociedad actual, señalada como el sexo débil, imperando el machismo en los contenidos televisivos. Asimismo, las minorías, etnias o grupos marginales no cuentan con el respeto a la imagen de sus colectivos, provocando discriminación y desigualdad entre los espectadores.  En este sentido, es necesario educar a los telespectadores para evitar que se mantengan estas diferencias en la sociedad.

La segunda parte del estudio concluye que la población española se caracteriza por consumir con mayor frecuencia programas relacionados con la crónica “rosa” o el sensacionalismo frente a la población italiana. Asimismo, España incide en el consumo de la cadena privada, mientras que Italia, prefiere la pública. Sin embargo, en relación al consumo de los programas, se demuestra en ambos casos, el escaso visionado de ellos. Esta conclusión se basa en el “sentimiento de vergüenza relacionado con el consumo de contenidos basura o inapropiados”.