Vertebrados
Desde el punto de vista sistemático, los Vertebrados constituyen un Subfilo que pertenece al Filo de los Cordados. Estos son organismos metazoos triploblásticos (aquellos en cuyo desarrollo embrionario temprano se diferencian tres capas de tejido embrionario: ectodermo, endodermo y mesodermo), celomados (que tienen un celoma, es decir, una cavidad que se desarrolla entre la pared del cuerpo y las vísceras, y que tienen simetría bilateral (que poseen un único plano, llamado plano sagital, que divide el cuerpo del organismo en aproximadamente dos mitades especularmente idénticas).
Los Cordados poseen también un notocordio o cuerda dorsal, que es elástico y tiene una función esquelética. Se sitúa longitudinalmente a lo largo cuerpo y por debajo de él se dispone el tubo digestivo.
En el caso de los Vertebrados, éstos poseen un esqueleto óseo o cartilaginoso. Su notocordio está modificado, de manera que ha sido parcial o totalmente sustituido por el esqueleto axial, la llamada columna vertebral. Y esta columna está formada por un número variable de piezas o vértebras, de ahí su nombre.
Aparecieron en el Cámbrico y en el Silúrico ya estaban muy diversificados.
El esqueleto está formado por cartílago y por un número elevado de piezas, llamadas huesos. Algunos grupos presentan también un exoesqueleto de origen dérmico.
Los huesos están formados por trifosfato cálcico. El interior es esponjoso y está atravesado por nervios y vesículas sanguíneas, mientras que el cartílago es un tejido orgánico que raras veces está calcificado, por lo que casi nunca se conserva.