Colección Sistemática
Introducción
Los fósiles en sentido amplio se pueden considerar como aquellos restos orgánicos que han sufrido un proceso de fosilización, conservándose normalmente enterrados en los estratos. Esta definición se refiere a lo que se denominan cuerpos fósiles o fósiles corporales, que son los tipos de fósiles más frecuentes, y que conservan total o parcialmente mineralizadas sus partes esqueléticas.
Sin embargo, existe otra tipología de fósiles, también muy frecuente, que son los moldes. Éstos se originan cuando las partes huecas del esqueleto (una concha por ejemplo) se rellenan y consolidan con la posterior disolución de dicho esqueleto. Se obtiene así el molde interno. Cuando lo que se conserva es la impronta de dicho esqueleto en la matriz rocosa, tenemos el molde externo.
Pero la acepción del término fósil se puede hacer también extensiva a las evidencias directas o indirectas de la actividad vital (a veces incluso post-mortem) de los organismos del pasado, que son los llamados icnofósiles o pistas fósiles. Estos constituyen otro tipo de fósiles que son muy abundantes en determinados tipos de medios ambientes del pasado.
En esta fase de creación del Museo Virtual se han seleccionado algunos de los ejemplares más representativos de los principales grupos fósiles de Invertebrados, dejándose los Vertebrados e Icnofósiles para etapas posteriores de desarrollo.